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Los locales vacíos se están convirtiendo en algo habitual en centros comerciales que hasta hace poco tenían listas de espera de potenciales inversores. :: SUR
La crisis entra en el centro comercial
MÁLAGA

La crisis entra en el centro comercial

Crece la rotación de los negocios, que cada vez tienen más dificultades para hacer frente a los altos alquileres de estos espacios. Las grandes superficies se enfrentan al aumento de locales vacíos y a la caída del consumo

AMANDA SALAZAR

Viernes, 28 de enero 2011, 17:58

Tras la campaña navideña, ni siquiera la vorágine de las rebajas puede esconder que la crisis también ha entrado en los centros comerciales. 'Próxima apertura', 'Muy pronto en este espacio', 'Local libre'... Los letreros con estas consignas y las lonas o persianas echadas se multiplican en los grandes almacenes de la provincia. Atrás quedan los tiempos en los que las marcas hacían cola para poder instalarse en sus locales, ahora con demasiados huecos vacíos.

Hasta ahora, las grandes superficies habían resistido mejor la caída de las ventas pero, después de tres años de vacas flacas, tienen cada vez más dificultades para mantener los negocios y atraer nuevos inversores a sus galerías. Así lo confirman los gerentes consultados, que señalan que, en líneas generales, ha crecido la rotación de sus establecimientos, es decir, que cada vez pasan más empresas por un mismo local sin que ninguno parezca consolidarse. La ocupación media está en el 90%; una caída del 10% con respecto al año pasado, cuando lo habitual era que colgasen el cartel de completo.

Íñigo Molina, delegado en Málaga de la consultora inmobiliaria de CB Richard Ellis, asegura que los espacios de los centros comerciales que se encuentran libres tardan ahora más en alquilarse. «La mayoría de las franquicias han parado sus políticas de expansión, algunas están incluso cerrando locales y las pocas que siguen en crecimiento, tienen ahora más donde elegir, con lo que se tarda mucho en concretar las operaciones», dice.

Mientras, las lonas siguen echadas. No hay más que dar un paseo por algunos de los centros comerciales más antiguos de la capital para ver que, donde antes había escaparates, ahora hay paneles. La peor parte se la llevan las zonas de restauración frente a la moda, que mantiene el atractivo y percibe en menor medida la caída de ventas. «Lo primero en lo que ahorran los consumidores es en ocio y restaurantes, con lo que son los espacios que más han notado las dificultades», dice Alejandro Garzón, gerente del centro comercial Victoria, en la Cala del Moral.

Superficies 'prime'

Aunque esta realidad varía mucho en función del centro comercial. Los llamados 'prime', que mantienen la afluencia de público y un buen nivel de ventas, apenas perciben la crisis. Es el caso de centros como Vialia en la capital, La Cañada en Marbella, el Ingenio en Torre del Mar o en Parque Miramar en Fuengirola. Y dentro de los centros, las franquicias y grandes cadenas tienen más herramientas para resistir que el pequeño comercio instalado en estas zonas, en las que los alquileres siguen siendo más elevados que en la calle.

Pese a todo, los responsables de los centros comerciales explican que una cosa son los locales vacíos 0y otra los establecimientos que, aunque permanezcan cerrados, tienen ofertas sobre la mesa. «Nosotros estamos haciendo una reestructuración y la rotación de locales es una estrategia para traer novedades a nuestro centros y marcas que hasta ahora no están implantadas en la provincia; por eso, tenemos dos restaurantes en trámites de negociación y pronto volverán a funcionar», afirma Javier Moreno, de La Cañada.

Lo cierto es que la mayoría de los centros consultados mantiene la afluencia de público. «Nosotros hacemos bien nuestro trabajo, hemos creado un entorno atractivo para los clientes; pero si antes se iban con dos bolsas, ahora se van con una o con ninguna», dice Garzón, de la Victoria.

«El año pasado pasaron por el centro comercial Larios diez millones de personas, aproximadamente la misma cifra que el año anterior a pesar de que en el último semestre nos vimos rodeados por las obras del metro», dice Jesús María Condón, gerente del centro. Pero La afluencia no se traduce en ventas. «No somos ajenos a la situación de nuestra clientela», dice Antonio Romero del Rosaleda, que hace referencia a la figura del 'paseante' que llena las grandes superficies sin hacer gasto.

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