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SARA G. CORTIJO
Miércoles, 30 de marzo 2011, 09:50
Con un espectacular vestido de lentejuelas doradas, que dejaba entrever sus piernas, y arropada por un sinfín de piropos hizo su entrada ayer Maribel Verdú en el Auditorio del Museo Picasso, un lugar «idóneo para una obra de arte como ella», según apuntó el periodista Luis Alegre, encargado de conducir el encuentro de la actriz con el público. Con la espontaneidad que la caracteriza, la actriz hizo un repaso a sus 27 años de carrera.
Sobre sus desnudos en el celuloide, Verdú aseguró que prefiere «decir 'te quiero', llorar o reír» a quitarse la ropa ante la cámara. «A no ser que seas Elsa Pataky, que es perfecta, desnudarse es un coñazo porque siempre estás preocupándote por mil cosas», agregó la intérprete, que confesó que siempre le ha costado «muchísimo» hacerlo. Sin embargo, reconoció también que si no hubiera salido de esa manera se «habría perdido de las mejores películas» de su carrera. ' Y tu mamá también', 'La buena estrella', 'Amantes' o 'Belle epoque' fueron algunos de los ejemplos que Maribel Verdú citó de filmes en los que el guión «estaba por encima del desnudo».
La humildad fue otra de las lecciones que Verdú impartió a un público compuesto en su mayoría por estudiantes de Arte Dramático, entusiasmados por conocer los secretos del éxito de la actriz. «Nunca me imagino nada; cuando me llamaron para 'El laberinto del fauno', después de estar dos años y medio medio olvidada, pensaba que a mí no se me iba a ver y que estaría entre la figuración. Tengo los pies en la tierra», expresó la actriz, que apuntó que lo mejor de su profesión es «encontrarse las cosas por el camino y que te sorprendan».
Renovarse o morir
«Echarle morro» a los castings fue otros de los consejos que esta veterana del cine español que lleva por lema «renovarse o morir» regaló a los asistentes que acudieron al Museo Picasso para asistir al encuentro organizado por el Festival de Málaga. «Hay que avanzar, uno nunca puede quedarse atrás. Estuvo bien estar ahí entre las 'sex symbols' con Ana Belén, pero ahora hay que estar en otro lado», añadió.
Aquellos primeros castings que empezó a hacer cuando tenía 13 años, a los que acudía con trenzas, uniforme y acompañada de su madre, fueron rememorados por la actriz madrileña. «Nadie me quería», confesó Maribel Verdú, que añadió: «Solía coincidir con Aitana Sánchez-Gijón y Emma Suárez. Aitana venía de familia más liberal, pero Emma y yo acudíamos a los castings con nuestras madres, que luego terminaban haciendo de figuración en las películas».
En el capítulo de recomendaciones, apuntó que en los castings «no se te debe ver tímida, ya que a los directores les gusta notar que no tienes miedo a nada». La actriz, que se confesó amante de los libros y del cine, al que acude como mínimo dos veces por semana, manifestó que la culpable de que pasara dos años y medio sin que ningún director la llamara fue Leonor Watling.
El momento en el que se le desencajó la mandíbula durante la representación de la obra 'Juana la Loca' ha sido el «peor momento sobre un escenario» que la actriz recordó ayer en Málaga.
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