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cristhiam tórrez/ carlos bueno
Miércoles, 30 de julio 2014, 18:14
"Nos dijeron el 11 del 11 del 11 y ahora es cuando ha llegado, pero esto es extraordinario". La última fecha que se dio antes de esta inauguración no ha quedado en el olvido, pero quizá después de la ilusión que han derrochado muchos malagueños sea, al final, una anécdota en el tiempo que ya no habrá que sacar a colación.
Hoy, la mayoría de los que se dieron cita en la primera jornada del metro miran hacia el futuro que se les abre por delante en Málaga, ciudad que se mete en el club de las siete capitales de España que tiene la suerte de contar con este medio de transporte. Entre ellos, Jorge Gómez dice que ha sido una larga espera pero que merece la pena.
Conozco otros metros como el de Madrid y París y tenía ganas de conocer éste, dice Salva Florido, otro de los jóvenes que no ha querido perder la oportunidad de viajar en el primer día para conocer el recorrido y el tiempo que tarda entre un trayecto y otro.
Hoy ha venido muchísima gente muchas expectativas, señala María Ángeles Pérez, una de las personas encargadas de enseñar a los usuarios el sistema de recarga de billetes, quien todavía se sorprende por la inauguración del metro. Increíble pero cierto, subraya.
Aunque no a todos ha dejado un buen sabor este primer día, hay quienes iniciaron el recorrido liados, porque no sabían cómo funcionaba el medio de transporte y en ese momento no tenían quien los instruyera, dada la cantidad de malagueños que se dieron cita en las diferentes paradas, aunque la más concurrida por la mañana era la del Perchel.
Virginia, subida ya en uno de los coches, asegura que como compruebe que le va mejor dejará de coger el autobús: "Si es más rápido y cómodo, será mi medio de transporte". Un medio que por hoy, ha significado para algunas una forma de diversión.
Hemos paseado feliz con mis nietos, mi nuera y mi esposo. El metro es algo extraordinario, y un avance para Málaga, que ya le hacía mucha falta, afirma Soledad Pérez. Sandra Hidalgo coincide en la comodidad, la rapidez y en lo 'fresquito' que se está.
Para Ana ese `fresquito no es suficiente. Yo paso del metro no me gusta, porque prefiero el aire y no estar aquí metida, señala.
La mayoría de los usuarios ha ido acompañados al metro. Familias con niños pequeños, grupos de amigos, vecinos del barrio con estaciones cercanas, personas con bicicletas, muletas... todos han querido conocer 'su' metro, aunque hoy sea de paseo. Mañana ya será quizá otra cosa.
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