Custo Dalmau, diseñador de moda: «Mis hijos me llaman Custo»

Hoy, San Valentín, Custo Dalmau desfila en Nueva York. «El Día de los Enamorados lo celebraré por teléfono», comenta. Detrás de este catalán de 52 años y aspecto cañero se esconde un padre de familia muy numerosa. Pero hoy el rey de la camiseta se enfrenta con una sonrisa burlona a la histeria inherente a un desfile. Es Custo... Y necesario.

-Ha diseñado una botella, un velero, una Harley... Y ahora, el maillot de la Vuelta Ciclista a España. ¿Puede con todo?

-Bueno, es el 75 aniversario de la Vuelta, y ha sido un honor. Me he inspirado en las manchas de la piel del guepardo.

-Hablar de piel de animales en Nueva York... Como que no.

-Prohibido. Llevo desfilando aquí desde hace catorce años, y una vez tuvimos que parar a los de la asociación Peta. Querían salir a la pasarela con sprays y tuvimos que demostrarles que no utilizamos piel de animales. Yo presento hoy una colección con mucho pelo. Pero todo sintético. Soy incapaz de matar a un bichito para que alguien se vista con él.

-¿Es cierto que se marcha a Hollywood?

-La idea está ahí. En julio estuvimos buscando colegio para los niños.

-¿Cuántos tiene?

-Ahora, cinco. El último nació hace mes y medio. Ya tengo tres niñas y dos niños.

-¿Y todos con la misma pareja?

-La mayor no es mía biológica, pero vive conmigo desde que tiene dos años y la considero mi hija. Ya tiene 18. Yo creo que cuando pasas de dos hijos la cantidad ya da lo mismo, porque realmente la dependencia de ellos hacia ti es cero. Tienen su mundo organizado y sus 'submamás'. La de 18 es otra mamá, y la de 9 años ya empieza a querer ejercer ese papel. Es increíble el instinto de las mujeres.

-A muchos les chocará imaginarlo como 'pater familias', con ese aire tan moderno y rompedor.

-A mí no me ha cambiado la vida en absoluto.

-Será que tiene en casa a una santa.

-Mi mujer, desde luego, es todo un personaje.

-¿En qué sentido?

-Quiero decir que es una supermamá y además muy abierta y progresista. Ahora colabora con nosotros porque hemos sacado la colección de niño. Con cinco hijos ya era casi una necesidad, je, je. Hay que vestirlos. Por cierto que la colección se está vendiendo muy bien, incluso a pesar de la crisis.

-Será porque ha bajado los precios.

-Es que hay que adaptarse. Y no nos ha ido mal. Hemos abierto siete tiendas más en el último trimestre de 2009: Singapur, Hong Kong, San Sebastián, Kuwait... Tenemos ya unas 80 en todo el mundo, y este año está previsto abrir muchas más. No tanto en España.

-¿En España la cosa está peor?

-En estos momentos es una de las peores economías. Mientras en Europa y Estados Unidos están remontando, nosotros seguimos cayendo.

-¿Cuándo planea mudarse con toda la prole a Los Ángeles?

-Pensábamos irnos en septiembre pasado y ahora intentaremos que sea el próximo. Conozco mejor Los Ángeles que Barcelona. Lo de irme a vivir allí lo hago sobre todo por mis hijos. Quiero que vean mundo. Este verano, hemos pasado nuestras vacaciones familiares viajando en una 'motorhome' recorriendo California; con mis hijos y mi mujer embarazada. Genial, pero agotador. Me he tragado en un mes cinco mil kilómetros conduciendo un Tioga, un trasto bestial, con dos habitaciones, cocina, ducha... Yo, que voy con un Smart por Barcelona. Para hacer un cambio de carril me tiraba veinte kilómetros con el intermitente puesto.

-Si se va a vivir a Estados Unidos, ¿le perderemos?

-No creo, porque yo soy del país.

-Concretamente de Tremp, Lérida.

-Sí. Y eso marca. La gente del Pirineo tiene fama de ser dura, sacrificada, y tozuda. Cuando se les mete algo en la cabeza tratan de conseguirlo. Eso me viene de herencia.

-Como padre, ¿también es muy de Lérida?

-A mí me han educado con mucha tolerancia y eso se lo tengo que agradecer a mis padres. Y yo, más que padre, soy amigo de mis hijos. De hecho, ellos me llaman Custo. En casa, nadie me llama papá.

-Sigue llevando las cruces de sus ex novias colgadas al cuello. ¿A estas alturas?

-¿Por qué no? Tengo una fantástica relación con todas mis ex novias. Son casi de la familia. Yo no me he peleado nunca. He terminado muchas relaciones, pero siempre muy bien. Es muy triste acabar mal con alguien a quien has querido.