

Secciones
Servicios
Destacamos
M. M.
Domingo, 20 de febrero 2011, 02:41
Loli Pérez siempre fue aficionada a la lectura. Empezó frecuentando la biblioteca de la Diputación Provincial; después la bautizada como María Zambrano (Huelin)... hasta que acabó convirtiéndose en usuaria de la Provincial. Allí, esta granadina de 46 años entró en contacto con otros aficionados y decidieron crear un club de lectura. Cinco años después, lo mantienen. Se encuentran cada jueves a las 18.00 horas en la sede de la Biblioteca Pública del Estado-Biblioteca Provincial de Málaga. No entienden de edad, ni de sexo, ni de nacionalidad.
Solo hay que echar un vistazo no solo a los clubes de lectura, también a los talleres, a los encuentros con autores, los cine-fórum o los cuentacuentos de los que son testigo cualquiera de las bibliotecas públicas malagueñas, convertidas hoy en puntos de encuentro abiertos a todo tipo de inquietudes, desde cine a cursos de introducción a las nuevas tecnologías. Aunque, como es lógico, lo que prima es la literatura. Como se puede ver en los clubes de lectura de las bibliotecas Cristóbal Cuevas, Emilio Prados o María Zambrano, este último, impulsado por un grupo de madres. En la biblioteca José María Hinojosa, por su parte, funciona desde hace dos años una tertulia literaria. Tal es la demanda que hay incluso lista de espera.
En la Biblioteca Provincial, en torno a una quincena de usuarios se dan cita cada semana en el club de lectura. Al más puro estilo Juan Palomo. Porque la iniciativa partió de ellos mismos y ellos mismos son los que la coordinan. Eso sí, con el 'guión' del Centro Andaluz de las Letras (CAL). Como la veintena de pueblos malagueños -y otras tantas librerías- que también utilizan su biblioteca municipal para desmenuzar y ver desde diferentes puntos de vista un libro en común.
Incluso organizan intercambios entre ellos. Sin ir más lejos, recientemente, Loli Pérez y su grupo compartían un encuentro en Archidona en torno a la novela 'Celda 211' y su versión cinematográfica. «A menudo nos llevamos gratas sorpresas con autores que no conocíamos», admite Pérez, que también asiste al club de lectura que se celebra en la sede del CAL.
Descubrir nuevos autores
Nada extraño. Es habitual asistir a más de un club de lectura. También lo hace Miguel Ángel Jiménez. Además de acudir al de la Biblioteca Provincial, se deja ver en el de la Casa del Libro, a veces en el de Cincoechegaray y, por supuesto, en el de la biblioteca Cristóbal Cuevas (Miraflores), la 'suya'. A su juicio, el propósito común es «dar un paso más, conocer la opinión de gente a veces muy leída y que puede hacerle descubrir nuevos autores en ese mundo infinito y fascinante que es la literatura». Por experiencia propia, este licenciado en Derecho y técnico en Recursos Humanos de 37 años puede atestiguar que los clubes de lectura son una buena fórmula para experimentar una nueva manera de leer, «muy distinta a la lectura en solitario, porque resulta muy enriquecedor conocer las opiniones de los demás respecto a un mismo texto. A veces se descubren así aspectos insospechados de los libros».
Su coordinador, Jorge Muñoz, lo entiende como el «despertar de inquietudes culturales necesarias para la sociedad», el «resurgir no solo como fomento lector, sino como foco cultural del barrio». Tanto es así que el club ha servido para impulsar un colectivo para «popularizar la cultura», la Asociación de Amigos de la Biblioteca Cristóbal Cuevas -en su blog El hogar de las palabras, Jiménez da buena cuenta de sus actividades y de otras relacionadas-.
Ahí no solo entrarían los libros, también el séptimo arte, el teatro o el arte. Así, al club de lectura de adultos, que lleva más de un año funcionando, han unido otro infantil, un cine-fórum, un taller de escritura, y otras propuestas que se van programando progresivamente, como visitas culturales o actividades de fomento de la lectura en la tercera edad.
También fuera
Al fin y al cabo, como asegura Jiménez, se trata de «conocer gente con inquietudes culturales que quieran dar un sabor diferente a su ocio». La cita es algún que otro sábado para tomar café, ir al cine o al teatro y después hablar sobre lo que han visto mientras cenan. Durante la semana, también es posible verlos en el Albéniz, en alguna de las proyecciones de la cinemateca, o también en alguna conferencia, como la que ofreció hace un par de semanas Eduardo Mendoza en el Museo Picasso.
En ella también se dieron cita clubes de lectura procedentes de otros puntos de la provincia, como Cuevas de San Marcos o Archidona. Allí, como en otras localidades, las bibliotecas municipales sirven de punto de encuentro para hablar tanto de clásicos de la talla de Jane Austen o Bécquer como de autores contemporáneos, caso de Vargas Llosa o García Márquez.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El origen de la expresión 'joder la marrana' y su conexión con el vino
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.