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AMANDA SALAZAR
Domingo, 14 de febrero 2010, 03:02
Expiden pasaportes, registran bodas, nacimientos o defunciones, se convierten en sedes electorales cuando hay algún comicio, informan sobre los recursos sanitarios o educativos más cercanos, promueven la cultura de sus países e incluso prestan asistencia social a los ciudadanos de su nacionalidad que lo precisen. El trabajo en los consulados nunca cesa. La noticia esta semana de que la antena consular francesa en Málaga seguirá funcionando finalmente, después de que el país vecino anunciase su intención de retirarla, ha descubierto una realidad desconocida para la mayoría de los malagueños, pero que es vital para los extanjeros que acuden a la provincia para trabajar o de visita.
Un total de 34 países tienen representación en Málaga y, según explica el decano del Cuerpo Consular que reúne a todos los diplomáticos de la provincia, Ignacio Romero de Boldt, la tendencia actual es totalmente contraria al caso de Francia. «Es raro que un país se plantee retirar su oficina cuando en los últimos años está aumentando la presencia en la provincia debido al incremento de la inmigración y al papel preferente de Málaga como destino turístico», señala Romero de Boldt, que también es cónsul honorario de Austria.
En los últimos años, se han incorporado a la familia diplomática malagueña países como el de Israel, Senegal o Ucrania, fruto del aumento de personas de esas nacionalidades afincadas en Málaga. Otros han recibido refuerzos, como es el caso del de Ecuador, que desde hace un año cuenta con un cónsul de carrera y tiene más de cinco funcionarios debido a la carga de trabajo que dan los más de 5.000 ciudadanos de esta nacionalidad afincados en Málaga. En el caso de Ecuador, la apuesta por Málaga ha ido incluso en detrimento de otros consulados como el de Sevilla. Aunque también hay ausencias significativas. «Argentina -que según el INE cuenta con 18.200 nacionales aquí- carece de consulado», señala el decano, que indica que el Cuerpo Consular trabajará en los próximos meses para atraer nuevas representaciones a la provincia.
Honorarios o de carrera
Los cónsules pueden ser honorarios o de carrera. Los cónsules de carrera son funcionarios del ministerio de exteriores de cada país que habitualmente van cambiando de destino en función de las necesidades. Los honorarios, según explica Romero de Boldt, son profesionales malagueños vinculados de alguna forma al país al que representan.
La mayoría de los cónsules en Málaga son honorarios, debido a que ofrecen un buen servicio a los ciudadanos sin un coste elevado. «No reciben ningún sueldo por el trabajo que hacen, lo único que ganan es prestigio y el honor de representar un país», indica Romero de Boldt. Por eso, la tendencia en los últimos años es seguir esta vía, sobre todo con la crisis económica que obliga a muchas naciones a reducir su gasto en el exterior. Abogados, médicos o empresarios son los perfiles profesionales de estos cónsules. «La ventaja que tiene el cónsul honorario es que conoce bien las administraciones con las que tiene que tratar», señala Romero de Boldt. Un trabajo donde la diplomacia está en el primer plano.
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