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A. J. LÓPEZ
Domingo, 16 de octubre 2011, 03:35
Como el afilador que aún visita algunas calles al son de una flauta, la mala situación de las arcas públicas avisa desde lejos de un recorte, presentado como el motivo por el que muchos proyectos culturales se han quedado en tierra de nadie. Ayer mismo, la Junta de Andalucía hacía oficial el fin de una infraestructura que todos daban por muerta: el Parque de los Cuentos.
Hace cinco años, la Junta de Andalucía lanzó el proyecto del Parque de los Cuentos en el convento de la Trinidad como un espacio «pionero en Europa». Ayer mismo, el consejero de Cultura, Paulino Plata, aseguró que este proyecto se debe «reconsiderar profundamente», porque «los tiempos no están para hacer ese tipo de inversión». «Hemos hecho un estudio económico que pone de manifiesto que los retornos necesarios para que eso funcione no se producen», dijo Plata, que participó en unas jornadas sobre nuevas tecnologías aplicadas al sector cultural organizadas por la Asociación de Gestores Culturales de Andalucía (GECA).
El consejero insistió en que la Junta no puede «llevar a cabo una inversión que después económicamente sea muy difícil de sostener», por lo que «dentro de un equilibrio absolutamente sensato y razonable», el Parque de los Cuentos, que fue anunciado por su antecesora en el cargo, Rosa Torres, «es un proyecto que ahora no se puede abordar». Por ello, la iniciativa «está en situación de espera» hasta que estén «despejadas las dudas que han surgido en torno al proyecto», según Plata, que añadió que se podría estudiar «si surgiera la posibilidad de que se instalara en un sitio con otros costos y en otras condiciones», pero «inicialmente no salen para nada los números del Parque de los Cuentos». El titular de Cultura se congratuló de que «por fin» se haya «desbloqueado desde el punto de vista administrativo» la licitación de las obras por un importe superior a los tres millones de euros para la recuperación del Convento de la Trinidad, en el que se harán «sucesivas intervenciones para acondicionarlo».
Un cartel se erige junto a la sede de la Fundación Picasso-Museo Casa Natal. 'Se alquila': El rótulo pone en el mercado el local anexo al inmueble donde nació el artista hace ahora 130 años, un espacio que el Ayuntamiento ha querido comprar en varias ocasiones. Incluso llegó a presupuestar un millón de euros para ese fin, aunque al final el dinero acabó en otros proyectos. La aspiración de ampliar las instalaciones de la fundación se rumia casi desde el nacimiento de la entidad hace 24 años. La solución pasó durante algunos meses por el edificio que iba a sustituir a los cines Astoria y Victoria, cuya entreplanta se reservaba para la Casa Natal; pero la Junta desestimó el proyecto por su excesivo «impacto visual». Después, el alcalde ha reiterado su intención de hacerse no sólo con el bajo, sino como todo el edificio anexo. El concejal de Cultura Damián Caneda ha llegado a «supeditar» cualquier iniciativa a la consecución de este objetivo que sigue sin concretarse.
Pocos proyectos puede alcanzar el grado de ostracismo que ostenta esta iniciativa, anunciada por el entonces presidente de la Junta Manuel Chaves en 2007. El Gobierno regional se hizo con unos terrenos en el PTA, incluso licitó un concurso y adjudicó el proyecto al estudio del arquitecto Antonio Álvarez Gil. y el rastro de noticias sobre esta residencia para artistas se pierde en 2008. Hasta resurgir en mayo de 2010 para metamorfosearse en el Proyecto CREART, en virtud del anuncio realizado por el consejero Plata. Desde ese momento, poco se sabe de él.
La demolición de la Casa de la Cultura de la calle Alcazabilla en 1989 sirvió para que la ciudad recuperara el Teatro Romano. Como 'daño colateral', la biblioteca dependiente del Estado que allí se instalaba pasó de forma «provisional» a un inmueble en la Avenida de Europa mientras se acondicionaba el antiguo Colegio de San Agustín como sede definitiva. Esa mudanza no se ha producido. Ni siquiera ha comenzado la rehabilitación del inmueble. Las instituciones (Ayuntamiento, Ministerio de Cultura y Junta ) han tardado años en ponerse de acuerdo sobre los permisos y cuando llegó el consenso, se fue el dinero. Este año ni está en los Presupuestos.
En agosto de 2004 se presentaba en sociedad el Instituto Municipal del Libro (IML). Ya entonces, los cargos municipales auguraron su instalación en un edificio del siglo XIX, de propiedad municipal, en la calle Álamos, a unos pasos del Centro Andaluz de las Letras. Pero la acera libresca sigue medio huérfana, porque la sede del IML no llega. Y eso que el Ayuntamiento sacó a concurso la redacción del proyecto de rehabilitación, cuyo presupuesto global rondaba el millón de euros.
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