Borrar
Sanitarios y Policías rodean el cuerpo de Isabel Carrasco
«Maté a Isabel porque me estaba volviendo loca»

«Maté a Isabel porque me estaba volviendo loca»

La asesina confesa de Isabel Carrasco reconoce que remató a la presidenta de la Diputación y que se vio en la «obligación» de matarla «por el daño que le estaba haciendo a mi familia»

A. C.

Viernes, 13 de junio 2014, 11:09

No quedan demasiadas sombras en el asesinato de Isabel Carrasco. Como mucho, conocer el grado de implicación de Raquel Gago, la policía local que defiende su inocencia a capa y espada y que permanece en prisión por ser parte determinante -según el auto- en el intento de 'eliminar' el arma del crimen. El sumario dado a conocer tras levantarse el secreto evidencia que la venganza y el odio fue la explosiva mezcla que le terminó costando la vida a la presidenta de la Diputación de León y del PP provincial.

Montserrat González, la autora material de los disparos, aseguró en su testimonio que se vio en la «obligación» de matar a Isabel Carrasco «por el daño que le estaba haciendo a mi hija, a mi familia». «Estaba desesperada. Me estaba volviendo local por lo que le estaba haciendo a mi hija».

Además no tuvo reparos ante la juez en asegurar que la venganza le movía ya que Carrasco quería hacer «la vida imposible a Triana» que, según su madre, tenía tanto futuro politico por delante que podía llegar a ser incluso presidenta de la Diputación.

El pasado día 12 Montserrat disparó a Isabel Carrasco «por la espalda» y, según advierte en la declaración sumarial, lo hizo «porque era el momento» a pesar de que «había gente y era de día». «Tenía que hacer justicia y la hice», dice. Todo ello antes de asegurar que los disparos no fueron meditados: «Disparé por la espalda, se desplomó y no se movía, disparé más veces».

Eso sí Montserrat no aclara cómo obtuvo el revólver aunque sí como aprendió su manejo. «No es complicado, hay en Internet clases». Montserrat también ha advertido que el asesinato fue casual en ese día: «Fui a buscarla, pero no sabía que la encontraría, cuando la ví lo hice. No sabía si podría matarla, pero sí que lo haría si tenía la ocasión».

Un encuentro 'casual' entre madre e hija

La hija de la autora material del asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, en su declaración ha querido exculparse de lo sucedido. Triana explica que sobre las cinco y media de la tarde del 12 de mayo se encontró con su madre, Montserrat González, después de que ésta perpetrara el crimen sin ella saberlo.

«Me dijo que me deshiciera del bolso». Así de claro se ha expresado. Todo ello antes de asegurar que también de forma casual se encontró con Raquel Gago, que tenía el coche aparcado en segunda fila y hablaba con un vigilante de la ORA: «Dejo esto aquí», le dijo sin dar más detalles.

Solo unos segundos después Raquel Gago llamó por teléfono a su amiga. Según la policía local, nadie respondió la llamada, pero Triana afirma que sí lo hizo, aunque solo le dijo: «Ahora no puedo hablar». Estaba detenida.

El episodio es revelador porque entra en contradicción con la versión ofrecida por Gago. En su declaración la agente afirmó que no sabía cómo había llegado el arma del crimen hasta su coche, aunque admite que pudo abrirlo «en un movimiento reflejo». Por tanto, habría sido consciente de que Triana había dejado algo en el automóvil. Supo esa misma tarde que su amiga había sido detenida con su madre como autoras del asesinato de Isabel Carrasco y sin embargo no comunicó a los investigadores que había estado con una de las arrestadas segundos después del crimen, según informa 'Abc'

¿El motivo? «Me quedé paralizada. No se me ocurrió ir a comisaría porque no me podía creer lo que estaba pasando, me quedé bloqueada, en estado de shock. Necesitaba hacer cosas porque no quería estarme quieta, no podía creer la situación y me preguntaba si de verdad habían sido ellas. No comenté a nadie que la había visto».

«Casi me desmayo»

Fue al día siguiente cuando encontró el revólver, según su relato. Ese día entró a trabajar a las siete de la mañana. No había dormido. Participó en el dispositivo montado en torno a la capilla ardiente, instalada en la Diputación, y salió a las tres de la tarde. Comió en casa de sus padres.

Luego, por la tarde, acompañada por su hermana y otra amiga fue a su domicilio a coger una bicicleta del trastero para llevarla a arreglar. La subió en el coche, en la parte trasera: «En ese momento vi el bolso. Me puse muy nerviosa, lo abrí con un asa y vi unos pañuelos, los aparté y vi otro bolso. Casi me desmayo, no podía respirar. Ellas no sabían nada, preguntaban qué pasaba. Les dije que ese bolso lo había dejado Triana y no tenía que estar allí. En el bolso pequeño identifiqué algo metálico, la parte central de la pistola».

«Al verlo -continuó Raquel Gago- no supe qué hacer ni qué decir. Cuando me recuperé me acordé de que conocía a Nacho de Policía Judicial, y le dije a mi hermana que le llamara. Le dijo lo que había pasado y Nacho me intentó tranquilizar, me dijo que le esperara allí. Llegó con un compañero, pero fue él quien entró a ver lo que había. Comprobó que era un arma».

1.060 folios

Las partes personadas en el caso por el crimen de Isabel Carrasco han accedido este jueves al sumario después de que la jueza de Instrucción número 4 de León acordase levantar el secreto al considerar que no existe obstáculo alguno que pueda perjudicar la investigación de este presunto delito de homicidio.

Por delante, los más de 1.000 folios (1.060 exactamente) repartidos en cuatro volúmenes que conforman, un mes después del brutal asesinato, la instrucción de este caso que suma tres imputadas Montserrat González, Triana Martínez y Raquel Gago, todas ellas en prisión- y 22 testigos.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur «Maté a Isabel porque me estaba volviendo loca»