El hombre detenido en Fuengirola confiesa que descuartizó a la mujer desaparecida

La titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Fuengirola decretó ayer el ingreso en prisión del hombre detenido la semana pasada por la desaparición de Alla Mefodova. Se le imputa un presunto delito de homicidio, según confirmaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.

El acusado compareció en el juzgado tras permanecer todo el fin de semana en la comisaría de Fuengirola. La policía lo detuvo tras investigar a las últimas personas que tuvieron contacto con la víctima. En su declaración afirmó que no recuerda cómo falleció la mujer, pero reconoció que, al ver que estaba muerta, la descuartizó y se deshizo del cuerpo, según ha podido saber SUR.

Durante el interrogatorio, el arrestado, un hombre español de entre 35 y 40 años, explicó que el 5 de abril -el día que desapareció Alla Mefodova- estuvo tomando unas copas hasta medianoche en un bar de Fuengirola. Dijo que le pidió a un amigo el teléfono de una chica de compañía. Su interlocutor le dio el número de la víctima, conocida como 'Bianca'.

El imputado manifestó que estuvieron juntos varias horas. La mujer telefoneó a las 6.15 horas a un taxista conocido para que fuera a recogerla a una gasolinera próxima al centro Parque Miramar. Sin embargo, ella no acudió a la cita y le dijo al chófer que la persona con la que estaba se encargaría de llevarla a casa.

Alcohol y drogas

El sospechoso relató que, durante la velada, se tomaron una botella de whisky y consumieron drogas. En su declaración, indicó que tuvieron una discusión, no sabía muy bien por qué, aunque especuló que podía haber sido por dinero, según revelaron fuentes cercanas al caso.

Consultado sobre este extremo, el abogado de oficio que lo asistió en el juzgado, José María Montero, quiso puntualizar que su defendido no recuerda lo que ocurrió ni cómo falleció la mujer; declaró que se quedó dormido y que, cuando se despertó, ella ya estaba muerta.

El letrado se limitó a añadir que el imputado sufrió un fuerte 'shock' en esos momentos; pensó en llamar a la policía o incluso en suicidarse, aunque finalmente, según su testimonio ante la policía, optó por deshacerse del cuerpo.

Según ha podido averiguar este periódico, el acusado contó cómo se desprendió primero de las pertenencias de la mujer; llevó su ropa y sus enseres personales a un descampado próximo a Mijas y prendió fuego a todos los efectos.

En el interrogatorio, el hombre confesó que luego compró un serrucho en una ferretería, y que descuartizó el cadáver para deshacerse de él. Reconoció que durante el proceso se desmayó en varias ocasiones, y señaló que tiró las bolsas en dos contenedores diferentes en Fuengirola.

La investigación policial se centra ahora en verificar la declaración del sospechoso, lo que pasa por una exhaustiva inspección ocular del domicilio donde se habrían producido los hechos en busca de rastros de sangre y, sobre todo, por encontrar el cuerpo de la víctima. Los agentes han empezado a rastrear el vertedero de Casares, donde se tratan los residuos procedentes de Fuengirola.

El abogado apuntó que el hombre compareció ante la jueza muy abatido, tanto que apenas podía hablar, por lo que le entregaron una copia de su declaración en comisaría para que la leyera y él se ratificó en la misma. La jueza decretó entonces su ingreso en prisión provisional.

Según las fuentes consultadas, el acusado carece de antecedentes violentos y llevaba una vida normal. Procedente de otra provincia española, se mudó hace un tiempo a Fuengirola en busca de trabajo en el sector de la hostelería; al parecer estaba trabajando como camarero en un restaurante de la Costa.