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JUAN CANO
Sábado, 17 de diciembre 2011, 10:18
¿Puede una madre entregar a sus hijas a un proxeneta para que ejerzan la prostitución? Aunque pueda parecer algo contra natura, la policía ha intervenido un documento que así lo acredita. Un contrato privado de 'cesión' de dos menores rumanas para ser explotadas sexualmente en España.
Las víctimas son dos hermanas gemelas de 16 años que acudieron a la comisaría de Vélez-Málaga para denunciar a su madre y a la red de proxenetas. Durante la investigación, que se saldó con 20 detenidos, los agentes localizaron unos documentos manuscritos por los cuales la progenitora presuntamente las ponía en manos de la organización.
El contrato, redactado en rumano, se divide en cuatro partes. En la primera, la madre declara «por propia responsabilidad y sin que nadie la fuerce» que ha llegado a un acuerdo para que sus hijas se marchen a España para ejercer la prostitución, según el escrito, al que ha tenido acceso SUR.
En las siguientes líneas, la mujer, que tiene 46 años y es natural de la provincia rumana de Braila, asume que nadie más que ella será la única responsable si alguna de las menores cambia de opinión. Asimismo, fija la fecha y la hora previstas para el viaje: las once y media de la noche del 21 de mayo de 2011.
Documentos
En el segundo documento, que también aparece firmado aparentemente por ella, otorga la «custodia» de sus hijas a una mujer -su casera en Rumanía, a la postre detenida en la operación policial- ya que alega carecer de recursos para mantenerlas y «asegurarles la vida diaria».
En la declaración, la madre dice tener conocimiento de que una de las adolescentes sufrió una enfermedad venérea de la que ya estaba curada. No obstante, se compromete a no culpar a nadie si su hija recae o si las menores hacen algo indebido. «Soy yo directamente responsable», insiste.
Los dos últimos documentos son idénticos, solo que con los nombres cambiados. Son las declaraciones de las dos niñas en las cuales manifiestan «por propia responsabilidad» -según recoge el escrito- que han llegado a un acuerdo con su madre para ir a España a ejercer la prostitución. Afirman que su progenitora las acompañará en el viaje. «[.] firmo que no fui forzada para escribir esta declaración», dice al final del texto. A pie de página se observan dos rúbricas de letras adolescentes. Los agentes encontraron estos manuscritos en uno de los locales registrados durante la operación policial, que se bautizó con el nombre de 'Submarino', y sobre la que se ha levantado el secreto de sumario. Aunque en el contrato no aparece cantidad alguna, durante la investigación salió a relucir la cifra presuntamente pactada por la entrega de las jóvenes. Según las fuentes consultadas, el precio fijado por las dos ascendería a cinco mil euros.
Tras cerrar el acuerdo con la madre, las menores viajaron de Rumanía a España con el supuesto proxeneta y con su mujer. Les proporcionaron documentación falsa para hacerlas pasar por mayores de edad. Fueron conducidas a una casa de citas en Gerona, donde eran obligadas a mantener relaciones sexuales «las 24 horas del día», según informó el Ministerio del Interior en un comunicado difundido el pasado 18 de noviembre. También las forzaban a ingerir alcohol y drogas, y en ocasiones llegaban a golpearlas si se negaban a realizar determinados servicios.
Las chicas pidieron ayuda a una compatriota que trabajaba en el prostíbulo. Primero las trasladaron a Málaga, luego a Madrid y finalmente de vuelta a la Costa del Sol. Para entonces, la madre se había mudado de Rumanía a España. Se instaló en Torre del Mar «para explotar ella misma a sus dos hijas», indica la nota policial.
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