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CRISTINA GONZÁLEZ HÉCTOR BARBOTTA ENVIADO ESPECIAL marbella@diariosur.com
Viernes, 6 de agosto 2010, 13:02
Echar un vistazo a la cobertura que los medios de comunicación internacionales dieron ayer al desembarco de la primera dama estadounidense en la Costa del Sol, especialmente en su visita vespertina al casco antiguo de Marbella, se convirtió en una misión casi reservada a los políglotas. Al margen de la prensa americana y británica, que cubrió con estilos y enfoques de lo más dispares el arranque de las vacaciones de Michelle Obama y su hija pequeña Sasha en el hotel Villa Padierna de Benahavís, quien manejara con soltura varios idiomas pudo conocer las claves de su periplo por Andalucía en todas las lenguas europeas, pero también en malayo o chino.
Solo con teclear las palabras Obama y Marbella en 'google' se obtenían de una tacada 879.000 resultados de este binomio que desde hace apenas dos semanas está en boca de todos y que ha dado brillo a la presencia de la Milla de Oro en el mapa internacional. La prensa de los cinco continentes se hace eco del asueto de la esposa del presidente Barack Obama con alusiones incesantes al sur de España, a la Costa del Sol y a Marbella. Fueron los destinos que más resonaron entre las líneas de los artículos. En menor medida también Benahavís, localidad donde se levanta el establecimiento de cinco estrellas gran lujo en que se alojará hasta el domingo la familia Obama, un grupo de amigos y varias decenas de integrantes del Servicio Secreto. En total, 60 habitaciones y una villa de cuatro plantas. «Son una madre y una hija en un viaje privado y hay que dejarlo ahí», aclaraba en el 'Chicago Sun' el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs. Caso omiso.
Precisamente los rotativos más críticos con Obama, que en ningún momento lanzan su artillería pesada contra Marbella como destino, sí cargaron las tintas contra la factura que pasará a las arcas americanas de regreso a EE UU en un momento en el que abogan porque sean los gobernantes los primeros en dar ejemplo a la hora de apretarse el cinturón. Con el llamativo titular «Deslumbrantes vacaciones de la moderna María Antonieta», el 'New York Daily News' arremetía contra el dispendio de la primera dama, a la que comparaba con la reina del siglo XVIII ejecutada durante la Revolución Francesa y que fue conocida por su sibaritismo y su afición al lujo.
¿La fotografía? La que le interesa a la Costa del Sol para venderse como paraíso vacacional: Michelle Obama en su paseo por el casco antiguo de Marbella, la misma que se repitió en la mayoría de los periódicos internacionales, junto con el momento en que madre e hija bajaban la escalerilla del 'Air Force Two' o las espectaculares estampas del hotel gestionado por Ritz Carlton. Garantía de exclusividad.
La soledad del presidente estadounidense en su 49º cumpleaños fue otro de los temas recurrentes. 'The New York Times', el periódico más influyente del mundo, dedicó una página a que Obama se había quedado sin tarta e ilustró la información sobre la ausencia de su mujer y su hija con la visita de ambas al centro histórico marbellí. Uno de esos impactos publicitarios de valor incalculable de los que se viene hablando en los últimos días. Los otros tres principales periódicos de EE UU-el 'Washington Post', 'Los Angeles Times' y el 'Chicago Tribune'- también reflejaron el viaje, en todos los casos con fotografías y referencias a Marbella. Pero el asunto ha trascendido las fronteras del mercado americano para adquirir una dimensión global. El británico 'The Guardian', por su parte, dio un paso más y aliñó el periplo español del 50 por ciento de la familia del presidente estadounidense en clave política: «Michelle Obama entra en una disputa sobre el racismo». Este cebo venía a cuenta de la retirada de la referencia al supuesto racismo de la policía española que el Departamento de Estado de EE UU había colgado en su página web y que ha sido borrado de un plumazo coincidiendo con la aparición en España de la primera dama. Otra repercusión positiva de la visita.
Los más frívolos
Las webs de las principales cadenas de televisión, como la CNN, la CBS o la ABC, también reflejaron el viaje y el paseo por Marbella, aunque con enfoques más neutros. La CNN lo hizo con un discreto «Michelle Obama y su hija llegan al sur de España». Caso aparte son los medios más frívolos que, al igual que en España escudriñan de arriba abajo los estilismos de la princesa Letizia, pusieron la lupa en el fondo de armario de la primera dama. Siempre con las calles de Marbella como decorado de lujo.
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