La Virgen que llegó con los Reyes Católicos

La Virgen de la Victoria está ligada a Málaga desde 1487, cuando los Reyes Católicos tomaron la ciudad. Hace, por tanto, 523 años que se rinde culto a la imagen. La festividad de la Victoria es el 8 de septiembre, ya que ese día la Iglesia católica conmemora el nacimiento de la Virgen María. La leyenda indica que la escultura, de origen flamenco, fue regalada a los Reyes Católicos por el emperador Maximiliano de Austria. Sin embargo, estudios recientes, aun sin negar el ascendente flamenco de la talla, señalan que pudo ser realizada por imagineros del círculo sevillano de Lorenzo Mercadante de Bretaña, sin descartar que la autoría corresponda a Juan de Figueroa, escultor de séquito de los Reyes Católicos. Lo que sí está confirmado es que el niño que figura en el regazo de la imagen lo hizo el artista malagueño Adrián Risueño en 1943, poco antes de que se coronase canónicamente a Santa María de la Victoria.

Aunque la veneración de los malagueños a la Virgen que estuvo con los Reyes Católicos en el campamento que estos instalaron para sitiar la ciudad a finales del siglo XV se mantuvo y acrecentó a lo largo del tiempo, no fue hasta 1867 cuando el Papa Pío IX la declaró Patrona de Málaga y su diócesis.

La talla, de cuya custodia se encargaron desde los primeros tiempos los frailes mínimos (orden fundada por San Francisco de Paula), se situó en un santuario construido en el lugar donde Isabel y Fernando asentaron su campamento. El templo se inauguró en 1518. En 1693 se demolió y se procedió a la construcción del actual, gracias a la iniciativa de los condes de Buenavista.

El historiador malagueño Elías de Mateo Avilés señala que «junto al elevado valor artístico de la talla y el excepcional conjunto arquitectónico donde se le da culto, la Virgen de la Victoria ha sido desde la reconquista el más importante referente mariano de Málaga».

La Hermandad de la Victoria se creó en 1875. En esos años finales de la centuria decimonónica, la Virgen salía en procesión si había dinero para ello. En caso contrario, se quedaba en su templo. No obstante, en los más de cinco siglos de presencia de la imagen en Málaga se organizaron numerosas salidas procesionales extraordinarias. El motivo era que la Virgen intercediese en caso de catástrofes naturales, guerras o epidemias.

Acto de coronación

El 8 de febrero de 1943 se procedió a la coronación canónica de Santa María de la Victoria, en un solemne acto celebrado al final del Parque, en lo que hoy es la plaza de Torrijos. El germen de la coronación se encuentra el 16 de abril de 1939, día en que la Virgen fue llevada en procesión a su santuario tras haber permanecido en la Catedral desde 1931. Cuando la imagen llegaba a su templo victoriano, el entonces obispo de Málaga, Balbino Santos Olivera, preguntó a la multitud si quería que la Virgen fuese coronada. La respuesta fue multitudinariamente afirmativa. Seguidamente, se iniciaron los trámites para lograrlo. La autorización fue otorgada por la Santa Sede en 1941. El pontífice era Pío XII. Una vez dado el visto bueno papal, se constituyó una comisión procoronación, con la finalidad de prepararlo todo y recaudar fondos.

Elegir el lunes 8 de febrero de 1943 para la coronación tuvo también un componente político, porque se conmemoraba el sexto aniversario de la entrada en Málaga de las tropas de Franco. La Virgen partió de la Catedral en un trono de flores portado por próceres de al ciudad y destacados miembros locales del régimen. A la coronación asistió el ministro general del Movimiento, José Luis Arrese. La ceremonia la ofició el nuncio de Su Santidad en España, monseñor Cicognani, acompañado por varios obispos, entre ellos Santos Olivera. Unas 50.000 personas presenciaron el acto.