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Uno de los participantes en la manifestación convocada por Derecho a Vivir, el martes, ante la sede del PP, en la calle Génova de Madrid.
Los votos del aborto

Los votos del aborto

Con la retirada de la ley, los movimientos cívico-religiosos se movilizan divididos. Hazte Oír es el más visible y cuestionado. Una juez vincula a algunos de sus miembros con la secta El Yunque. Los obispos callan. Para el PP son electores perdidos: «Se nos fueron hace tiempo»

zuriñe ortiz de latierro

Miércoles, 1 de octubre 2014, 01:16

Son los de las viseras y globos rojos. Los que más gritan en la calle y mejor se mueven en internet. Hazte Oír (HO) apareció en 2001 con una web rudimentaria, manejada por un grupo de amigos veinteañeros, y una alerta ciudadana dirigida al Gobierno de Aznar. Reclamaba una política integral de la familia. Todavía no había nacido la marca ZP, ni su ley de plazos o la de matrimonios gays. Se han desgañitado contra ellas y ocupado un hueco en la opinión pública sin las cautelas del neoconservadurismo español. Han copado el espacio de las asociaciones provida manejando las redes con técnicas importadas del republicanismo yanqui. El grupete de colegas se ha convertido hoy en un ciberlobby, a la derecha de Rajoy, con 7.000 socios que pagan religiosamente un donativo mensual de 5 a 1.000 euros, otros 20.000 donantes puntuales y 440.000 personas conectadas on line en España. Reivindican la participación ciudadana para defender la vida, la libertad de educación y la familia. Les llaman el Tea Party español, y a Gádor Joya pediatra de maneras amables y discurso afilado, portavoz de la filial Derecho a Vivir no le incomoda demasiado.

Hay quien la compara con Sarah Palin.

No me afecta. Cuando nos llaman Tea Party no me lo tomo ni para bien ni para mal. Hay que dejar que la gente se exprese. Nosotros lo hacemos y decimos que Rajoy ha escupido a la cara de los votantes. Es incapaz de generar un cambio social, no es de fiar y no le vamos a votar.

Con la retirada de la ley Gallardón, han vuelto a la calle para gritarle al presidente del Gobierno que con aborto no hay voto. Y van a seguir así todo el otoño, el invierno, la primavera electoral... En la cúpula del PP dicen «no temerles, son votantes que se nos fueron hace mucho tiempo. Es la ultraderecha pura y dura. Nunca han querido a Rajoy y odiaban a Gallardón. Su obsesión es insultarnos, mandarnos miles de correos electrónicos y colapsar algunas oficinas. No ha habido ninguna relación con Génova. Nos consta que han tratado de dar premios a gente del PP de segunda o tercera fila para entrar en el partido. Hasta el propio Opus no quiere ni verlos», coinciden miembros de la ejecutiva nacional.

Hazte Oír también ha enfadado al Foro de la Familia, aconfesional y apartidista, rezan sus estatutos. Nació impulsado por 5.000 asociaciones, pero hoy se mantienen activas 150. Su presupuesto anual de 230.000 euros está bastante alejado del millón y medio que maneja HO. Pero el Foro es uno de los colectivos más comprometidos contra el aborto o el matrimonio homosexual, cuenta con la simpatía de los obispos y su enfriamiento con el PP preocupa bastante en Génova. Son los que han convocado para el 22 de noviembre una macromanifestación ante la retirada del anteproyecto de ley. Por ideología y objetivos podrían ser primos hermanos de los chicos de las gorras rojas. Pero les separa una sentencia judicial. El director general del Foro de la Familia, Ignacio García-Juliá, fue miembro de la ejecutiva de Hazte Oír. Organizó toda la red de voluntarios.

¿Por qué se marchó?

Porque se constató que alguien de la organización era miembro de El Yunque. Nos fuimos cinco miembros de la junta directiva. No mantenemos ninguna relación buena con ellos. Nos han difamado. Mi familia sufrió una barbaridad. Yo tuve, sin saberlo, tres hijos en El Yunque. Les obligaron a hacer informes de sus padres, a espiarnos. Les obligaron a hacer un juramento en el que se comprometían a ocultarlo todo.

Una sociedad secreta de extrema derecha, inspirada en el poderoso Yunque mexicano, «para acosar, presionar y desestabilizar» al poder político e influir en la Conferencia Episcopal. La verdad, suena a rumor huérfano de asidero estable. Pero las comillas figuran en una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 48 de Madrid. El fallo, de mayo, rechaza que Hazte Oír y El Yunque sean lo mismo, pero señala que es un «hecho contrastado y acreditado a tenor de la prueba documental y testifical la relación de miembros de Hazte Oír con El Yunque». La juez destaca la «trascendencia pública» del informe elaborado en 2010 por el filósofo Fernando López Luengos, vicepresidente de la asociación católica de profesores Educación y Persona, a petición del obispo auxiliar de Getafe.

