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El Narareno del Paso saliendo de su templo.
Jueves Santo multitudinario

Jueves Santo multitudinario

El considerado ‘día grande’ de la Semana Santa hace honor a su definición y pasará a la historia por la puesta en escena de cada uno de los cortejos y la afluencia de público

Rafael R. Puente

Viernes, 3 de abril 2015, 01:21

El considerado día grande de la Semana Santa ha hecho honor a su definición. Lógicamente, este Jueves Santo pasará a la historia por la puesta en escena de cada uno de los cortejos que procesionan esta tarde y noche. Pero también por la climatología reinante durante toda la jornada, aunque con valores más bajos que el resto de días, y, sobre todo, por el número de personas que han llenado el Centro Histórico de punta a punta. El entorno de la calle Larios se encontraba atestado de público, no solo malagueño, sino también foráneo. Por tanto, el Jueves Santo de 2015 puede calificarse como uno de los más multitudinarios de los últimos años, circunstancia que ha repercutido en el número de espectadores se cuentan por miles que han seguido las procesiones de la Santa Cruz, Sagrada Cena, Viñeros, Mena, Misericordia, Zamarrilla, Esperanza y Vera Cruz, que se ha estrenado en esta jornada tras abandonar la madrugada del Viernes Santo.

Como cada año, la Hermandad de la Santa Cruz se encargó de abrir el Jueves Santo procesional. A las tres en punto de la tarde se abrieron las puertas de la parroquia de San Felipe Neri para dejar pasar al fúnebre séquito que antecede a la Virgen de los Dolores en su Amparo y Misericordia. A pesar de lo intempestivo de la hora, centenares de personas aguardaban en la plazuela Cristo de la Sangre.

Como es tradicional, el trono dio los primeros pasos en el interior del templo a los sones de la marcha Virgen del Valle, a cargo de la banda de música de las Flores. Luego sonó Santa Cruz, una pieza musical de Juan Manuel Parra estrenada el año pasado.

Tambores roncos abrían la comitiva seráfica. Seguidamente, 80 nazarenos portando cirios negros algunos de ellos descalzos en señal de penitencia marcaban el camino de la Dolorosa de Dubé de Luque, llevada por 116 portadores.

Las andas procesionales fueron exornadas con rosas color lila y dos ánforas con calas. El cortejo se dirigió hasta Carretería por Dos Aceras y luego giró hacia Andrés Pérez para discurrir por Arco de la Cabeza, plazuela Virgen de las Penas, Pozos Dulces, Compañía y Fajardo, un itinerario que, por el carácter de la hermandad y las dimensiones del trono, le viene como anillo al dedo.

La incorporación a la Alameda la hizo por Panaderos, otra vía que cada vez cobra mayor protagonismo en la Semana Santa, y desde las seis y cuarto de la tarde discurrió por el recorrido oficial. La Virgen caminó por Larios con la marcha 'Alma de la Trinidad'. La petición de venia se produjo a las 19.16 horas.

La entrada en la Catedral para efectuar estación de penitencia se produjo a las 20.20 horas. El regreso a San Felipe fue por San Agustín y Granada, repleta de público, hasta desembocar en la plaza de la Merced y continuar por Madre de Dios arriba.

Puerta Nueva

Cuando la Santa Cruz callejeaba por el entorno de Pozos Dulces, muy cerca de esta zona, desde Puerta Nueva partió la Hermandad de la Sagrada Cena. El ambiente era el de las grandes citas.

A las 17.20 se puso en marcha el cortejo. El Pasillo de Santa Isabel era un hervidero de personas ansiosas por ver a esta cofradía que ha subido enteros en los últimos años.

El alcalde, Francisco de la Torre, dio los primeros toques de campana al trono del Colegio Apostólico, que anduvo con sus característicos movimientos, lo que provocó los aplausos y los vivas al Señor de la Cena, y a los sones de la agrupación musical Dulce Nombre de Jesús, de Granada, una de las grandes formaciones foráneas que procesiona en Málaga. Por su parte, detrás de la Dolorosa figuró la banda de música de la Paz, toda una garantía de éxito.

La Cena brilló como nunca en el recorrido oficial en Larios, desde la altura de la plaza de las Flores hasta la calle Granada, sonaron varias marchas eucarísticas, si bien fue en Casapalma donde se vivieron momentos emocionantes. En este enclave, ya de vuelta a su casa hermandad, ambos tronos subieron la calle del tirón enlazando varias composiciones, lo que desató la euforia. En cabeza de procesión figuró la escuadra de clarines de la Victoria, una novedad.

