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JESÚS HINOJOSA
Jueves, 19 de enero 2006, 01:00
Los promotores que intervengan dentro de unos meses en alguno de los edificios del Centro Histórico de Málaga incluidos en el listado de los que poseen pinturas del siglo XVIII deberán realizar de manera obligatoria un estudio previo de esas pinturas que determine su conservación o el tratamiento que se les pueda aplicar. El equipo de gobierno del PP aprobó en el consejo de Urbanismo celebrado ayer una propuesta que desarrolla la normativa de protección del casco antiguo para garantizar que se van a analizar las pinturas y serigrafías que se encuentren en los inmuebles que se rehabiliten. Hasta ahora, el rescate de muchas de ellas ha dependido de la labor inspectora de la Oficina de Rehabilitación del Centro Histórico, que se ponía en contacto con los promotores y les concedía subvenciones para animarles a restaurar e integrar las pinturas en sus proyectos.
Con la nueva normativa, de manera previa a la petición de la licencia de obras, los promotores deberán solicitar a la sección de Arqueología de la Gerencia de Urbanismo que determine el lugar de la fachada del inmueble en cuestión en el que se deben realizar las catas. Desde Arqueología se dará conocimiento del expediente a la Oficina de Rehabilitación.
Catas
Las catas deberán estudiarse para dar origen a un informe en el que debe constar un registro documental y gráfico, la memoria de los trabajos realizados y una propuesta de intervención. Con ese análisis, la Sección de Arqueología determinará el interés de las pinturas y si conviene su recuperación o no. En este segundo caso, deberán tomarse medidas para que al menos queden documentadas. La decisión de Arqueología será vinculante para las licencias de obra que se soliciten en años posteriores en el edificio.
Este dictamen deberá aplicarse a un listado de un total de 72 inmuebles situados en el Centro y en la zona de Trinidad-Perchel. En algunos de ellos ya se ha actuado y otros están por recuperar.
El listado procede de los estudios realizados sobre esta cuestión. Según esas investigaciones, el origen de las pinturas puede situarse en unas ordenanzas municipales que se publican en 1611. No obstante, no será hasta la centuria siguiente cuando más se emplee esta decoración, desde el año 1707 hasta principios del siglo XIX.
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