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ANTONIO ROCHE alroche@diariosur.es
Viernes, 29 de octubre 2010, 04:05
Alvaro García es un funcionario de Justicia que vive por el flamenco de Jerez y muere por su Virgen del Rocío. O al revés. Es victoriano y, excepto su afición a llevar al hombro el guión de su cofradía, está lleno de virtudes. Habla de forma pausada, como si estuviera dormido; sin embargo es un joven con muchas inquietudes y capaz de mover Roma con Santiago para lograr sus propósitos.
Hace un par de meses se propuso organizar una gran fiesta para festejar el centenario de la abuela de su mujer, Carmen López Hidalgo. Dicho y hecho. Logró que el Ayuntamiento de Padul (Granada), pueblo donde nació Carmen Prieto Rojas el 20 de octubre de 1910, le enviara una fotocopia del acta literal de nacimiento. Ya está el documento enmarcado. Álvaro García se dirigió al Papa para que se sumara a la efeméride, y Benedicto XVI le envío desde el Vaticano su bendición apostólica personalizada en forma de pergamino.
El susodicho aficionado al flamenco y enamorado de 'La Novia de Málaga' consiguió reunir a los cinco hijos de Carmen -Carmen, Manuel, Paqui, Jose Luis y Esperanza Lopez Prieto-, a los once nietos y a los quince bisnietos el pasado sábado, día 23, en torno a una acción de gracias en la parroquia de San Lázaro y a un posterior almuerzo en el Real Club Mediterráneo. El párroco, Antonio Eloy Madueño, centró su intervención en la celebración y el alcalde de Padul, Manuel Alarcón, la llamó por teléfono para sumarse al homenaje. Sin embargo, Carmen Prieto Rojas no esperaba que el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, le aguardara en el Real Club Mediterráneo para felicitarla personalmente y compartir con ella y sus familiares una copa de vino. Todo preparado y hurdido por Álvaro García, con la complicidad multimedia de Antonio Pino.
Carmen Prieto se afincó en Málaga en los años treinta y sus hijos nacieron en esta ciudad. Por tanto, se siente malagueña y victoriana por los cuatro costados. Siempre ha vivido en el barrio de la Victoria. Empezó en la calle Picacho y continuó en Pinillos, Peña y ahora en la calle Almagro. Es una enamorada de Málaga y de sus cosas. A pesar de la avanzada edad, ella se encuentra en perfecto estado de lucidez, como lo demostró el día de la fiesta.
Otra sorpresa que le prepararon a esta veterana mujer fue la actuación de la compañía de títeres de Miguel Pino. «En el mundo del espectáculo infantil se dice que nuestras obras son para niños de 1 a 99 años, pero ya podemos decir que hemos actuado para una niña de 100», comentaron Antonio Pino e Isabel Hurtado.
La bisabuela de Rocío García López nunca olvidará ese momento. Y es que cien años no se cumplen todos los días ni se tiene un nieto-yerno como Álvaro García.
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