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Lucía Prieto, en su despacho.
«Lo que la Plataforma del Trapiche solicita es posible, se puede hacer. No somos visionarios»

«Lo que la Plataforma del Trapiche solicita es posible, se puede hacer. No somos visionarios»

La docente subraya que el colectivo para salvar el molino marbellí sigue preocupado ante el riesgo de que se pierda el yacimiento

Nieves Castro

Lunes, 20 de marzo 2017, 01:33

No es casualidad que en su despacho de la Universidad de Málaga tenga una fotografía del Trapiche del Prado. Lucía Prieto, profesora titular del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea de la UMA, es una de las más acérrimas defensoras del viejo ingenio azucarero. Hoy, convertido en una ruina. La docente, que ha investigado a fondo sus singularidades se integra, además, en la Plataforma creada hace casi un año para salvar el histórico molino con la implicación del Ayuntamiento de Marbella. Abordamos de su mano el estado en el que se encuentra la iniciativa.

En abril de 2016 se crea oficialmente la Plataforma en defensa del Trapiche del Prado ¿Qué logros se han conseguido desde entonces?

El estado material de Trapiche no ha experimentado modificaciones porque la intervención prevista para el comienzo del otoño no se ha llevado a cabo, según se nos ha informado por problemas presupuestarios, administrativos y burocráticos. Por ser optimista, valoramos que sea la primera vez que el Ayuntamiento se compromete con una intervención en el Trapiche del Prado destinada a conservar el yacimiento... otra cosa es que las realizaciones se correspondan con el nivel de compromiso adquirido.

¿Qué pasos se habían dado hasta que el actual equipo de gobierno se comprometió con su salvaguarda?

En 2009 se llevó a cabo una limpieza y una excavación arqueológica que dejaron al descubierto, los principales elementos que permitían una lectura de la funcionalidad de los espacios destinados a la fabricación del azúcar en un establecimiento preindustrial. Quedaron visibles, los apoyos de las moliendas, tanto la hidráulica como la de tracción animal, los hornos, los soportes de las calderas... y quedaron a la vista estancias como las cuadras y estructuras que permitirían determinar el tipo de molienda utilizada según las épocas. Una de estas estructuras, la molienda circular, reveló un piso superior que fuentes escritas confirmaron que podía soportar el peso de bueyes como fuerza motriz. Después de esta intervención que se realizó en relación al proyecto de construcción de un geriátrico, el yacimiento fue de nuevo abandonado.

¿Y en relación a su protección?

En abril de 2011, su deterioro alertó a la asociación Cilniana que presentó en la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura de la Junta una solicitud para la incoación de expediente de declaración de Bien de Interés Cultural del Trapiche del Prado, así como su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. La Junta de Andalucía denegó la declaración de BIC pero, lo incluyó en el Catálogo General por resolución favorablemente de fecha 25 de junio de 2013. Mientras que, por su parte, unas semanas antes, el Ayuntamiento en el Pleno del 31 de mayo aprobó la modificación del PGOU, de forma inicial, intentando que dicha protección cesara para poder rescatar el proyecto de un geriátrico en el Trapiche del Prado. De cualquier forma lo más positivo es que se lleva un año hablando de algo que se daba por perdido. Eso es importante y ese es el principal activo de la Plataforma en Defensa y Mantenimiento del Trapiche del Prado, haber dado a conocer a nuestros convecinos un patrimonio muy desconocido.

¿Funciona la mesa técnica para la coordinación y seguimiento de los trabajos?

No se ha constituido la mesa técnica, su razón de ser era el seguimiento de la intervención, se invitó a los representantes a participar pero como la intervención no ha comenzado, la mesa tampoco.

¿Este trapiche tiene alguna particularidad respecto al resto de ingenios azucareros de la provincia?

La mayoría de los establecimientos preindustriales se transformaron en fábricas y adoptaron la tecnología industrial. Pero el Trapiche del Prado dejó de funcionar como fábrica de azúcar hacía la segunda década del siglo XIX cuando el proceso se trasladó al Trapiche de Guadaiza. Transformó su antigua función fabril en explotación agrícola lo que posibilitó que los antiguos elementos preindustriales se preservaran. Pero a nivel de estructuras tiene otras particularidades, como el ya citado espacio circular. Las fuentes del fondo del Tribunal de la Inquisición que se conservan en el Archivo Provincial de Granada son muy ricas en información relativa al mantenimiento, obras, infraestructuras y utillaje. Estas fuentes , que por cierto están muy poco trabajadas, hacen referencia a la existencia de un horno alfarero que permitiría que las llamadas «formas del azúcar» se fabricaran en el mismo establecimiento. No parece que esto fuera así en todos los trapiches, donde «las formas» se hacían en hornos ajenos a la fábrica. Por su parte, algunos de los viajeros que lo conocieron ya a principios del siglo XIX, lo singularizan por una tecnología que como los hornos de reverbero lo situaban a la vanguardia de los establecimientos fabriles de la zona.

El Ayuntamiento de Marbella ha anunciado que los presupuestos municipales de 2017 recogerán una primera partida para actuaciones de 76.000 euros. ¿Qué se hará con ese dinero?

En principio, según se nos informó, sería para operaciones de vallado y limpieza. No sabemos si el volumen de este presupuesto alcanza las necesidades de esta primera intervención.

¿Se ha abordado ya la hoja de ruta para la recuperación íntegra del inmueble y su entorno?

En la última reunión a la que asistí con Catalina Urbaneja, de Cilniana, y Fabiola Mora, de Marbella Activa, la responsable de Cultura marcó una agenda supeditada a la aprobación del presupuesto que se traduciría en la intervención inmediatamente después. De forma paralela a esta actuación se están llevando a cabo los estudios urbanísticos correspondientes sobre la parcela.

La prioridad de la Plataforma es la rehabilitación del inmueble, pero ¿sobre su uso final tiene alguna predilección?

La Plataforma se constituyó a partir de la confluencia de asociaciones comprometidas con la preservación del patrimonio y de ciudadanos con sensibilidad hacia la conservación del mismo, en tanto que bienes comunes que sirven al conocimiento y a la investigación histórica. La principal preocupación era y es el riesgo de desaparición de unos restos que contienen información sobre una actividad fabril, en definitiva salvar parte del patrimonio arqueológico industrial. Esa fue y es la prioridad que sólo cobra sentido si una vez recuperado se pone en valor para ser estudiado, conocido y divulgado, esa es la función de un yacimiento. La hipotética transformación en un bien de uso social, creemos que es un asunto de programa político que nos trasciende. Nosotros no lo hemos planteado, más allá de vincularlo a la interpretación del proceso de transformación del azúcar como parte de la historia común. Lo que la Plataforma solicita es posible, se puede hacer. No somos visionarios.

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