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ANTONIO JAVIER LÓPEZ
Lunes, 23 de enero 2006, 01:00
La experiencia debe de ser curiosa, un poco extraña quizá. Asistir a un concierto, a una obra de teatro, a un recital, y saber que bajo los pies tienes un pedazo de la historia de la ciudad. Si todo marcha según lo previsto, eso es justo lo que van a sentir los futuros espectadores del teatro Echegaray, cuyo proyecto de recuperación integra los restos arqueológicos encontrados durante las excavaciones.
Según ha podido confirmar este periódico, la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento y la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta han acordado la conservación de tres piletas romanas halladas a cuatro metros y medio por debajo del nivel del suelo de la calle del mismo nombre que el teatro.
A ese nivel, justo debajo del patio de butacas, se piensa habilitar una sala para la contemplación de estas tres piezas, datadas entre los siglos III y IV d. C. El acceso al recinto se realizará mediante una escalera abierta en la entrada del teatro, tal y como explica el arquitecto Francisco Peñalosa, que junto a Salvador Moreno Peralta y César Olana firman el proyecto que convierte el viejo Echegaray en un espacio multiusos con sala móvil.
Precisamente, la modificación que acarrea esta nueva sala de interpretación no supone ningún cambio sustancial de los planes -y los planos- aprobados a principios de 2004 y que contemplan la construcción de un espacio versátil con gradas móviles. Así, el futuro espacio se podrá adaptar a las necesidades de formatos escénicos muy diversos, lo que supondrá un complemento esencial a la oferta del teatro Cervantes.
Público a ambos lados
De este modo, el arquitecto explica que el Echegaray permitirá, por ejemplo, la representación de espectáculos con público a ambos lados del escenario. «Se trata de una aportación muy importante, ya que enriquece la oferta de la ciudad, donde todos los espacios siguen el esquema clásico con el escenario a un lado y el público justo enfrente», argumenta el responsable del proyecto.
Por eso, el hallazgo de los restos romanos no implica una modificación esencial del proyecto. «Bajo el escenario sólo hay cascotes y las piezas arqueológicas se han encontrado a más de cuatro metros de profundidad en relación al nivel de la calle. Esto permite el diseño de una sala polivalente con los graderíos y el escenario móviles, que hacen posible diversos modelos escénicos», prosigue el arquitecto.
Peñalosa añade que la construcción del nuevo espacio sólo supone la eliminación de la sala de ensayos que estaba prevista bajo el patio de butacas. Ese lugar lo ocupará el recinto habilitado para los restos romanos, los más antiguos de los que se han encontrado en el subsuelo del teatro por los responsables de las obras, adjudicadas a Fomento de Construcciones y Contratas, una de las cuatro empresas que optaban al concurso convocado por el gobierno municipal.
Un paseo histórico
Durante los trabajos previos a la rehabilitación se han encontrado en esta zona piezas arqueológicas que cubren el paseo histórico desde la Málaga romana hasta finales del siglo XIX. Por ejemplo, bajo el suelo del Echegaray han aparecido restos bizantinos, de los tres periodos mozárabes -califal, almohade y nazarí- así como fragmentos de lo que fue el convento de la orden de las Capuchinas que se instaló en el solar desde principios del XVIII hasta finales del XIX, según los expertos.
Los especialistas de la Junta y el Ayuntamiento han decidido documentar los restos mozárabes -de menor valor arqueológico que las piletas- mientras que las piezas romanas permanecerán en el lugar donde salieron a la luz y allí mismo el futuro teatro Echegaray ofrecerá un 'micromuseo' con los vestigios del pasado de la ciudad.
Los plazos se mantienen
Peñalosa matiza que las modificaciones que esta nueva sala supone no tienen por qué retrasar los plazos de la obra, que prevén la reinauguración del teatro a lo largo del año que viene. El arquitecto comenta que las tareas de excavación se están realizando en la parte central del solar y que dentro de «escasas fechas» debe comenzar la cimentación de este perímetro.
Se trata del paso previo para acondicionar la zona donde se han encontrado las piletas de la época romana. A partir de este momento, se supone, terminan las 'sorpresas' en los trabajos y las obras de rehabilitación deben echar a rodar para que el teatro Echegaray vuelva a ser una realidad en la vida de la ciudad.
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