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NURIA TRIGUERO ntriguero@diariosur.es
Martes, 21 de febrero 2012, 08:16
La reforma laboral está provocando dos reacciones muy diferentes. Una es evidente: el rechazo de buena parte de la opinión pública, los sindicatos y los partidos de izquierda, que comienza a tomar forma en manifestaciones como la que el domingo recorrió la ciudad de Málaga. La otra es mucho menos visible, pues no se desarrolla en la calle sino en los despachos donde se toman las decisiones corporativas. ¿Cómo han recibido los empresarios la reforma laboral? ¿Qué aspectos de la misma se están interesando en aplicar? ¿Les está animando a despedir o a contratar? De la avalancha de consultas que reciben estos días graduados sociales, abogados laboralistas y gestores se deduce que el cambio normativo está haciendo que muchas pymes y autónomos se planteen aprovechar los nuevos incentivos a la contratación, pero a la vez está animando a compañías de cierto tamaño a tramitar despidos masivos, ya que ahora no necesitan autorización administrativa.
Según confirman desde dos de los principales despachos de asesoría jurídica para empresas que operan en Málaga, Garrigues y Martínez-Echevarría, una de las primeras consecuencias de la reforma laboral es que las grandes empresas están acelerando la preparación de expedientes de regulación de empleo (ERE) por si la tramitación parlamentaria de la ley vuelve a restituir la necesidad de una autorización administrativa para realizar estos despidos masivos. Así, Cristóbal García, socio de Garrigues especializado en temas laborales, explica: «Las consultas que estamos recibiendo versan fundamentalmente sobre los expedientes de empleo, tanto extintivos (ERE) como suspensivos (ERTE)». «Hay empresas que los quieren presentar antes de que la ley pase por el Parlamento, ya que existe la posibilidad de que en la versión definitiva de la ley se restituya en parte el filtro administrativo de estos despidos», añade.
Según García, se trata de compañías malagueñas o nacionales con centros de trabajo en la provincia que ya tenían previsto reducir su plantilla pero estaban a la expectativa de la reforma laboral, ya que con la normativa anterior necesitaban el permiso de la Junta de Andalucía a través de la delegación de Empleo, lo que implicaba en la práctica la necesidad de llegar a un acuerdo con los sindicatos respecto a las condiciones del ERE o ERTE.
«Las empresas con las que trabajamos están muy interesadas en el nuevo marco de los despidos colectivos», confirma José Alberto González, abogado del área laboral de Martínez-Echevarría, Pérez y Ferrero Abogados. «Hasta ahora, o se negociaba con los sindicatos una indemnización por encima de los 20 días o no se aprobaba el ERE, porque la Junta era muy reacia a aprobarlo sin acuerdo con los sindicatos. Ahora la empresa puede ejecutar el expediente sin acuerdo, aunque después los trabajadores puedan recurrirlo en los juzgados», añade.
El ERE, arma de negociación
La delegada provincial de Empleo, Susana Radío, teme una «avalancha» de despidos masivos a consecuencia de la reforma laboral y recuerda que gracias a la obligatoriedad de autorización administrativa, el 90% de los ERE que llegaban a la delegación estaban consensuados con los trabajadores. «Durante la negociación se buscaban fórmulas alternativas al despido y se pactaban indemnizaciones superiores a la mínima de 20 días. Ahora, en cambio, se facilita que las empresas presenten expedientes de empleo unilateralmente y también que los utilicen como amenaza para callar a los trabajadores, tal y como ya hemos visto en el conflicto de Limasa», afirma. En este sentido, los propios abogados laboralistas consultados por SUR reconocen que hay empresas que están preparando ERE no con el pensamiento de materializarlos, sino para utilizarlos como arma en la negociación de otro tipo de medidas (como recortes de sueldo) con su plantilla.
En el otro extremo de la constelación empresarial, el de las pymes y autónomos, las inquietudes generadas por la reforma laboral son diferentes. El decano del Colegio de Gestores Administrativos de Málaga Jorge Alcántara, afirma que la mayoría de las numerosas consultas que están recibiendo estos profesionales giran en torno a los nuevos incentivos a la contratación. «Hay muchas personas con ganas de abrir negocios y que van buscando la manera de verse beneficiados desde el punto de vista de los costes laborales; por eso nos preguntan por los beneficios que les reportaría contratar a jóvenes o mayores de 45 años, o por las medidas dirigidas a favorecer que los autónomos creen empleo», explica. En cambio, asegura que las consultas sobre despidos no han aumentado. «Son las habituales, motivadas un problema concreto que tenga la empresa. Nadie quiere despedir por despedir», añade.
El denominador común entre compañías grandes y pequeñas es el gran interés que ha despertado la prevalencia de los convenios de empresa sobre los colectivos. José Alberto González augura «una gran eclosión» de este tipo de pactos laborales, basándose en las numerosas consultas que está recibiendo su bufete. «Hasta ahora, los convenios de empresa tenían que respetar el mínimo que marcara el convenio colectivo en aspectos como el salario base, los complementos salariales, las horas extraordinarias, los turnos de trabajo... Pero ya no existe esa prevalencia de la negociación colectivo, así que cada empresa puede negociar partiendo de cero con su plantilla», explica. Los graduados sociales confirman el interés de las pymes por esta medida, así como por la posibilidad de bajar los sueldos que estén por encima de convenio.
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