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Teleoperadoras y usuarios de Fuengirola se han conocido personalmente esta semana en un desayuno. :: F. J.
La voz del botón rojo tiene cara
LA PÁGINA BILINGÜE

La voz del botón rojo tiene cara

Fuengirola acoge un encuentro entre usuarios de la teleasistencia y los operarios que les atienden al otro lado del teléfono para solventar una emergencia o charlar. Una de cada cinco llamadas está motivada por la necesidad de hablar con alguien y combatir la soledad

FRANCISCO JIMÉNEZ pjimenez@diariosur.es

Domingo, 20 de junio 2010, 14:05

Julia Parragués y Encarni del Río se conocen desde hace unos años. En sus frecuentes conversaciones telefónicas han hablado prácticamente de todo; de la familia, de las vivencias de cada una, de gastronomía e incluso del tiempo. No son amigas, pero casi como si lo fueran. Encarni es la voz que atiende a Julia cada vez que pulsa el botón rojo del servicio de teleasistencia, y no pocas son las veces que lo hace simplemente por tener a alguien con quien conversar. De hecho, el 21,5% de las llamadas responden a esa necesidad de combatir la soledad, frente al 8,8% relacionadas con una emergencia sociosanitaria. «Una vez tuve que pedir ayuda porque me caí y no me podía levantar, pero normalmente me llaman ellos para ver cómo va todo o llamo yo para que sepan que estoy bien. Aunque mis hijos vienen a casa y se preocupan por mí, me da mucha confianza saber que no estoy sola», asegura esta anciana de Fuengirola que esta semana ha podido ponerle cara a esas personas que están detrás del botón rojo a través de un encuentro organizado por el Ayuntamiento. «Estamos para todo, pero especialmente para darles seguridad y acompañamiento, ya que muchos se sienten solos. A veces nos llaman y nos dicen: 'Hoy no he hablado con nadie' o 'Llevo varios días sin salir de casa y necesito charlar con alguien'», comenta Encarni, una de las teleoperadoras del servicio municipal de teleasistencia que en Fuengirola atiende a 265 mayores a través de la empresa Sergesa Televida, que opera desde Granada.

La más veterana de los usuarios de esta prestación social en la localidad es Milagros Oliva, que a sus 82 años apenas puede salir de casa. Suele hablar con todas las teleoperadoras, pero reconoce que tiene algo especial con Julia Pérez. «Hablo mucho con ella, así que me ha hecho muchísima ilusión conocerla», reconoce mientras comparten un café y unos dulces. Un lazo que hace unas semanas se hizo aún más fuerte cuando Milagros sufrió un percance en casa. «Se había caído de la cama, estaba a oscuras y algo desorientada, así que intentamos tranquilizarla hasta que llegaron su familia y los servicios médicos», relata Julia, quien destaca la importancia de este tipo de iniciativas para ponerse cara unos a otros. «A partir de ahora serán menos fríos el teléfono y el ordenador», asegura.

Sabiendo que el servicio está operativo las 24 horas del día y los 365 días del año, los usuarios duermen más tranquilos con la seguridad de que hay quienes velan por ellos ante cualquier situación de emergencia o, simplemente, para paliar la soledad. «Saben que con sólo apretar un botón les atenderemos de inmediato y daremos respuesta a cualquier necesidad», recalca Elvira Ruiz, delegada provincial de Sergesa, que atiende en Málaga a unos 8.000 mayores.

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