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Ana Pérez-Bryan
Domingo, 21 de agosto 2016, 00:50
Si se asume que el deportivo es un campo plagado de símiles, Javier Ferrero (Málaga, 1970) bien podría compararse con una especie de entrenador en la sombra, o un portero que se las sabe todas a la hora de parar los goles a sus clientes. Y todo desde el ámbito de la asesoría legal y financiera, donde compite como especialista en Derecho Deportivo y del Entretenimiento. Convertido en una de las referencias indiscutibles de un sector que ha experimentado un desarrollo extraordinario en los últimos años, Ferrero y su socio, Julio Senn (Senn Ferrero Asociados Sports & Enterteinment), han sabido hacerse un hueco en esa otra liga de campeones con un servicio integral del que se nutren deportistas de élite, cantantes, toreros, guionistas o actores. Ferrero habla para SUR desde su despacho en Madrid, a punto de marcharse a Londres y con su agenda de verano a tope por la tradicional efervescencia del mercado de fichajes y la temporada alta de conciertos y espectáculos. Aquí no se descansa.
Las olimpiadas también habrán supuesto un esfuerzo extra con tantos deportistas desplazados a Río...
Sí. Nosotros asesoramos a alguna institución internacional en temas de dopaje y tenemos allí a deportistas a los que llevamos sus temas personales. En cualquier caso, el verano es siempre temporada alta por los mercados de fichaje y porque tenemos también muchos clientes vinculados con el entretenimiento: cantantes en plena gira de conciertos, toreros... Y luego están los procedimientos que tenemos en la UEFA, la FIFA o el TAS, que a diferencia de lo que pasa en España no descansan en agosto.
¿Hasta dónde llegan sus servicios?
Hacemos un servicio integral, pero no somos agentes, es decir, no vamos a buscar guiones para actores ni clubes para los futbolistas. En cambio, sí llevamos toda esa parte que no cubre un representante al uso. Es decir, el ámbito jurídico; y dentro de este capítulo la parte fiscal, los contratos especiales, la contabilidad de sus sociedades o su asesoramiento económico a nivel personal... En el fondo, la celebrity no quiere hablar con cuarenta mil a la vez: quiere una referencia técnica que se lo resuelva todo.
Y que le informe de cuánto ingresa y cuánto gasta...
Claro, y con un detalle exhaustivo. Que vea cuál es su ritmo de vida, y con un planteamiento muy conservador. Ten en cuenta que una de las cosas que le pasa a las celebrities es que se les acercan muchas personas físicas o entidades financieras para ofrecerles negocios, y necesitan a alguien de confianza que traduzca lo que le están diciendo. Muchas veces incluso a nosotros nos cuesta trabajo descifrarlo, así que imagínate a un chaval de 23 o 24 años que además está rodeado de gente que siempre le va a decir lo que quiere escuchar. En ningún caso invertimos su dinero, pero sí les damos la información para que sepan qué hacen con él.
Como una voz de la conciencia
Totalmente. Te conviertes en la persona de confianza. El otro día me llamó un cliente para comentarme que quería invertir en una planta fotovoltaica. Y yo no tengo ni idea de energías renovables. Me dijo: «Mira, Javier, infórmate con quien quieras pero lo que me tengas que decir me lo dices tú». En este tipo de relación, al final, terminas tutelando a la celebrity el resto de su vida, porque lo importante es seguir con ellos cuando sean los gestores de sus propias empresas. Para eso necesitas que te llamen y que la dedicación sea absoluta; no estar con el taxímetro. Así los clientes van creciendo con nosotros.
¿Sigue funcionando la marca España en el deporte?
Está claro que en la medida que hay más inversión hay mejores resultados. La crisis se ha notado, pero si tú analizas en una foto el desarrollo de cualquier deporte en los últimos años el resultado es espectacular. Yo además lo vivo mucho fuera, y la gente ve a España como una referencia absoluta en el tema del deporte. Por ejemplo, nosotros hicimos hace cuatro años un proyecto que aún está en ejecución con la empresa china Wanda (los que iban a rehabilitar el edificio de la plaza de España en Madrid) sobre formación de jóvenes chinos para que se pudieran integrar en a cantera de los equipos de España y que aprendieran competitividad. Allí ven que el deporte es un estímulo enorme para la sociedad y están invirtiendo una barbaridad. Ahora están absolutamente desbocados.
He leído que ustedes intervinieron en la contratación de José Antonio Camacho para la selección nacional de China... ¿no les sonó raro por aquel entonces?
No. Los chinos ya veían que en España se trabajaba bien y querían saber cómo se hacía, a todos los niveles. La tendencia allí había cambiado: de buscar todo eso en Alemania ahora miraban a España. En aquel momento se barajó el nombre de Camacho y nos llamaron, y fui a China para cerrar el contrato. Lo curioso allí es que el que financia la inversión es Wanda, y lo hace por una indicación del gobierno, que quiere que se gaste en deporte y en fútbol. De hecho el deportivo es el único ámbito en el que alguien de fuera va a China a decirles cómo se hacen las cosas, porque normalmente es al revés.
¿En qué momento un deportista se convierte en una empresa?
