Espeleólogos hallan un cadáver en una sima de la Serranía de Ronda

Una pareja de espeleólogos descubrió la semana pasada el cadáver de una persona en el interior de una sima situada en el paraje de Puerto del Viento, en el término municipal de Ronda, según ha podido saber este periódico de fuentes próximas a la investigación.

El cuerpo apareció reducido al esqueleto. De hecho, en un primer momento, los espeleólogos creyeron que se trataba de huesos de un animal, pero al ver que las piezas dentales que conservaba se dieron cuenta de que eran restos humanos.

Los montañeros se pusieron en contacto con la Guardia Civil, a la que proporcionaron las coordenadas del lugar donde habían hallado el cadáver. El paraje se encuentra a la altura del kilómetro 12 de la carretera A-366, entre los municipios de Ronda y El Burgo. Al estar dentro del término municipal de la ciudad, se avisó a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, que se ha hecho cargo de las pesquisas del caso.

Los espeleólogos acompañaron a los agentes hasta el paraje para ayudarles a encontrar el cuerpo, ya que estaba en el interior de una sima y, a su vez, dentro de un hoyo de unos tres metros de profundidad.

Durante la inspección ocular, en la que se recuperaron la mayor parte de piezas óseas del esqueleto, se encontró un casquillo de un proyectil, lo que abre la hipótesis de una muerte violenta.

Aunque la data del óbito aún es una incógnita, las primeras pesquisas apuntan a que el cadáver podría llevar en ese lugar al menos diez años. Partiendo de esta premisa, los policías han empezado a indagar en las desapariciones denunciadas en las dos últimas décadas.

No obstante, los investigadores aguardan los resultados de las pruebas forenses que se están realizando al cuerpo para tratar de identificar a la víctima. El estudio odontológico de las piezas dentales recuperadas puede resultar clave para conocer el nombre del fallecido.

Caso sin identificar

Las Fuerzas de Seguridad del Estado tienen sobre la mesa otro caso ocurrido este año en Málaga donde el finado continúa sin identificar. Se trata de un cadáver que apareció a mediados de febrero en el interior de un pozo en Alhaurín el Grande.

El cuerpo fue hallado en avanzado estado de descomposición, maniatado con bridas de plástico y con una cuerda al cuello. En la alberca se encontró una piedra con restos de la misma soga, lo que induce a pensar que la utilizaron para arrastrar el cadáver al fondo.