Una romería con aire cofrade

No es Semana Santa, pero ayer había cierto aroma cofrade en el barrio de la Victoria. La Reales Cofradías Fusionadas fue ayer la protagonista de la romería urbana al Santuario de la patrona de la ciudad, que un año más contó con el respaldo de malagueños y visitantes en lo que supone el arranque oficial a la feria del centro.

Desde las once de la mañana, numerosas personas se acercaron a la puerta del Ayuntamiento para presenciar la salida de la comitiva. Una mezcla de acentos hacía notar que la romería se ha convertido en algo de interés turístico y madrileños, asturianos, ingleses e italianos sacaban sus cámaras para retratar el momento.

Pasadas las doce del mediodía, el cortejo se ponía en marcha al son de los himnos de España y Andalucía. A la cabeza, el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre; y la presidenta de la Asociación del Centro Histórico, Trinidad Fernández, acompañando en todo momento a Eduardo Rosell, hermano mayor de Fusionadas, que ejercía de abanderada coincidiendo con el 75.º de la primera salida procesional del Cristo de Ánima de Ciegos. El enganche, adornado para la ocasión, se completaba con el concejal de Cultura, Miguel Briones. Tras ellos, el concejal de Turismo y Deporte, Elías Bendodo; la rectora de la Universidad de Málaga, Adelaida de la Calle; y miembros de la Hermandad de la Victoria.

Saludos al público

La gran cantidad de caballos que encabezaban el grupo partieron hacia la rotonda del Marqués de Larios abriéndose hueco entre el gentío a la altura de la plaza de la Marina. Minutos después llegaba el primero de los actos oficiales: la tradicional izada de la bandera de la ciudad. Rosell, orgulloso y emocionado, ondeó la enseña de la ciudad ante la algarabía de los presentes, que no tardaron en romper en aplausos.

Banda de Fusionadas

La romería prosiguió su camino hacia el Santuario de la Victoria, con un calor que iba en aumento aunque, afortunadamente, nada que ver con el vivido en las últimas jornadas. El recorrido tenía una parada prevista en el hotel Posada del Patio, donde la banda de cornetas y tambores de Fusionadas tenía pensado ofrecer unas malagueñas por el treinta aniversario de la agrupación, pero la falta de tiempo impidió que este homenaje se llevara finalmente a cabo.

De todas maneras, la romería estuvo siempre acompañada de agrupaciones y peñas que amenizaban el recorrido con sus malagueñas y verdiales. Hasta cuatro veces se detuvo el enganche principal para escuchar los cánticos que se daban desde el público: una vez en Carretería, otra frente al antiguo cine Astoria, después en calle Victoria y por último, ante la basílica.

No sólo Rosell estaba nervioso por el acto. Los caballos que encabezaban el cortejo dieron algunos sustos durante el recorrido, sobre todo el del segundo enganche donde iban Bendodo y De la Calle. Los animales se desbocaron un poco al paso por el Pasillo de Santa Isabel y la calle Carretería, pero sin que el asunto pasara a mayores.

Al santuario llegaron en torno a las 13.20 horas para comenzar el tradicional oficio religioso diez minutos después. Antes de dar inicio la misa, los caballos que comandaban la romería empezaban a buscar la sombra y sus dueños descasaban tomando algo fresco para aliviar el calor, mientras las campanas empezaban a repiquetear para avisar que el acto dentro del templo iba a comenzar.

Dentro de la basílica, se recibió al abanderado con cánticos de la banda Aire Andaluz, hasta que colocó el estandarte malagueño en el altar. Allí estaban bien situados los que desde primera hora de la mañana habían tomado posiciones. Unas malagueñas en honor a la Virgen de la Victoria y la tradicional ofrenda floral pusieron el colofón a un brillante y emotivo acto que dio el pistoletazo de salida a la feria de día. A su conclusión, la gran mayoría enfiló el camino de vuelta hacia el centro para empezar con buen pie los festejos en el casco urbano de la ciudad.