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ÁNGEL ESCALERA
Martes, 10 de agosto 2010, 11:22
Una técnica que consiste en aplicar calor en las células cancerígenas hasta destruirlas se lleva a cabo en el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Victoria a pacientes que sufren un tumor de hígado del que no pueden ser operados. El tratamiento ofrece las mismas garantías y grado de supervivencia y curación que la intervención quirúrgica convencional. Más de 140 enfermos se han beneficiado de este sistema. En el 95% de los casos se consiguió eliminar el cáncer.
El responsable de la sección de Tomografía Axial Computerizada (TAC) del Hospital Clínico, José Antonio Villalobos , especialista en radiodiagnóstico y medicina interna, explicó que la técnica percutánea (se aplica a través de la piel) está indicada para tumores hepáticos primarios que no es recomendable operar, porque la intervención implica un porcentaje muy grande de complicaciones para el paciente.
El tratamiento puede desarrollarse de tres formas. Los primeros casos se realizaron inyectando al enfermo alcohol de 96 grados en el tumor. Esa solución alcohólica quema las células malignas. Más tarde, empezó a utilizarse la radiofrecuencia, es decir, en aplicar calor a temperaturas muy altas que destruyen el tumor. El tercer paso, y más avanzado, consiste aplicarle al enfermo microondas con calor. Este método tiene la ventaja de que quema zonas tumorales mayores (cánceres de mas de cuatro centímetros). Además, no sólo sirve para hacer frente a un tumor de hígado, sino también para los de pulmón, riñón y hueso, subrayó el doctor Villalobos. Con frecuencia se emplea una combinación de los tres tratamientos.
El mejor camino
Previamente a la aplicación de alcohol o calor es necesario encontrar el camino más seguro para llegar hasta el tumor. Para ello, se le hace al enfermo una ecografía o TAC. Luego se recurre al alcohol, la radiofrecuencia o las microondas de calor para destruir las células cancerígenas. En este tratamiento mínimamente invasivo se tardan unos treinta minutos. Al enfermo se le da una sedación anestésica y, tras permanecer veinticuatro horas hospitalizado, se marcha a su casa.
«Los resultados que se obtienen con esta técnica percutánea son similares a los ofrecidos por la cirugía convencional. La ventaja es que aquí se le ahorra al paciente una intervención y se va antes a su casa», comentó el doctor Villalobos.
Este especialista dijo que el tratamiento no sólo es válido para enfermos con un tumor primitivo de hígado, sino que también se puede aplicar a personas con cáncer de riñón, pulmón y huesos. «A través del calor conseguimos quemar y destruir las células cancerígenas», comentó el responsable de la unidad de TAC del Clínico.
El responsable de la sección de Tomografía Axial Computerizada (TAC) del ClínicoAñadió que el frío también permite eliminar esas células, aunque el Clínico Universitario, de momento, sólo utiliza el tratamiento con calor.
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