Ni la tromba de agua pudo con el recuerdo a Manuel Becerra

Manuel Becerra, Manolo Becerra, se habría sentido el más feliz del mundo. Y no porque todos se agruparan ayer en torno a su figura para elogiarlo y valorar su defensa a ultranza del rugby. Sencillamente ver juntos a tantos y tantos amigos -rivales antaño- supuso el sueño cumplido de este 'pívot' que se desvivía por su deporte y por su otra pasión, el periodismo (un lujo para sus compañeros de SUR). Ni la fuerte tromba de agua, caída precisamente a la hora fijada para la primera edición de este memorial de veteranos, pudo con el recuerdo a Manolo Becerra justo cincuenta días después de su despedida.

Ciento veinte jugadores -entre ellos José, hermano de Manuel Becerra- vivieron una tarde inolvidable. Ni la fuerte lluvia frenó a los organizadores y participantes. Seis conjuntos de Andalucía (dos de Málaga, uno de Marbella, uno de Sevilla, uno de Granada y otro de El Puerto de Santa María) se dieron cita en el campo de la Universidad para competir, por supuesto, pero sobre todo para pasar un buen rato y divertirse. Bromas, anécdotas y, en definitiva, 'batallitas'. Amantes del rugby de todas las edades, incluidos algunos que ya han superado los 50 y que se fajaron como mandan los cánones.

Eso sí, la lluvia condicionó la celebración de este memorial. La duración de los partidos se redujo y luego los equipos llegados de fuera sí disputaron dos partidos mientras que los de casa tuvieron que conformarse con uno. Y no sería por 'hambre' de rugby.

Placa

El Club de Rugby Málaga tuvo detalles para los otros conjuntos participantes y en un acto más reservado los organizadores le entregaron a la viuda de Manolo Becerra, Carmen, una placa de recuerdo. Fue después de un intenso torneo y como preámbulo a la cena en el Gastrobar Quinoa. En él se dieron cita ciento cincuenta personas para vivir, cómo no, ese 'tercer tiempo' del que tanto solía disfrutar el ayer gran ausente.

El Memorial Manuel Becerra resultó un éxito del Club de Rugby Málaga. Hablar de rugby en Málaga es hablar de dos pilares fundamentales, Cajamar y la Universidad de Málaga (su director de Deportes, Pedro Montiel, se volcó con este certamen), pero también conviene destacar la colaboración de Paneque Asesores y Consultores y de Bordatex. Sin duda, Manolo Becerra se habría sentido el más feliz del mundo con tantos y tantos amigos juntos.