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La solemne y colorida torre de la iglesia de la Encarnación es prácticamente visible desde cualquier punto del casco antiguo de Benarrabá.
Un colorido laberinto andalusí en el Valle del Genal

Un colorido laberinto andalusí en el Valle del Genal

Benarrabá mima su casco antiguo con la blancura de la cal y el adecentamiento de sus calles y fachadas

Javier Almellones

Viernes, 26 de septiembre 2014, 19:22

Hace casi una década que Benarrabá inició el rescate de los genuinos colores andalusíes en sus calles. Así ha logrado dar a la blancura de su casco urbano un inusitado y vistoso contraste cromático.

No cabe duda de que es el mejor homenaje que se le puede dar a un núcleo que evidencia por su trazado una clara herencia árabe. En los últimos años se han adecentado y mejorado las calles de ese casco antiguo, lo que permite que sobresalga muy especialmente la blancura de la cal y el colorido de las macetas.

También se puede apreciar ese contraste en uno de los elementos más emblemáticos de su arquitectura, la torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación.

Este templo, levantado en el siglo XVI, tiene en su campanario uno de sus principales atractivos. No sólo se puede ver desde casi cualquier punto del pueblo sino que conserva los rasgos arquitectónicos originales.

Por otra parte, como edificio civil sobresale una casa situada en la plaza del Cabildo. El inmueble, que data de finales del XVIII, tiene una fachada de inusuales y coloridos trazos geométricos, que han permanecido durante siglos ocultos bajo la habitual cal. Aunque tras su descubrimiento se especuló por su posible origen judío, hoy parece constatarse que tiene más bien relación con tradiciones propias del norte de España.

Aunque con características arquitectónicas más propias de Andalucía, también se conservan en el pueblo adarves, balcones y fachadas de la misma época, que salpican las sinuosas, angostas y a veces empinadas calles de la villa. Basta darse un paseo por el entorno de la iglesia para comprobarlo.

Este pueblo, rico en tradiciones, vive muy especialmente sus fiestas. Sin ir más lejos, este fin de semana celebra la Feria de San Miguel Arcángel, que rinde tributo al patrón de la villa. Vecinos y visitantes disfrutarán desde hoy hasta el domingo de un ambiente único en cada uno de sus rincones.

Quienes busquen un atractivo paisajístico y ecológico también lo encontrará en su territorio. Hay que tener en cuenta que el término municipal de Benarrabá alcanza tanto el Valle del Genal como el del Guadiaro, lo que le permite tener una gran variedad orográfica. Así, se pueden encontrar enclaves naturales como Las Buitreras, sobre el río Guadiaro, un gran desfiladero, situado entre Gaucín y la Estación de Cortes de la Frontera.

Esta garganta, que es Monumento Natural de Andalucía, impacta por su impresionante verticalidad. Está considerado junto al Desfiladero de los Gaitanes uno de los cañones calizos más importantes del sur peninsular. Allí merece la pena cruzar lo que en principio parece un puente levantado para salvar el río, al que se conoce como el de Los Alemanes. Realmente, esta construcción servía para trasvases de agua, aunque en la actualidad su función se limita a la de puente.

Pero, el territorio de Benarrabá mira sobre todo hacia el río Genal. Desde una atalaya privilegiada se puede contemplar una de las mejores vistas de este frondoso valle.

Alcornoques, encinas, pinos y castaños componen la arboleda de la ladera que baja hasta el propio río. A esto hay que añadir numerosos helechos, madroños y brezos con los que nos podemos encontrar en cualquier paseo por la zona. Tampoco hay que olvidar que en los lugares más umbríos se pueden recoger setas tras las primeras lluvias otoñales.

En toda esta zona existe la posibilidad de seguir algunas de las rutas para practicar senderismo. Entre todas ellas, es especialmente recomendable la que une a Benarrabá con Genalguacil, municipio que se encuentra en el otro extremo del valle, para lo que hay que atravesar el río Genal. Durante la época otoñal, se percibe la intensidad sonora del propio río junto a una hilera de chopos que se desprenden irremediablemente de sus hojas.

Desde allí la ruta se completa con la subida hasta Genalguacil. El ascenso se puede hacer por un estrecho sendero, que cobra cierto encanto por el hecho de que apenas se nota la presencia de la luz solar durante el recorrido.

Precisamente en las orillas del Genal tiene su origen una curiosa leyenda local, por la que se asegura que una familia de tintoreros musulmanes inventó el color carmesí. Siempre según la tradición popular, se consiguió un tinte con propiedades mágicas, gracias a la calidad de sus aguas y a una cochinilla llamada «Qarmaz».

Otro de los itinerarios recomendables para practicar el senderismo es el del Peñón, que es mucho más corto y cercano al pueblo y, por tanto, ofrece menos dificultades para los días de más calor.

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