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Alfonso Canales, que pasó su vida rodeado de libros y dedicado a la poesía, en una fotografía de 2005 tomada en la biblioteca de su casa. :: SUR
Canales, el último poeta barroco
CULTURA

Canales, el último poeta barroco

El autor, humanista y bibliófilo malagueño muere a los 87 años dejando un ingente legado

R. CORTÉS

Viernes, 19 de noviembre 2010, 19:16

«Hermoso es morir joven/ y dejar el recuerdo de la piel no tocada/ por agravios del tiempo:/ pero lo es más haber vivido mucho/ y haber hecho que el cuerpo se fatigue/ de amor y de labor...». Con estos versos escritos en 1979 e incluidos en su libro 'El Puerto' recordaba a Vicente Aleixandre el poeta Alfonso Canales. Él también ha vivido. La voz del autor malagueño se apagó ayer después de una vida consagrada a la creación literaria en todas sus facetas.

Canales falleció a los 87 años tras una larga enfermedad que lo tenía alejado de la vida pública desde hace meses y deja tras de sí un importante legado bibliográfico y una obra densa. Todos coinciden: «Se ha ido uno de los grandes poetas del siglo XX». El autor ha sido enterrado esta tarde en Málaga, tras una misa en su memoria a las 17.00 horas en Parcemasa. En el sepelio se han dado cita numerosas personalidades del ámbito de la cultural, familiares y amigos.

Para Alfonso Canales la poesía siempre fue una forma de ver el mundo desde la juventud. Y por eso le dedicó su vida entera. Una vida que se plasmó en sus poemas, en los que la crítica siempre ha advertido dos características fundamentales: su perfección estilística y su vinculación con sus experiencias vitales. De ello dan fe obras como 'El Candado', donde bucea en su infancia en este barrio, 'Ocasiones y réplicas' o 'La teja'. La influencia de los grandes clásicos y del barroco se aprecia desde sus primeras publicaciones, como 'Cinco sonetos de color y uno de negro' (1943) y 'Las musas en festín. Sonetos para pocos' (1950).

Reconocimientos

Nacido en Málaga en el año 1923, Canales deja a su muerte un importante legado literario, con obras de referencia como 'Sonetos para pocos','Port-Royal', 'Cuenta y razón', 'Tres oraciones fúnebres' y 'Aminadab'. Unos libros que le valieron reconocimientos tan prestigiosos como el Premio Nacional de Literatura en 1965 y el Premio de la Crítica en 1973. «Sus libros eran rompedores, fundamentales para la poesía española, abrieron camino», resalta el poeta y profesor de la Universidad de Málaga, Francisco Ruiz Noguera.

Casualidades de la vida, sus últimos escritos se dieron a conocer precisamente ayer con la presentación del libro 'Historia del transporte en Málaga', del historiador y académico Manuel Olmedo Checa. En la publicación, Canales colaboraba con varios artículos.

Hijo Predilecto de Málaga y Medalla de la Ciudad, el autor se ha mantenido siempre ajeno a las modas literarias. Poeta, crítico literario, bibliófilo y abogado, atesoraba en su casa de la calle Martínez Campos la mayor y más valiosa biblioteca de Andalucía, formada por más de 20.000 volúmenes. Su intención -según afirman sus amigos- era donarla a la Universidad de Málaga, en cuyo impulso inicial se implicó.

Canales comenzó los estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Granada, pero luego lo pensó mejor y se licenció en Derecho, actividad en la que ejerció hasta sus últimos años de vida. Sin embargo, su gran pasión fue la literatura. Canales fue el fundador junto a su inseparable José Antonio Muñoz Rojas, fallecido el año pasado, de la revista 'Papel Azul' en el año 1951, después daría forma a la colección de libros 'A quien conmigo va', también con el poeta antequerano, y 'El Arroyo de los Ángeles', junto a José Salas. Además participó activamente en la creación, junto a Bernabé Fernández Canivell, de la revista 'Caracola' (1952-1973) dirigida por José Luis Estrada.

Ruiz Noguera le define como un «humanista y un erudito». «Era un hombre del Renacimiento. No solo sabía de literatura, sino que era un gran entendido en música y pintura», añade Manuel del Campo, sucesor de Canales al frente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo. Veinte años estuvo el escritor malagueño al frente de la institución, entre 1986 y 2006. Y no fue el único sillón de académico que ocupó: también tenía su lugar en la Real Academia de la Lengua Española y en la Academia de la Historia. Como gran amante de la creación artística en todas sus vertientes, fue uno de los más activos defensores del Museo de Bellas de Artes de Málaga. Eso sí, «el mejor regalo que se le podía hacer era un libro», añade Del Campo.

Una época difícil

Testigo de una época difícil de recordar por la crudeza de los acontecimientos, Alfonso Canales vivió en primera persona los bombardeos de la guerra civil y durante los años 50 y 60 acogió en su domicilio tertulias literarias de las que disfrutaron, además de Muñoz Rojas, autores como Camilo José Cela -al que, en un ingenioso cruce epistolar, desveló la historia del 'cipote de Archidona', que luego el premio Nobel incorporaría a un relato- Julio Caro Baroja, Dámaso Alonso, Manuel Alcántara, Aleixandre o Gerardo Diego, entre otros.

Su creación ha sido recopilada en diferentes antologías y entre las últimas publicadas se encuentran la que editó la Universidad de Málaga en 2005, bajo el título de 'Lo dicho', y la que presentó un año después la Fundación José Manuel Lara, 'Ocasión de vida'. «Ha muerto un grandísimo poeta. Ha sido una gran pérdida no solo para Málaga, sino para la poesía española», lamentaba Ruiz Noguera.

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