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Una joya arquitectónica que recupera su esplendor
CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Una joya arquitectónica que recupera su esplendor

La Casa del Consulado abre sus puertas tras una profunda remodelación que ha costado 900.000 euros. La sede de la Sociedad Económica albergará exposiciones

TEXTO: NOEMI R. NAVAS

Martes, 14 de febrero 2006, 01:00

CONSERVA los rasgos típicos que la han identificado como edificio emblemático de Málaga desde el siglo XVII, pero adaptada a las necesidades y usos culturales que reclama la ciudad. La antigua Casa del Consulado abrió ayer sus puertas con una nueva imagen y con la pretensión de volver de lleno a su actividad cotidiana. Tras los trabajos de rehabilitación iniciados hace dos años, el inmueble que sirvió de sede al Montepío de Cosecheros abrió ayer de nuevo sus puertas en el corazón de la plaza de la Constitución.

El edificio, que destaca por ser uno de los de mayor interés de la ciudad, está declarado Bien de Interés Cultural desde 1923. Por si fuera poco, ha llegado a nuestro días relativamente inalterado, manteniendo bastantes elementos originales, sobre todo en la carpintería y cerrajería. Los trabajos de rehabilitación y mejora, financiados por la Junta de Andalucía, han supuesto una inversión cercana a los 900.000 euros.

El mismo uso

Tras esta reapertura, la Casa del Consulado seguirá teniendo la misma utilidad que antes, es decir, sede de la Sociedad Económica de Amigos del País. Sus principales usos serán las actividades culturales, disponiendo de salas de exposiciones, biblioteca y salón de sesiones. A partir de ahora se utilizará para muestras, según declaró el consejero de Economía, José Antonio Griñán, que reinauguró el inmueble junto a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. «Se trata del único edificio que da carácter a la plaza donde se sitúa porque conserva la historia y el sabor del momento», recordó.

Por su parte, el arquitecto Rafael Martín Delgado, responsable de la restauración junto a Isabel Cámara, resaltó el cuidado que se ha tenido con los detalles de la antigua casa que, con rasgos sencillos, «refleja lo que en su día fue». «No destaca por ser una obra faraónica, pero sí por ser un proyecto que defiende las raíces culturales de la ciudad», añadió el urbanista.

Esta pequeña joya arquitectónica recupera así su esplendor convirtiéndose en un espacio privilegiado para el arte y el conocimiento. Su decoración no tiene desperdicio. A través de su planta baja se accedía necesariamente a su interior, como recuerda la portada construida en el centro de la fachada del edificio-balcón, sobre la cual se colocaron los símbolos del Montepío.

Además, la Casa del Consulado está constituida por una serie de dependencias articuladas en torno a un patio y se encuentra integrada en el ámbito histórico y arquitectónico de los edificios cercanos.

Con historia

En el año 1853, la Sociedad Económica de Amigos del País instaló su biblioteca en el Salón de Viñeros del edificio y ese mismo año obtuvo autorización del Tribunal de Comercio para usar el Salón de Sesiones.

La restauración integral del edificio, no sólo lo ha adaptado a las necesidades actuales de Málaga, sino que consolida las intervenciones anteriores que afianzaron la preservación de los valores constructivos, tipológicos y ornamentales de la Casa del Consulado. No en vano, se han corregido elementos que perturbaban todos estos valores.

La ministra Magdalena Álvarez quiso resaltar la importancia del edificio para Málaga, al tiempo que animó a la Sociedad Económica a realizar actividades que fomenten la cultura entre los ciudadanos «para que disfruten de la Casa del Consulado». «Merecía la pena rehabilitar esta casa por ser la única del siglo XVII en el centro histórico», consideró.

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