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ANTONIO FUENTES
Miércoles, 18 de abril 2012, 03:32
Hace cuatro temporadas Rafa Baena era un perfecto desconocido para la Liga Asobal. Un buscavidas en los bajos mundos del balonmano nacional que buscaba una oportunidad para desarrollar su potencial. Por aquel entonces, la División de Honor B ya se le empezaba a quedar pequeña a un hombre que aprendió y mejoró solo a jugar a este deporte.
Baena era un portento físico que tuvo la suerte de cruzarse varias veces en la Copa de Andalucía con el Antequera. Esos choques fueron determinantes para que Ortega le echara el ojo y lo siguiera, y tras ellos, jugadores de la talla de García Vega ya advertían: «Ese tío es muy difícil de parar, me hace un roto cada vez que lo defiendo».
Fue él mismo el que tras una temporada descolgó el teléfono y llamó a Ortega para decirle que creía tener sitio en su equipo, que le diera una oportunidad. Y la tuvo. El entonces técnico del Antequera confió en él y lo convirtió, tres temporadas después, en el máximo goleador de la Liga Asobal.
Momento dulce
De ahí que el Reale Ademar León lo reclutara el pasado verano. Y allí sigue dando que hablar hasta el punto de que hace unas semanas marcó el gol más importante de su carrera y de su equipo en Europa, el que le dio ante el Vezprem la clasificación para cuartos de la Liga de Campeones.
Hoy, el estepeño, sus armas y todo su equipo se miden al Antequera en León (20.45 horas) en un encuentro intrascendente para los chicos de Antonio Ortiz, que viajaron anoche en autobús y que utilizarán el encuentro para preparar el exigente final de Liga ante sus rivales directos.
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