No es sólo un tema económico, sino sobre todo de perfil. Es lo que ocurre con Mireia Belmonte: en cuanto empieza a ganar tiene ya una perspectiva a nivel internacional muy importante, aunque no se muevan las mismas cantidades que en otros deportes. Los deportistas que compiten a nivel individual no afrontan la misma realidad que aquellos que lo hacen con equipos, porque en el primer caso su actividad económica y personal se está generando en todo el mundo. Por eso necesitan asesoramiento. Aquí tradicionalmente hemos vivido con la idea de que eso no era tan importante, y siempre había un amigo, un hermano o un padre que se encargaba de los temas con toda la buena voluntad del mundo pero sin saber. Por eso vemos ahora a deportistas que están pasando por los banquillos, y que se enfrentan a problemas enormes con la excusa de que no entendían cómo se gestionaban sus cosas.
Es el caso de Messi. ¿Un padre puede ser un buen representante?
Un padre lo que tiene que ser es buen padre y darle al deportista un entorno familiar estable. Otra cosa es el asesoramiento. Lo que no puede ser es que al final se piense que esto es muy sencillo, o que los abogados no son necesarios porque siempre ponen problemas... En el caso del entretenimiento es diferente, porque los recorridos de los artistas suelen ser más largos y llanos. Un cantante puede tener los años que tiene y seguir cantando, y sin embargo un deportista da para lo que da y los ingresos se acaban: eso es lo que tienen que saber que va a pasar, y hay que coordinarlo. Yo sí me puedo creer que a lo mejor a Messi le han dicho que las cosas «eran así», y que incluso no han querido molestarlo porque lo que tiene que hacer es jugar y rendir, pero eso es un error. Él tiene que estar enterado y saber las cosas, porque además en el caso de los futbolistas ellos suelen cambiar de equipo a mitad del año fiscal y hay que tener cuidado con el tema de los impuestos, no es sólo una cuestión de imagen.
Demasiados frentes abiertos...
Claro. Los deportistas de élite se enfrentan al reto de ser joven, tener unos ingresos muy fuertes y una duración corta de la carrera. Y muchas veces el entorno no ayuda.
Seguro que se habrá enfrentado a cientos de casos como ése...
Sí. Por ejemplo nosotros siempre hemos asesorado a Ronaldo (el brasileño) y seguimos llevando todos sus temas en el mundo. Él salió de una familia humilde y con muchos problemas, pero se ha dejado asesorar y ahora tiene un patrimonio muy importante que ha cuidado y por el que se ha interesado. Tuvo un problemón con su representante del que ha sabido reponerse, y él además es una persona que nos exige.
Supongo que también será difícil gestionar algunos egos
Absolutamente. Hay otro tema importante, que es que en este sector se tiende mucho a hacerse amigo, pero nosotros siempre llevamos a gala que nuestros clientes nos llaman porque les vamos a solucionar los problemas, no porque te puedas ir de copas con él. El equilibrio es difícil, porque nosotros a veces les vamos a decir lo que no quieren escuchar; aunque eso no quita que tengamos relaciones con ellos basadas en la confianza e incluso el cariño. Yo siempre le digo a Roni (Ronaldo) que voy con él a donde me diga, menos a una fiesta (risas).
Por todo lo que me cuenta, parece que los entornos no ayudan mucho...
Totalmente. Incluso ha habido veces que hemos perdido clientes por el tema de la familia. A mí me pasó con una cantante (no dice el nombre) cuyo padre trataba de justificar todo el tiempo en qué gastaba el dinero, sin ver que ese dinero era de su hija, no suyo. Ahí también se demuestra cuál es el entorno familiar bueno y cuál no, aunque también depende del perfil de la celebrity.
¿El deportista de élite es el eslabón más débil de esta cadena?
Lo que sí que es cierto es que tiene que tener fortaleza. Se demuestra en los que triunfan, tienen un carácter fuerte y son capaces de reconducir los problemas. Yo me he encontrado con casos que me han dado pena por no haberlos encontrado antes y no haberlos podido ayudar. Ves cómo han sido engañados a pesar de ser gente muy válida.
¿Se ve venir la carne de cañón?
Sí, también. Pero algunos reaccionan y esquivan el palo.
¿Y hay líneas rojas en este tipo de asesoramiento?
Sí. La primera es que no nos vamos a meter en el terreno de otro o que por ejemplo alguien venga a decirnos que quiere ayuda para no pagar impuestos. En este sector tienes que ser muy recto. Otra de nuestras líneas rojas es que nosotros asesoramos a personas que tengan una actividad profesional detrás, es decir, que se sepa por qué están ahí... Tenemos algún presentador con recorrido o algún periodista, pero de famoseo nada... Nuestro criterio es muy claro y deontológico, y sobre todo basado en la confidencialidad.
Ya. Intuyo que no me va a dar más nombres de sus grandes clientes...
No (risas).
¿Cuál fue el caso más complejo al que se enfrentó?
Han sido tres, que además han sido públicos: el caso de Vicente del Bosque con el Besiktas turco, porque hubo que empezar un procedimiento que fue bastante largo pero que se resolvió bien. Ocurrió algo similar con Camacho: recuerdo ambos casos por la personalidad y la vinculación con ambos clientes, que son de quitarse el sombrero. Y por último hemos estado muy involucrados en el conflicto del fondo de inversión Doyen con el Sporting de Lisboa. Aún estamos intentando ejecutar el laudo.
No podemos acabar la entrevista sin que me diga si sigue al Málaga CF
Sí , pero admito que desde que estoy en esto lo veo con otros ojos (risas).
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