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Enrique de Melchor, con su inseparable guitarra. :: SUR
Luto flamenco por Enrique de Melchor
CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Luto flamenco por Enrique de Melchor

Al cabo de todos los secretos del cante, acompañó a grandes figuras del género como Antonio Mairena o Camarón Grande de la guitarra, recorrió como solista los mejores escenarios del mundo

MIGUEL LORENCI

Miércoles, 4 de enero 2012, 02:46

El mundo del flamenco vuelve a cubrirse de luto por la muerte de Enrique de Melchor, un grande de la guitarra a la altura de Paco de Lucía y Manolo Sanlúcar, fallecido ayer en Madrid a los 61 años y tras un larga batalla contra el cáncer. Sevillano de Marchena, miembro de una saga de guitarristas, guitarrista de cantaores al cabo de todos los secretos de cada palo, Enrique de Melchor acompañó a todos los grandes del flamenco en las últimas cuatro décadas, de Antonio Mairena a Camarón, pasando por José Menese, el Lebrijano o el recientemente desaparecido Enrique Morente.

Amante sin límites de su instrumento, Enrique de Melchor regentó también en Madrid una de las más reputadas tiendas de guitarras flamencas. Ayer falleció en la clínica en la que había ingresado hace casi un mes, poco después de concluir la grabación de un álbum en el que acompañó al cantaor extremeño Guadiana.

Artista precoz y laureado

Enrique Jiménez Ramírez, menor de los seis hijos del también guitarrista Melchor de Marchena, había nacido en la localidad sevillana de la que tomó su apodo el 15 de julio de 1950. Con doce años se trasladó a Madrid de la mano de su padre, figura señera de Los Canasteros, el famoso tablao de Manolo Caracol.

Aún adolescente, registró su primera grabación acompañando al maestro Antonio Mairena. Antes de cumplir los veinte, el talentoso y precoz guitarrista contaba ya con los mejores galardones de su oficio, como el premio de la Cátedra de Flamencología de Jerez y el Castillete de Oro de La Unión.

La Sociedad General de Autores y Editores expresó el duelo por la pérdida del músico y socio y destacó cómo Enrique de Melchor fue «una figura indiscutible del toque» y «el guitarista que mejor conocía los secretos del cante».

Maestro del acompañamiento, Enrique de Melchor tocó y grabó a lo largo de casi cinco décadas con las máximas figuras del cante, como Antonio Mairena, Manolo Caracol, Camarón de la Isla, El Lebrijano, José Menese, José Mercé, Enrique Morente, Fosforito, Rocío Jurado, Chiquetete, el Fary, María Jiménez, Carmen Linares, Fernanda y Bernarda de Utrera, Chano Lobato, Naranjito de Triana, Manuel Mairena, Curro Malena, Luis de Córdoba, Pansequitro o Vicente Soto. Asimismo, acompañó durante dos temporadas a Paco de Lucía, con quien llevó a cabo varias giras internacionales y colaboró en varias grabaciones discográficas en los primeros setenta. Fuera del género también hizo brillar su guitarra junto a las poderosas voces de Montserrat Caballé o José Carreras.

Colaborador en 300 discos y con casi un centenar de composiciones registrada en la SGAE, como solista se presentó en los grandes escenarios del mundo, del Teatro Real de Madrid y el Liceo de Barcelona al Carnegie Hall de Nueva York y el Queen Elizabeth Hall o The Guildhall Bath de Londres.

Su debut discográfico se remonta a 1967 con el disco 'Antonio, genio y duende', en el que acompañaba junto a su padre al genial bailarín Antonio. Su grabación en solitario más memorable es 'Arco de las Rosas', disco de madurez grabado en 1998 en el que contó con la colaboración de Paco de Lucía y las aportaciones 'de Paco Rabal o Amancio Prada en la 'Danza de los Gitanos'. En su discografía destacan también registros como 'La guitarra flamenca de Enrique de Melchor' (1977), 'Sugerencias' (1983), 'Bajo la luna' (1988), 'La noche y el día' (1991), 'Cuchichí' (1992) y 'Raíz flamenca' (2005).

Un reguero de dolor

La noticia de su muerte encendió un reguero de dolor y condolencia en el mundo flamenco. Lamentaron la pérdida del gran guitarrista cantaores como José Menese, Diego el Cigala o Marina Heredia.

José Menese, que lo quería «como a un hermano», expresó su «enorme pena» por la muerte del guitarrista. El Cigala se mostró muy afectado por la pérdida de su «padrino» mientras que Heredia lo recordó como «un guitarrista muy característico del flamenco».

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