Muere en Málaga a los 87 años Miguel Pino, un clásico del teatro de títeres

Su voz se apagó ayer, pero su grito de guerra volverá a sonar mañana, cuando los niños de un colegio malagueño llamen una vez más a su personaje estrella: «¡Peneque, Peneque, dónde te metes!». Miguel Pino, el último titiritero clásico, falleció en la madrugada de ayer en Málaga a los 87 años tras sufrir un derrame cerebral. Extremeño afincado en la Costa del Sol desde hace más de 45 años, Pino deja huérfanas a sus muchas marionetas en plena celebración del medio siglo de vida de su compañía teatral, fundada en 1959. Tal era la fama de su muñeco Peneque, que nueve monumentos recuerdan hoy al títere en Astorga (León), Trujillo (Cáceres), Quesada (Jaén) Roquetas de Mar (Almería), Málaga (en el Parque del Cine)... La próxima escultura será descubierta el 28 de noviembre en Pizarra. «Él estaba muy orgulloso de haber repartido tanta alegría con él. Peneque era su vida y uno más de la familia», recuerda emocionado su hijo, Miguel Pino Jr.

Pionero del teatro de marionetas en España, Pino era «un trabajador incansable». «Siguió inventando historias hasta el último momento», cuenta Miguel Pino Jr. Él y su hermano Antonio tomaron hace años las riendas de la compañía Producciones Infantiles Miguel Pino, pero el fundador y creador nunca se desvinculó de ella. «Estaba al tanto de todo, eso le daba vida. Siempre decía que él era nuestro mayor y principal fans», declara el actual gerente del grupo teatral.

«Era un hombre muy digno y honesto», rememora Diego Guzmán, director de Acuario Teatro, compañía malagueña orientada también al público infantil. Define a Pino como un «artista completo», con el mérito de haber levantado «él solo» su firma, haber fabricado sus propios muñecos y haber sido además «de los primeros en saber buscarse un 'sponsor' para su compañía». De hecho, sus marionetas se convirtieron en la imagen de marcas como Pepsi Cola, Cola Cao y El Caserío, con la que visitó colegios de toda la geografía.

En la escuela

Entre los que se sentaban en el pupitre estaba Ángel Calvente, director de la compañía teatral El Espejo Negro. «Lo vi por primera vez en la escuela hace muchísimos años cuando hacía su espectáculo de títeres con los quesitos», recuerda. De Miguel Pino destaca que siempre «ha sido una persona fiel a sí misma, queriendo mucho lo que hacía y llevando el teatro de títeres a muchas partes donde no llegaban otros». Calvente «firmaría» por mantener su sello más de 50 años sobre el escenario, como ha hecho Miguel Pino. «Él se ha ido, pero los niños y los ya no tanto siempre recordaremos ese '¡Peneque, Peneque, dónde te metes!'», señala.

Lo recordarán, entre otras cosas, porque lo seguirán gritando. «Ahora la compañía continúa divirtiendo a los niños de manera sana, cuidando mucho las historias y el lenguaje», resalta el escritor Pablo Aranda, que ha puesto el texto a una obra escenificada este año por los títeres de Miguel Pino, dentro de un proyecto educativo del Área de Cultura de la Diputación. «Que haya conseguido mantener la compañía e inculcar su pasión a sus hijos, hace que incluso un día triste como hoy le recordemos con una sonrisa», concluye Aranda. A lo largo del próximo ejercicio, la Diputación «continuará con la labor de difusión de su obra», tal y como confirmó ayer la diputada provincial de Cultura, Susana Radío. «Es una gran pérdida para el mundo de los titiriteros, ya casi desaparecido», lamentó.

Dar la vuelta varias veces al país solo con un coche que siempre se averiaba, una maleta «y mucha ilusión» -cómo él mismo decía- le hizo merecedor de decenas de homenajes por toda España. Uno de los últimos fue este agosto en su ciudad de acogida, en el malagueño Parque del Cine. «Se ha ido sabiendo que tenía a su ciudad con él», apunta la concejala de Sostenibilidad, Teresa Porras. La misa por Miguel Pino se oficiará a las 11.00 horas de hoy en Parcemasa, donde descansarán sus restos mortales. Hoy Peneque está de luto, pero mañana «la función debe continuar». «Estaremos en un colegio con los niños. Peneque es eterno», sentencia Miguel Pino Jr.