José Luis Ferris: «La literatura es el medio más eficaz para alterar la sociedad»

Cuando cayó en sus manos, José Luis Ferris (Alicante, 1960) vio claramente la historia en aquel diario. La guerra civil contada desde dentro. Un hombre cuyo padre fue fusilado quiso compartirlo con él y él supo aprovecharlo. Investigó y fue hilvanando los hilos hasta construir 'El sueño de Whitman', obra con la que Ferris ha ganado el V Premio Málaga de Novela que ayer presentaba en Madrid de la mano de la Fundación Lara y que ya va por la segunda edición apenas veinte días después de llegar a las librerías. El Instituto Municipal del Libro, con el patrocinio de Art Natura, concede el galardón, dotado con 24.000 euros y fallado el pasado mes de diciembre.

«La literatura es el medio más eficaz para alterar la sociedad, para hacer una reivindicación», aseguraba Ferris. «Ni el mejor ensayo ni el mejor discurso político tienen la misma eficacia», apuntó el autor, cuya clave está en «poner rostro a la historia para perforar el corazón». En este caso, lo hace en forma de una mujer de unos 65 años que emprende una búsqueda para reconstruir su propia vida. Pero no es un camino individual. Ferris tenía otras aspiraciones: «Reivindicar parte de la historia, pero convirtiendo una historia personal en colectiva». Eso sí, «sin voluntad de querer rescatar miserias», sino de «recordar que hay huellas que no se han borrado».

Todo parte de un ultraje cometido en la ciudad norteafricana de Larache en 1936. «¿Qué ocurrió con los militares demócratas que no se sumaron al alzamiento y la mayoría fueron fusilados en fosas en el Norte de Marruecos?». Esa es una de las preguntas que se hace Ferris. Porque son muchos prismas desde los que se pueden ver 'El sueño de Whitman'.

El origen del relato

Entre el 36 y comienzos del siglo XXI se mueve Ferris en un relato protagonizado por Claudio Valbuena y Julia Gadea, un editor y una señora de unos 65 años unidos por el diario del capitán Alonso Zaldívar, responsable de la cruenta represalia de julio de 1936 y oscuramente relacionado con la madre de Julia, que guardó el secreto de lo ocurrido hasta su muerte. Con el fin de recoger material para editar el manuscrito, ambos viajan a Marruecos. Allí descubrirán el verdadero origen de ella y, pese a la diferencia de edad, dejarán abierta una historia de amor «poco convencional, pero verosímil».

Y es que al propio Ferris le cuesta a veces dilucidar lo que es ficción y realidad en esta novela que se nutre de más de un personaje auténtico. Al fin y al cabo, esa es una de sus fascinaciones: «La ficción y la realidad jamás han tenido fronteras». «Somos lo que somos por lo que hemos vivido, pero también por lo que no hemos vivido, por los sueños y por las esperanzas», añadió el autor, que ha intentado trasladar a esta historia una de sus lemas: «No caer en retóricas ni erudiciones».