Borrar
Voluntarios de la ONG y vecinos del pueblo, delante de la nueva clínica abierta en Gatlang, en el valle del río Chilime Khola, que atenderá a la población rural de la zona. :: SUR
Una clínica malagueña en Nepal
MÁLAGA

Una clínica malagueña en Nepal

La asociación, promovida por los padres de una joven adoptada de la región, apadrina además a medio centenar de niños La ONG Meena Ghale consigue financiar el servicio sanitario en una zona rural a los pies del Himalaya

AMANDA SALAZAR

Martes, 3 de enero 2012, 02:35

La historia de la ONG Meena Ghale es el relato de una adopción. Hace trece años, Alfonso Muñoz y Mariví Heredia, una pareja malagueña, decidieron adoptar a una niña nepalí. Tras meses de búsqueda y un complejo papeleo, conocieron a Meena en la capital, Katmandú. Pero descubrieron que la pequeña, que entonces tenía cinco años, había nacido en Goljung, un pueblo al norte del país y que todavía tenía familia allí. Alfonso, un amante del montañismo, decidió que tenían que visitar aquel lugar para conocer de dónde venía la que a partir de ese día se convertiría en su hija.

Ese viaje marcó sus vidas para siempre. En el pueblo, entre la cordillera del Gansh Himal y el valle del río Chilime Khola, había muchos otros niños que, como Meena, vivían sin recursos. Sus padres apenas podían mantener a sus hijos trabajando en la agricultura. Pero tienen una cultura y unos valores muy ricos. Decidieron que educarían a la niña dándole lo mejor de occidente, pero sin perder sus orígenes. Cuando llegaron a Málaga, fundaron la asociación con el nombre de su hija.

Ahora, dan un paso más en la promoción de la región originaria de Meena con la inauguración de una clínica en Gatlang, otra aldea de la zona. «Hemos logrado reunir 3.000 euros para garantizar la atención sanitaria primaria a los habitantes de la zona que, de otra forma, no visitarían a ningún médico, porque el centro más cercano está a tres horas en coche; y solo unos pocos cuentan con vehículos allí», explica Alfonso Muñoz.

Atención primaria

La apertura de la clínica se materializó el pasado mes de septiembre, cuando un grupo compuesto por siete voluntarias -todas ellas mujeres- entre las que se encontraba la propia Meena y una cirujana, acudieron a Nepal para poner en marcha el centro. «Hemos conseguido este sueño gracias a las donaciones de personas anónimas; ahora el reto es darle continuidad», asegura Muñoz.

En estos años, la ONG ha ido creciendo, al igual que los proyectos que desarrollan en Nepal. Actualmente, cuentan con un programa de apadrinamiento que permite la formación de medio centenar de jóvenes de la zona. «Tenemos una veintena de chicos apadrinados en las escuelas rurales de las aldeas vecinas con becas que no solo ayudan a los niños, sino a sus familias, de forma que permitan a sus hijos ir a aprender en lugar de ponerlos a trabajar en el campo a edades tempranas», explica Muñoz. Además, otra quincena está matriculada en cursos de formación profesional y de Bachillerato en la capital del país.

El programa también ayuda a las familias más pobres ofreciendo a los padres la posibilidad de llevar a los niños a un internado, donde les garantizan la educación y manutención. «Estamos haciendo muchas cosas y las cuotas son muy asequibles para nuestros socios», dice Muñoz. Apadrinar a un niño en la escuela rural cuesta 16 euros mensuales, mientras que apostar por una formación más completa asciende a 40 euros al mes. La formación de los jóvenes beneficia luego a estas poblaciones. De hecho, el enfermero que atenderá la nueva clínica es un joven formado en Katmandú en la especialidad sanitaria gracias a la ONG. Una buena forma de darle la oportunidad de trabajar ayudando a los suyos.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Una clínica malagueña en Nepal