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M. MARTÍNEZ
Miércoles, 9 de noviembre 2011, 02:31
¿Anorexia en el siglo IV? Sí, aunque cueste creerlo, la había. Y es que por muchos años que pasen, hay algo que no cambia: el ser humano. Herminia Luque lo ha comprobado al viajar en el tiempo. Ha retrocedido hasta aquel siglo IV d.C. para «reflejar una época no muy diferente a la nuestra». Y lo hace en 'El códice purpúreo' (Paréntesis), una novela histórica estructurada en forma de carta que hoy (20.00 horas) se presenta en el Centro Andaluz de las Letras. El triunfo del cristianismo o el paso del rollo de papiro al códice de pergamino son solo algunos de los hitos que sirven de telón de fondo para enhebrar el relato de una madre en busca de explicaciones a la muerte de su hija. Sobre todo conocer qué le empujó a esas prácticas de ayuno y ascetismo.
Ávita fallece por privarse de alimento. La anorexia llevada al extremo. Solo que, en el siglo IV, la motivación era diferente. «Me encontré casos de muchachas anoréxicas, pero por motivos religiosos en lugar de estéticos», recuerda la escritora granadina afincada en Málaga en referencia a la «intensa» labor de investigación que le ha servido para poner en pie la obra.
De todo ello ha aprendido que en el fondo, «aunque la sociedad ha evolucionado de forma abismal, los seres humanos no hemos cambiado tanto ni en los sentimientos y en la manera de ser». A Luque le interesaba la época, y tirando del hilo fue descubriendo que la Historia es «algo vivo» y que «había muchas coincidencias y paralelismos» con nuestra era.
«La naturaleza humana tiene cierta permanencia, tiene un poso que nos identifica a lo largo del tiempo», constata la autora, que cambia totalmente de registro tras 'Bitácora de Poseidón', aquella historia sobre el amor y el paso a la madurez con la que debutaba el pasado año en la novela.
Ahora, en 'El códice purpúreo', no solo recoge la mentalidad de un siglo poco estudiado, sino también ese estilo epistolar que adoptaron grandes maestros como Ausonio, San Jerónimo o Sinesio de Cirene como vía de comunicación. Un matiz más para retratar unos años cruciales para el cristianismo. «Hay una efervescencia de textos y corrientes religiosas impresionante, lo que ha quedado del cristianismo es solo una acepción del mensaje, y es muy interesante ver cómo se van creando y entrelazando con el poder. Se trata de ver el envés del tapiz, los orígenes turbulentos del cristianismo», advierte Luque, que tampoco deja en el tintero la importancia de aquel siglo en el asentamiento del códice como soporte editorial «Y así ha llegado a nuestros días», observa.
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