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CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Merece estar

ANTONIO ROCHE

Miércoles, 23 de junio 2010, 03:44

En Mari Paz Vega se da ese refrán que dice: «Nadie es profeta en su tierra». Desde sus comienzos, encontró más cariño en Zaragoza y en Venezuela que en la tierra que la vio nacer, y a la que ella no renuncia. Sus raíces marineras de El Palo están aquí. Málaga puede presumir con orgullo de tener a la primera matadora de toros de la historia que tomó la alternativa en España (Cristina Sánchez se doctoró en Francia). Y lo que fastidia es que le pongan tantas trabas por el hecho de ser mujer, sin que encuentre el apoyo de aquellas personas que llevan el feminismo como bandera, defendiendo casos y situaciones perdidas, y olvidándose de las que verdaderamente valen.

Ante tanta mediocridad de matadores, incluidas algunas figuras, ella torea con el capote como los ángeles. Cuando abre el compás, hinca la barbilla en el pecho y abre las manos en el toreo a la verónica a más de uno se le pone el vello de punta. Como cuando lo hacía Paula. En el ruedo no se ve a una mujer vestida de luces, sino a un auténtico torero. De hecho, en los últimos años en La Malagueta, ella ha realizado una de las faenas de capa más brillantes y sentidas, junto a José Tomás y Daniel Luque.

Con la muleta es poderosa. Sabe colocarse y corre la mano izquierda con exquisito gusto. Se tira a matar a por todas, y hace dos años se llevó el trofeo a la mejor estocada de la feria taurina de Málaga. Siempre es incluida en carteles modestos, en corridas duras, esperando, quizás, a que se estrelle. Pero Mari Paz Vega ha salido airosa del trance con gallardía, con torería, con valor... Con mucha dignidad.

En ella confluyen dos adversidades: la dificultad de no estar incluida en ese 'trust' que monopoliza el sector («tú me pones a mi torero en tu plaza y yo te pongo al tuyo en la mía») y su condición de mujer. Y encima tiene que oír declaraciones tan desafortunadas como las que pronunció Fernando Puche hace unos días: «No estamos obligadas a traerla porque no lleva público». ¿Y Uceda Leal? ¿Y César Jiménez? ¿Y Manolo Sánchez? ¿Qué público llevan esos toreros, por ejemplo, a La Malagueta? Y seguramente cobrando más que la torera.

Mari Paz Vega merece estar en la feria taurina de Málaga. Pero Málaga, a veces, es madrasta para los suyos, aunque tengan acreditada su valía.

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