A las 16.25 horas salió este año la Hermandad de Viñeros. Es decir, 55 minutos antes que la Cena, si bien por el recorrido oficial figuró la hermandad de Santa Catalina detrás de la corporación de los Mártires.

El Señor lució una túnica lisa, decisión que ha adoptado la hermandad hasta que la que viene acometiendo Joaquín Salcedo esté concluida en sus bordados. La estampa añeja que ofrece el Nazareno de Francisco Buiza en su trono, flanqueado por cuatro imponentes faroles de orfebrería, de Adán Jaime y Manuel Toledano en su diseño, es única.

La Virgen del Traspaso y Soledad de Viñeros iba exquisita, con una nueva disposición del arreglo, por encima del manto. Además, exhibió un halo en lugar de la corona. Su trono lució este año una candelería con cirios más largos que en años anteriores.

En torno a las cinco de la tarde llegó la hermandad a la Tribuna de los Pobres, entre el delirio del público, y media hora más tarde se adentró en Nueva. Pero el momento más entrañable, y que cada año se repite, se produjo cuando el séquito entró en la Catedral (21.45 horas) para hacer estación de penitencia. Luego, en Méndez Núñez hubo petalada al Señor de Viñeros.

La Legión

Hablar de Jueves Santo es hablar de la Congregación de Mena y de La Legión. Este cuerpo castrense es capaz, por sí solo, de congregar a miles de personas. Y si a esta premisa se le añade la portentosa escultura del Cristo de la Buena Muerte, el de Palma Burgos, y la delicada y melancólica imagen de la Virgen de la Soledad, imagen atribuida a las gubias del antequerano Antonio del Castillo, el resultado es sumamente esplendoroso.

Desde antes de las siete y media de la tarde ya no cabía un alfiler en la plaza de Fray Alonso de Santo Tomás. Los vivas y los aplausos se sucedían una y otra vez. También se repetía el 'Novio de la Muerte', por parte de La Legión, durante todo el itinerario.

Tras una magnífica procesión por el recorrido oficial, la congregación volvió a pasar por Calderería en lugar de buscar la plaza del Siglo y subir por Granada, tal y como hizo en 2013.

Igualmente, Zamarrilla y Misericordia procesionaron este Jueves Santo. La primera salió desde su casa hermandad, en la calle Martínez Maldonado, a las 19.50 horas, mientras que la corporación de la parroquia del Carmen lo hizo a las 20.35 horas.

La banda de guerra de la Brigada de Caballería abrió el cortejo de Zamarrilla, formado por unos 150 nazarenos entre las dos secciones. El acompañamiento musical estuvo a cargo de la banda de música municipal de Pizarra, 'La Lira', tras el Crucificado, y la de música de la propia cofradía, detrás de la Virgen de la Amargura.

La entrada en el recorrido oficial fue a las 22.50 horas. José María Castaño, coronel director de la Academia del Arma de Caballería, representó al Rey. Cinco minutos antes de que el reloj marcada la una de la madrugada pasó la Dolorosa por la Tribuna Oficial en medio de una enorme expectación.

Misericordia

Por su parte, en la Misericordia, llamó poderosamente la atención la ampliación y restauración de la Virgen del Gran Poder.

El punto y final al Jueves Santo lo pusieron la Archicofradía de la Esperanza, que inició su marcha a las 23.15 horas, y el Cristo de la Vera Cruz, que salió de San Juan a las 23.45 horas.

A las 00.54 horas se produjo el cruce del Nazareno del Paso, que iba por la Alameda Principal, con el Señor de la Misericordia, que marchaba por el lateral sur de la Alameda.

Al cierre de esta edición, la imagen cristífera de Mariano Benlliure, que conmemora los 75 años de su hechura, aún no había llegado a la Tribuna Oficial, donde impartiría la bendición. Luego haría lo propio en la de los Pobres. El actor Antonio Banderas fue el encargado de recitar el soneto que dio paso a la bendición de la imagen en la plaza de la Constitución. La Virgen de la Esperanza iba exquisita. El público la recibió con aplausos y vítores.

En relación al Crucificado de la Vera Cruz, cabe destacar que salió en el antiguo trono del Señor Azotes y Columna, que ha sido reformado y restaurado por José Enrique Lamas. El cortejo se dirigió hasta el Patio de los Naranjos de la Catedral, dado que el Cabildo no autorizó su entrada en el templo mayor de la diócesis en horario de madrugada.

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