14 segundos

Qué descontrol en la torre de control. Se fue la luz durante catorce segundos y hubo que desviar nueve aviones, lo que provocó retrasos de hasta tres horas en otros veinte vuelos. Mil quinientos viajeros viajaban en esos primeros nueve aviones que fueron desviados a los aeropuertos de Sevilla y Granada. Esperaban encontrar el Festival de Cine de Málaga y se encontraron con la Feria de Abril de Sevilla, como Soraya. Unas horas después pudieron llegar a Málaga, donde Soroya. Dicen que Soraya se arrancó a bailar (¿por bulerías?) y en Cerrado de Calderón se han arrancado por fullerías. Una señal indica el camino que hay que seguir para dirigirse a la avenida Pintor Joaquín Soroya, que en realidad se escribe con dos eles como dos pinceles. Sorolla parece nombre de monja cocinera, pero es un pintor que pintó impresionistamente niños en la playa valenciana, sin bañador, seguramente por el caloret, palabra presuntamente inventada por Rita Barberá, la alcaldesa de Valencia, quien sigue dando que hablar, ahora por el dinero gastado en sus viajes.

La sociedad actual se asoma a la suciedad actual: investigaciones y filtraciones nos permiten asomarnos al comportamiento oculto de los personajes públicos. Sabemos que Rita Barberá, por poner un ejemplo, se gastó cinco mil euros en el alquiler en Londres de un coche con conductor durante tres días. Eso es peor que escribir Sorolla con y. El ida y vuelta a Londres le salió a Barberá (bueno, a los contribuyentes) por mil doscientos euros. Un par de veces he coincidido en aviones con Paco de la Torre, alcalde de Málaga, quien volaba en turista y era casi el único que no se levantaba de su asiento hasta que no se encendía la luz. En otro vuelo coincidí con los jugadores del Unicaja y curiosamente también volaban en turista; en mitad del vuelo se abrió la puerta de un compartimento para el equipaje y un pivot interminable la cerró desde el otro lado del pasillo ¡sin levantarse! A veces, cuando leo hasta tarde en la cama, recuerdo ese brazo que me permitiría apagar la luz sin tener que apartar el leve edredón.

En Londres, donde nunca olviden preguntar el precio antes de alquilar un coche con conductor, desde donde partieron algunos de los aviones hacia Málaga que fueron desviados (buscaban la luz, pero no había), el embajador español es Trillo, también con doble ele, quien por cierto no hablaba inglés al ser nombrado embajador. ¿Por qué exigen entonces al resto de mortales un B2 para un salario de seiscientos euros mensuales? No sabemos cuánto dinero gasta Trillo, pero vamos enterándonos de cuánto ingresa. Un amable constructor le transfirió trescientos cincuenta mil euros durante tres años. Con ese dinero, ¿quién necesita hablar inglés? Que hablen ellos. Lo importante no son las letras sino los números. A Martínez Pujalte, portavoz económico del PP en el Congreso, un constructor le pagaba cinco mil euros al mes por tomarse dos cafés. Rodríguez Zapatero no sabía el precio del café, pero este Pujalte no me digan. Zapatero era más de letras, como su sucesor, Pedro Sánchez, que ha declarado que Soria es la cuna de Machado, aunque Machado, que eran dos, y que escribía como Dios, que son tres, nació en la Sevilla de Soraya, quien debe de tener un arte que ni les cuento: los mil quinientos londinenses la vieron bailar y prefirieron continuar su viaje a Málaga. Ya había venido la luz. Aquí les esperaba la alfombra roja del Festival de Cine, que hoy termina.

Málaga se ha llenado de películas y de selfies. Aún no conocemos el palmarés. Parece que la inclusión de un número en el título ayuda. Otros años han cosechado premios 'Torremolinos 73', '20 centímetros', 'Tres días', 'Cinco metros cuadrados', '7 minutos', '7 pasos y medio', 'Un franco 14 pesetas', '15 años y un día', '321 días en Michigan', o '10.000km'. ¿Por qué no hacer una película sobre el descontrol de la torre de control y sus daños colaterales? El título, si quieren optar a algún premio, ya lo tienen: 14 segundos. Eso sí, si son más de Esteso y Pajares, mejor Dos cafés, cinco mil euros.