Sangre por el reinado de Dios

A López Luengos también le pareció inicialmente un bulo lo de El Yunque y llamó a varios prelados de su confianza. «Me revelaron que lo conocían desde su época de seminaristas en Toledo en los años ochenta. Uno de ellos me encargó una investigación», explica a la web Infovaticana en la única entrevista que ha concedido desde entonces y que hoy día ratifica. Su documento, llevado a los tribunales por HO, es durísimo. Dice que esta masonería blanca estaría dispuesta a «derramar sangre por el reinado de Dios». Denuncia los «métodos de control, infiltración y ocultación» que presuntamente realizan las asociaciones que actúan como altavoz de la secta. 64 folios con decenas de testimonios para concluir que El Yunque «se ha introducido en estructuras mediáticas, partidos políticos algunos asesores del PP y Comunión Tradicionalista Carlista, en la Universidad, movimientos eclesiales y en órganos diocesanos».

Inmaculada, hija de Ignacio García-Juliá, testificó cosas como esta: «Tenía 16 años y juré por mi patria y por mi honor y sin reservas mentales. Me dijeron que si traicionaba al Yunque en todos ellos encontraría al juez más severo. Los cursos preliminares fueron muy duros. Buscaban curtirme como soldado para la lucha a base de pasar hambre, frío y sueño, y estar en constante estado de alerta, incomunicada tres días. Me gritaban, me obligaban a correr a temperaturas bajo cero, a pelearnos entre nosotras. Alguna vez me tocó correr descalza. El primer día solo nos daban de comer un huevo y sopa salada, no podías beber agua. Nunca me he sentido más humillada. En tres años y medio afilié a muchas chicas. Yo y otras conseguimos escapar, pero hay dos que no. Un infierno. Pido perdón a mis padres por las mentiras, por robarles, por ponerme en su contra y apoyar al Yunque cuando más me necesitaban. Cuando se descubrió que el Yunque estaba detrás de Hazte Oír y culparon y echaron a mis padres».

La asociación siempre lo ha negado todo. De arriba abajo. En los tribunales, donde perdieron el juicio, y e los medios de comunicación. Tampoco han convencido a antiguos militantes como la magistrada y antigua miembro del comité de expertos de Derecho a Vivir Teresa de Jesús Fernández, que tras conocer el fallo abandonó la plataforma. Son numerosas las personas que señalan directamente al fundador y presidente de HO desde su fundación, Ignacio Arsuaga.

¿Es miembro de El Yunque?

No.

¿Y por qué no ha recurrido la sentencia? Dice que algunos miembros de su asociación pertenecen a la secta.

No la recurrimos porque dice que Hazte Oír no está controlado por El Yunque. Que alguna persona pueda pertenecer no nos preocupa.

Pero varias personas lo han denunciado públicamente y han dejado la organización.

Es gente que quiere hacer daño. Ignacio García-Juliá intentó quedarse con el control. Le salió mal.

La pregunta del millón es para los obispos. Si encargaron el informe y la juez confirma lo que sospechaban, ¿por qué no se pronuncian? Para Santiago Matas, uno de los periodistas que más ha investigado a El Yunque, «los obispos están de escapada, poniendo tierra por medio a una relación peligrosa. Hay alguno que está a punto de saltar, pero no termina de hacerlo. La Iglesia los trata como ovejas y son lobos». En el Foro de la Familia aseguran que los prelados «están espantados, no saben cómo meterle mano a Hazte Oír porque son una asociación civil». La Conferencia Episcopal da una manoletina: «Cada obispo es soberano en su diócesis, pero a nivel de la Conferencia no va a haber ningún pronunciamiento. Probablemente lo habrá, y de calado, pero relacionado con el aborto. Nada más».

El 22 de noviembre se volverán a ver todos en la calle. La convocatoria del Foro de la Familia es «unitaria». Marcharán juntos, pero intentarán que no sea revueltos. Que el rojo de HO no lo impregne todo. Luis Carbonell, presidente de la poderosa Concapa (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia), está cansado de que HO «diga que representa a gente que no representa. Plantean cosas positivas, pero se adueña de otras que no son suyas». Esta plataforma aúna a 3 millones de familias. El Foro a 4 millones. Y estos preocupan más en Génova: «En la manifestación habrá mucha gente nuestra, es cierto. Pero vamos a tratar de recuperar su confianza. Rajoy anunciará medidas a favor de la familia los próximos meses».

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