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CRISTIAN REINO
Sábado, 30 de abril 2011, 03:27
Barcelona dejará de ser una pasarela gigante de moda de baño. A partir de la segunda quincena de mayo, pasear desnudo, sin la camiseta, en traje de baño o bikini por las calles de la ciudad será motivo de multa.
En el último pleno de la legislatura, el alcalde Jordi Hereu (PSC), con el apoyo de CiU, aprobó una de las normativas más controvertidas del mandato. Acuciado por hoteleros y comerciantes, que han protestado en infinidad de ocasiones ante el Ayuntamiento, ya que creen que ver caminar a turistas con el torso al aire libre en plenas Ramblas da mala imagen a la ciudad, el Ayuntamiento de Barcelona aprobó ayer una nueva normativa, según la cual se prohibirá y sancionará a quien vaya desnudo o con el torso al descubierto (en bikini para ellas). Según la modificación que el Ayuntamiento ha introducido a la ordenanza de civismo, nadie podrá ir en traje de baño, salvo en las piscinas, playas o los lugares donde sea habitual el uso de estas prendas, como el paseo marítimo o alguna calle adyacente a las playas.
Las multas que ha establecido el consistorio no serán ninguna broma y habrá que pensárselo dos veces antes de quitarse la camiseta, aunque el calor apriete en verano: entre 300 y 500 euros por ir desnudo y de 120 a 300 si no se lleva la parte de arriba, en terrazas de bares incluidas. Tal como denunció ICV, que votó en contra, ir en traje de baño saldrá más caro que saltarse un semáforo en rojo e ir desnudo acarreará una sanción similar a conducir a 100 kilómetros por hora por la ciudad, cuando el límite es a 50.
Según recoge la nueva regulación, se trata de «proteger el derecho de las personas que utilizan el espacio público a no sufrir molestias como consecuencia de la falta de respeto en las pautas mínimas admitidas de forma general en la forma del vestir». Hoteleros y comerciantes se quejaban de que la ciudad estaba perdiendo personalidad, se estaba vulgarizando y se asemejaba cada vez más a un parque temático, Aun así, la concejala de Prevención y Seguridad, Assumpta Escarp, quiso dejar claro que con la iniciativa «no se está regulando la manera de vestir, que es una cuestión de gusto y de criterios subjetivos, sino el hecho de no ir ataviado con ropa por las calles de la ciudad». «Hace 20 años, ustedes habrían prohibido la minifalda, el top y la camiseta Imperio», les recordó ERC a PSC y CiU. Tanto ERC como ICV afirmaron que la norma atenta contra la libertad de los ciudadanos y regula un aspecto poco usual que no ha generado ningún conflicto.
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