Sigue el enfado de Villalobos, que acepta ir como número dos tras recibir una patada a lo Rossi para dejar libre el hueco a García Urbano /A Joaquín Ramírez tampoco le basta su condición de expresidente para continuar como numero uno al Senado / El alcalde de Málaga se olvida de lo que firmó y marea la perdiz con los vecinos por la línea del metro al hospital Civil
Javier Recio
Domingo, 15 de noviembre 2015, 12:37
Seguramente será por las fechas en las que estamos, la precampaña, por lo que el ambiente político que se respira en Málaga está bastante enrarecido. Hay demasiada tensión, sobre todo en el PP. La confección de su lista ha dejado un mal rollo en el partido que se reflejaba el pasado jueves en la presentación de la candidatura. Celia Villalobos aún no se ha recuperado de la patada a lo Rossi que le han dado para relegarla al segundo puesto de la lista. Si la cara es el espejo del alma poco más puede decir. Quizá por ello guarde silencio ante la prensa. Aunque una candidata que no habla es algo digno de recordar en las antologías del disparate que suelen recopilarse. Raro, raro. También resultaba curioso contemplar en un segundo plano de la imagen que publicó SUR el viernes al muñidor de la caída en desgracia de la diputada, Elías Bendodo, que ha sido el que ha dado la cara y al que sin duda Villalobos se la partiría, incluso metafóricamente. Lo que no se acaba de entender muy bien es que la actual vicepresidenta del Congreso haya aceptado ir en esa posición, algo que también parece inaudito en el mundo de la política. Se ve que a pesar de los años que lleva en esto mantiene su vocación intacta. Raro, raro. Ha perdido esta batalla, aunque conociéndola seguro que aún piensa que ganará la guerra. Quien sí ha vencido su particular pulso con Joaquín Ramírez ha sido Ángeles Muñoz, la exalcaldesa de Marbella, que se ha colocado como número uno de la lista popular para el Senado. El damnificado en esta ocasión también ha sido otro veterano de guerra, Joaquín Ramírez, que se ha visto relegado al segundo puesto. Aunque las listas para la Cámara Alta son abiertas, sería la primera vez que un candidato que no va colocado el primero obtuviera más votos que el que encabeza la lista. El ascenso de Muñoz no acaba de entenderse, pues el mérito que atesora es haber sido incapaz de retener la Alcaldía de Marbella, que tenía a tino con los concejales del grupo de San Pedro. Raro, raro. Quizá le ha beneficiado la venganza que ha recaído sobre Ramírez, que apoyó de una manera diáfana a José Luis Sanz para que presidiera el PP andaluz. Con un poco de suerte ambos se verán las caras en el Senado, pues el sevillano también va como candidato, eso sí, como número uno. Las cosas que pasan. Sin embargo, puestos a comparar, no se ha medido con el mismo rasero a Carolina España, que también se posicionó con Sanz. La diputada malagueña ha ganado un puesto y ha pasado del cuatro al tres, que parece un hueco seguro para lograr el pasaporte para el Parlamento. Su puesto se lo ha dejado a Ángel González, que sigue siendo muy conocido en Antequera a la hora de comer. Raro, raro. Se ve que España sí se ha reciclado en la vertiente bendodiana del juanmismo, a lo que habría que unir su papel activo en las comisiones parlamentarias donde ha estado trabajando, amén de sus apariciones en tertulias televisivas en horario prime time, lo que sin duda le ha ayudado para mantenerse a flote. A Ramírez le ha podido faltar ese afán por integrarse en la nueva situación y lo ha fiado todo a su condición de expresidente del partido. Se ve que no midió que ahí ya no respetan a los mayores
Metro: Nuevo bandazo del alcalde
Y un problema mayor es el que se puede generar en el metro de Málaga. Y todo por el cambio de actitud del alcalde de la capital. De la Torre, que nunca se ha acabado de creer del todo la llegada del metro al Hospital Civil, se ha descolgado esta semana con que no se hará nada sin el consenso vecinal. Y aquí radica el problema, más que nada porque el primer edil firmó un acuerdo con la Junta en el que rubricó negro sobre blanco que llegaría en superficie a estos barrios. No es serio que supedite esto a una especie de reunión de comunidad de vecinos. Gobernar es tomar decisiones y cuando se toman hay que defenderlas hasta el final. No vale cambiar para evitar una bronca vecinal. Se debe tener en cuenta además que la llegada del metro al Civil no afecta sólo a los residentes de estas áreas, sino al conjunto de los malagueños.
La Cónsula: Sigue el culebrón
Esta semana que termina se ha producido un nuevo capítulo del culebrón que están pasando los alumnos y los profesores de La Cónsula y La Fonda. Ambas escuelas de hostelería han sido las únicas de toda Andalucía que no se han integrado en el Servicio Andaluz de Empleo, que es el salvoconducto para solucionar todos los problemas. Parece que ha sido por un error burocrático. El problema es que ya son demasiados errores...
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