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MARINA MARTÍNEZ
Martes, 11 de mayo 2010, 10:41
¿Cómo será el mundo dentro de diez siglos? ¿Conduciremos por el aire? ¿Tomaremos comida en pastillas en lugar de enlatada? ¿Existirá el bolígrafo? A más de uno le encantaría adelantarse a los acontecimientos y poder mirar por un agujero esa realidad del mañana. Pero aún no se ha inventado esa ventana, así que, mientras tanto, los interesados pueden hacerse una idea leyendo 'Fragmentos de burbuja', una novela en la que el escritor y profesor malagueño Juan Antonio Fernández Madrigal no sólo abre la puerta del futuro sino también la de NGC ficción, una nueva editorial madrileña dedicada a la ciencia-ficción, el terror y la novela negra.
En este caso, Fernández Madrigal viaja a un mundo aislado en el que reinan la oscuridad interior, la desolación y lo inerme, pero también la emotividad y el compañerismo, la inocencia y el amor, y la necesidad de vivir. ¿El eje? «La difícil convivencia entre humanos y entre humanos y máquinas». En realidad, según él mismo asegura, se trata de un «experimento sobre las posibles formas de construir sociedades humanas». Porque el verdadero interés que ha llevado a escribir a este profesor titular de la Universidad de Málaga (UMA) es «imaginar cómo podrían ser otros sistemas sociales diferentes del nuestro». Así, el autor se lanza a explorar cómo podrían configurarse esas otras estructuras: «Sociedades tremendamente empáticas (podríamos decir telepáticas), sociedades tremendamente individualistas (casi no-sociedades), sociedades tremendamente óptimas (muy poco humanas), sociedades serviles...». Todas creadas de forma artificial. No cree Fernández Madrigal que en la vida real puedan constituirse espontáneamente. Es más, considera que la sociedad de hoy «va camino del individualismo más salvaje desde hace tiempo».
Con sólo cinco personajes, este investigador en robótica con más de 150 relatos en su haber se adentra en el tema con una novela, a su juicio, «intimista, oscura y densa». No es la primera vez que lo hace. De hecho, 'Fragmentos de burbuja' es sólo una parte más de una saga que comenzara con 'Magnífica víbora de las formas' y que acaba con 'Umma'.
Con alienígenas
El primero se centra en las inteligencias artificiales y analiza cómo la sociedad evoluciona a base de fracasos y errores. Mientras que el último ya no se sitúa en la Tierra y sus personajes no recuerdan nada de lo que sucedió allí. En este caso, las personas se ven obligadas a convivir con alienígenas, advirtiendo la imposibilidad de que exista una forma de sociedad perfecta.
Tintes antropológicos y sociológicos al servicio de un solo objetivo: «Provocar emociones». Es el estímulo que mueve a Fernández Madrigal desde que empezara a escribir con apenas quince años. El género no importa, a pesar de que, hasta ahora, es la ciencia-ficción el que mejor se ajusta a su personalidad y al que siempre se ha sentido «muy cercano como lector».
«Lo importante es hacer que el lector sienta algo, causar emociones con palabras es en lo que consiste realmente escribir y no concibo una un relato o una novela que no trate de causarlas», sostiene el autor, que no obstante también cuenta en su nómina con relatos y novelas que no son propiamente de ciencia-ficción. Aunque, al final, casi siempre acaba prevaleciendo la fantasía.
Trabajar en el campo científico influye. «Es verdad que si me hace falta algún conocimiento relacionado, me siento más cómodo», dice. De hecho, su experiencia le permite reafirmarse en su creencia de que «estas máquinas se harán más y más complejas a base de integrarles más y más componentes, y llegará un momento en que no sepamos distinguir una máquina de un ser humano en algunas situaciones concretas».
Pero este doctor ingeniero en Informática no quiere abusar. A la tecnología recurre lo justo: «La literatura no es ciencia, así que cuando necesito usar algún conocimiento de robótica en alguna novela o relato procuro que sea lo mínimo posible, que sea correcto, pero que no entre en detalles innecesarios».
En 'Fragmentos de burbuja', los engaños, las manipulaciones, la soledad y las formas en que las personas aprenden a relacionarse acaban confluyendo en un destino, en principio, sin aspiración de trilogía. Curiosamente, fue hilado después de 'Magnífica víbora de las formas' y 'Umma'. No en vano, fue esta última la primera que ideó Fernández Madrigal. Luego vendría una antología de relatos que acabaría convirtiéndose en la mencionada 'Magnífica víbora de las formas', y más tarde, llegaría 'Fragmentos de burbuja', esta vez ya sí concebida como parte de la historia común.
A partir de unos dibujos
«Había que cerrar el hueco», puntualiza este comprometido malagueño que, además de escribir y programar, toca la guitarra y dibuja -de los bocetos que realizó en la Universidad salió esta saga-. «Siempre he tenido bastantes inquietudes. Decantarme en lo profesional por una de ellas sólo indica que es la que tengo para ganarme la vida, pero no que deje de lado a las demás ni que sean menos importantes para mí. Si hubiera decidido escribir profesionalmente también habría seguido interesado en la programación, por ejemplo», asegura con la satisfacción de sentirse parte de una «pequeña familia» llamada NCG Ficción que a lo largo del año lanzará sus colecciones de terror y novela negra y con la que el próximo 28 de mayo hará su puesta de largo en su ciudad natal (Casa del Libro).
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