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Nieves Castro
Viernes, 17 de julio 2015, 00:32
Desde que llegó a la playa de El Faro este miércoles está siendo la sensación del verano y eso que aun no ha levantado el vuelo. Se trata de un dron que desde el pasado día 15 de julio y hasta el próximo 15 de septiembre estará operativo en la playa marbellí para colaborar en labores de salvamento marítimo. El proyecto, que está financiado por Vodafone y desarrollado por el operador aeronáutico Trabajoscondron.com, se realiza de forma piloto y manera simultánea en cinco playas españolas, dos de ellas malagueñas. Las costas que cuentan con estos inesperados socorristas de metal son junto con la de Marbella, Benalmádena, Ribadesella en Asturias, Isla en Cantabria y Cartagena en Murcia.
¿Pero cómo funciona este aliado? Según explica a SUR José Antonio Martínez, el piloto encargado del dron ubicado en Marbella, ante el avistamiento de un posible percance se hace despegar al aparato para conducirlo hacia el lugar del suceso y que pueda lanzar al bañista en apuros uno o dos salvavidas. El despegue siempre tiene que estar autorizado por los socorristas que forman parte del plan de salvamento. De hecho, el dron que se ubica en El Faro se sitúa junto a la silla del vigilante. No obstante, sería José Antonio el encargado de pilotar la pequeña nave de ocho kilos de peso y lanzar los flotadores, mientras el socorrista de carne y hueso llega hasta la zona.
De acuerdo con la información facilitada por Vodafone, un socorrista tarda el triple de tiempo que un dron en alcanzar a un bañista en peligro. «Desde que el dron despega y vuelve a aterrizar no deben pasar más de dos minutos. Realmente es un sistema muy veloz», concreta el piloto que ha recibido una formación teórico-práctica de 70 horas en el aeropuerto de Cuatro Vientos, en Madrid, para poder manejar este equipo concreto.
Este socorrista aéreo tiene sus limitaciones. Encara mal el vuelo con lluvia y la distancia máxima que puede recorrer es 500 metros con la condición de que el piloto no pierda nunca la línea visual con el aparato. El dron, provisto de seis motores, puede alcanzar hasta 120 metros de altura y aguanta hasta 5,5 kilos de peso. Si tenemos en cuenta que los flotadores de los que va provisto no llegan ni al kilo (800 gramos) el margen que puede soportar es aun considerable. Su autonomía es de tan sólo 15 minutos de vuelo, pero la facilidad con la que se recarga su batería, enchufándola a la red, no complica su puesta a punto.
«Gracias a Dios ninguno de los drones ha tenido que actuar aun en una situación de emergencia. De momento, sólo causan expectación en las playas», explica Martínez que ha sido destinado a Marbella hasta el próximo 15 de septiembre para manejar el aparato que está operativo desde las 11.30 hasta las 19.30 horas en El Faro. «Muchos bañistas se han acercado pensando que era una atracción, incluso algunos niños han preguntado cuanto valía un vuelo, pero a todos cuando les he explicado en qué consistía se han mostrado encantados, sobre todo la gente mayor», abunda el piloto.
Aunque en un principio se valoró que fuera la playa marbellí de Cabopino la que contara con este sistema, el Ayuntamiento optó finalmente por que la experiencia se desarrollara en la playa urbana de El Faro. El concejal de Sostenibilidad del Consistorio marbellí, Miguel Díaz, concretó a este periódico que aunque el proyecto tiene coste cero para las arcas municipales, la administración local es responsable de la custodia del dron, valorado en 8.000 euros, por lo que se eligió una localización cercana a unas dependencias municipales.
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