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Una menor se marchó de Fuengirola al difundir en el pueblo sus fotos íntimas el ciberacosado

Una menor se marchó de Fuengirola al difundir en el pueblo sus fotos íntimas el ciberacosado

La Policía localizó a una decena de víctimas que relataron el calvario que habían vivido en Tuenti: amenazadas con la difusión de las imágenes sexuales que previamente habían grabado

Juan Cano

Martes, 15 de marzo 2016, 01:10

Se presentaba como Xavi Mauricios Riquelme, un chaval de 16 años que vivía en Barcelona. Incluso colgó una foto de un chico de esa edad y bien parecido. Con ese perfil falso, el ciberacosador de Fuengirola extendió sus tentáculos por la red social Tuenti, donde trató de hacerse amigo de numerosas menores, algunas de muy corta edad. Sus víctimas cedieron a su chantaje y le proporcionaron imágenes íntimas que él, en uno de los casos, llegó a difundir entre su entorno. Hace un año, una adolescente, de 13 años, se vio obligada a cambiar de instituto e incluso a mudarse de su pueblo. Sufría, como muchas de las chicas, un cuadro ansioso-depresivo con secuelas a medio y largo plazo.

El modus operandi que empleó es el típico de los cibercazadores, aunque con unos conocimientos informáticos superiores a la media que sorprendieron a los propios investigadores. Una vez que contactaba con las menores, se ganaba su confianza y conseguía embaucar a sus víctimas «con diversas argucias» hasta conseguir que ellas le mostraran sus pechos u otras partes del cuerpo, según el escrito de acusación.

Otras veces, el individuo, que ha reconocido los hechos, se masturbaba delante de la webcam y enviaba las imágenes a las chicas, siempre sin mostrar su cara. También les mandaba vídeos de otras adolescentes tocándose. Así intentaba conseguir un intercambio sexual delante del ordenador, sin que las víctimas supieran en ningún momento que el supuesto adolescente las estaba grabando. A partir de ahí, cuando las menores ya habían caído en sus manos, las advertía de que lo tenía todo filmado también guardaba las conversaciones y las amenazaba con difundir los vídeos a sus familias y amigos «si no realizaban delante de la webcam todo lo que su ánimo libidinoso le fuera pidiendo», subraya la Fiscalía.

La investigación policial permitió identificar al pedófilo, que tiene 32 años y es español, aunque de origen. En el registro de su domicilio, los agentes intervinieron abundante material pornográfico en que habían sido utilizadas menores de edad, así como las grabaciones de los vídeos y las sesiones de chat que el procesado había mantenido con las adolescentes, siempre según el escrito de acusación.

El hallazgo de esas conversaciones no fue tarea fácil, ya que el acusado modificaba la extensión propia de estos archivos y les añadía la del sistema operativo del ordenador para que, en caso de ser descubierto, los agentes pasaran por alto esos documentos, lo que demuestra sus conocimientos informáticos. No lo consiguió.

Tras la intervención, se localizó a una decena de víctimas con edades comprendidas entre 11 y 17 años, que relataron el calvario que habían vivido. Varias necesitan tratamiento psicológico incluso con fármacos para controlar la ansiedad. La Fiscalía lo acusa de delitos de agresión sexual ya que, en algunos de los casos, supuestamente las obligó a realizar ciertas prácticas sexuales delante de la webcam bajo la amenaza de difundir las imágenes que previamente había grabado.

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