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Apertura de puertas de un gran centro comercial. :: CARLOS MORET
Las rebajas animan la cuesta de julio
MÁLAGA

Las rebajas animan la cuesta de julio

Descuentos iniciales muy agresivos, que llegan hasta el 70%, tratan de animar las ventas y contrarrestar la subida del IVA. Los malagueños salen de compras, aunque con presupuestos más ajustados

LAURA GALDEANO

Viernes, 2 de julio 2010, 14:35

Erika y Eva habían trazado el itinerario la noche anterior. Provistas de sendas tarjetas de crédito, calzaban zapatos planos para aguantar la jornada y habían avisado en casa para que no les esperasen para comer. Asiduas a las tiendas de moda y complementos, estas universitarias no podían faltar a la cita. Comenzaban las rebajas de verano.

Como ellas, muchos malagueños se lanzaron ayer a las calles para hacerse con las gangas en el inicio oficial de la temporada estival de descuentos. Los artículos textiles, los más demandados. Rebajas agresivas de hasta el 70% que tratan de animar las compras en julio y contrarrestar el varapalo al presupuesto familiar que ha supuesto la subida del IVA, que ha pasado del 16% al 18% en su tramo general, y del 7% al 8% en su segmento reducido.

La sensación general era de menor aglomeración que otros años. Escaparates muy vistosos que anunciaban los productos a la mitad de precio, percheros desordenados y colas en los probadores, pero más sosiego que bullicio. Por las calles del Centro se podía ver a más personas paseando que comprando y en las tiendas los clientes revisaban una y otra vez cada prenda antes de echarla al cesto. Según los estudios de consumidores, este año costará soltarse el cinturón. El gasto medio de los españoles en la campaña de rebajas de verano se situará en 65 euros por persona, lo que supone un recorte del 27,7% respecto a los 90 euros del año pasado, según la Federación de Usuarios-Consumidores Independientes (FUCI).

Apertura tumultuosa

A pesar de las dificultades económicas, la estampa típica de las rebajas ha vuelto ha repetirse. Antes de que los grandes establecimientos abrieran sus puertas, muchos clientes ya se apostaban en los alrededores. Dadas las diez de la mañana, las escaleras mecánicas sufrían la fiebre consumista y descargaban pasajeros en cada una de las plantas. «Sé lo que quiero y vengo antes de que se acabe», argumentaba Carlos. La música alegre incitaba a moverse con rapidez. «Sólo quiero comprarme unos zapatos que necesito para una boda y me voy», añadía.

Los que más sufrían el ajetreo constante de personas fueron los dependientes de los establecimientos. «No doy a basto doblando camisetas», explicaba la responsable de una tienda de ropa. «No he terminado de ponerlas bien cuando veo que alguien se acerca y las desdobla. Pero bueno, eso es positivo, significa que hay clientes y que están interesados en comprar algo», explicaba.

«Las niñas jóvenes nunca ven el armario lo suficientemente lleno», contaba Mari Carmen, la madre de Susana, una adolescente de 15 años. Antes de las once de la mañana ya portaba más de cinco bolsas y estaba dispuesta a que se le gastasen antes los euros que las fuerzas. «Me he comprado tres camisetas, pero me han costado como si me hubiera llevado sólo una», alegaba la joven.

Los precios animaban a las compras. Pijama de dos piezas para chica que antes valía 19,90 euros por 9,95; chaquetas de piel para hombre con un 60% de descuento que no superan los 150 euros o barras de labios de todas las tonalidades por cuatro euros. Las rebajas, que estarán activas hasta el 31 de agosto, se presentan para todos los públicos.

«No traigo un presupuesto límite fijado desde casa porque no suelo comprar a lo loco. Necesito unas sandalias y he esperado a las rebajas, pero por muchas ofertas que haya sólo me voy a comprar las sandalias que necesito y ya está», explicaba Amalia Cano. «Si otro día veo alguna prenda que me gusta, me hace falta y de verdad está bien de precio, seguramente me la compraré, pero no creo», reía Amalia.

Inspecciones

Como todos los años, las asociaciones de consumidores recuerdan que los artículos deben llevar en la etiqueta el precio antiguo y el rebajado. Asimismo, avisan de que la calidad debe ser la misma. Los inspectores de Consumo de la Consejería de Salud de la Junta realizarán durante todo el periodo estipulado como rebajas, un mínimo de 650 controles en establecimientos de toda Andalucía para comprobar si se respetan los derechos de los usuarios.

«No me fío mucho de las rebajas», aseguraba María Belén. «En muchas tiendas sacan ropa antigua o de otras temporadas y le ponen un precio rebajado al 70%. Hay que tener mucho ojo porque engañan a las personas que buscan gangas y que compran por comprar. Menos mal que la mayoría de comerciantes tienen ética», contaba.

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