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ANTONIO JAVIER LÓPEZ ajlopez@diariosur.es
Sábado, 7 de mayo 2011, 04:10
Al entrar tuvo algo parecido a una corazonada. Una sensación de pertenencia, una serenidad indefinida pero certera. «Una iluminación», según sus palabras. La expresión no extraña para quien esté familiarizado con su obra, surcada por la mística pero también por la dureza expresionista. El primer elemento llegaba de su interior; el segundo, del exterior. Porque Jorge Rando pisaba un barrio olvidado, con sus dificultades, y aun así tuvo claro que allí instalaría el proyecto tanto tiempo acariciado y ahora por fin encauzado.
Se trata de la fundación que lleva su nombre. Y no solo de eso. Para explicarlo mejor, Rando (Málaga, 1941) se remonta al origen de la historia. «Es una idea que llevo meditando desde hace mucho, aunque no se ha concretado hasta hace seis años. Primero se planteó la posibilidad de crear la fundación en Madrid; pero al poco tiempo me di cuenta de que, donde de verdad quería realizar esta iniciativa, era en la ciudad que me vio nacer», adelanta Rando.
Y las piezas del puzzle han ido encajando. En la ecuación entran el Ayuntamiento de Málaga, el Obispado, la Orden de las Mercedarias y el propio Rando. El pintor malagueño tuvo aquella «iluminación» en el convento de las religiosas, situado en el barrio de El Molinillo. Ante el deterioro del inmueble, el gobierno local ha decidido rehabilitarlo para instalar allí la sede de la fundación y un espacio expositivo que mostrará la donación de Rando a la Diócesis de Málaga.
La primera piedra del futuro espacio cultural se colocó a principios de marzo. Las obras tienen un plazo de ejecución de ocho meses y un presupuesto de 536.663,59 euros. De cumplirse las previsiones, el año que viene la ciudad sumará un equipamiento cultural en una zona bien necesitada de ellos.
Rando aclara que la fundación -cuyo registro publicaba el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía del 19 de abril- es por el momento «cien por cien privada» y que piensa sufragar no sólo la puesta en marcha de la entidad, sino también el futuro mantenimiento de la misma, así como la conservación de las más de cien obras de arte que donó en 2008 a la Diócesis malagueña. «Eso no quita para que estemos abiertos a la colaboración de cualquier institución pública o privada que quiera implicarse en el proyecto», acota.
En este sentido, el artista malagueño apostilla que ya ha mantenido conversaciones con el gobierno municipal, la Junta de Andalucía y la Universidad. «Quiero agradecer al Ayuntamiento la sensibilidad que ha tenido con el proyecto», prosigue, mientras añade que el Consistorio también podrá hacer uso del espacio expositivo previsto en el nuevo equipamiento cultural frente al Mercado de Salamanca.
En cuanto al objetivo de la iniciativa, Rando aporta que el centro cultural estará dedicado «al estudio del expresionismo». Una labor en la que pretende ir más allá de la plástica para analizar la influencia de esta corriente en la música, la arquitectura, la literatura...
Labor pedagógica
«Para nosotros resulta esencial esa labor pedagógica, formativa, por eso es tan importante la participación de los colegios en este proyecto. Vamos a invitar a los centros educativos a realizar visitas y actividades para que los conocimientos lleguen a la base, a los más pequeños», reivindica el artista.
En ese afán, un espacio fundamental será el claustro del convento de las Mercedarias, que durante años sirvió como patio para el colegio y la guardería que allí se instalaron. «Al margen de la rehabilitación de la zona donde estarán ubicadas la fundación y los espacios expositivos, también estamos recuperando el claustro. Es allí donde queremos organizar los talleres», argumenta Rando, que ya se ha puesto en contacto con instituciones culturales españolas y extranjeras para que presten su apoyo a la incipiente fundación.
«Queremos poner en marcha un espacio de primer nivel. Que todo aquel que quiera estudiar y conocer el expresionismo en profundidad tenga que acudir a Málaga, a este espacio ganado para la cultura. A ver si lo logramos...», concluye. Ilusión y ganas no le faltan.
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