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Raquel Merino
Miércoles, 27 de enero 2016, 12:48
"Estamos completamente desesperados, es meterte en la cama, intentar descansar y cualquier réplica te pone de nuevo en estado de superalerta, que te consume". Estas declaraciones de una vecina de Melilla reflejan el sentir de muchas de las personas que la madrugada del pasado lunes se despertaron alertadas por el terremoto que sacudió la Ciudad Autónoma y el sur peninsular con epicentro en el Mar de Alborán y una magnitud de 6,3.
Cada vez que se siente una réplica, los sentidos se ponen alerta por si volviera a repetirse un seísmo de tales características. Sin embargo, para los expertos, aunque resulta imposible predecir si habrá más terremotos, estas repeticiones no son más que un indicativo de que la zona está equilibrándose. Según una explicación científica, las réplicas son fenómenos sísmicos de menor intensidad que se dan en la misma zona donde se produjo un movimiento telúrico anterior. Esto ocurre porque la corteza terrestre se está adaptando en las inmediaciones de la falla que originó el sismo inicial. Si la intensidad de una supuesta réplica supera a la del anterior temblor, no se la considera como tal réplica, sino como un nuevo terremoto principal.
En un lenguaje más comprensible, Luis Cabañas, sismólogo del Instituto Geográfico Nacional, explica que "las réplicas son un proceso que continúa tras un movimiento sísmico para completar la rotura del tramo de falla que ha llegado a su límite de resistencia, pero que no ha roto del todo". Además se da la circuntancia de que la zona en la que se produjo el terremoto del pasado lunes "está sometida a diferentes esfuerzos y con muchas fallas", añade.
Mercedes Feriche, responsable de Prevención del Instituto Andaluz de Geofísica, señala, por su parte, que "lo más normal tras un gran terremoto es que se produzcan numerosas réplicas" y apunta a que estas repeticiones, en el caso del terremoto sentido en Málaga, pueden llegar a alcanzar una magnitud de hasta 5. Por ello, considera normal que se produzcan réplicas como la de esta mañana de magnitud 4,7, aunque la tendencia es que se vayan espaciando en el tiempo y sean cada vez menores. Cabe destacar que desde el terremoto del lunes de magnitud 6,3, registrado a las 5.22 horas, hasta las doce de mediodía de este miércoles se han contabilizado unas nueve réplicas con una magnitud de entre 4 y 4,7, y 60 de entre 3 y 3.6.
Aunque mejor dejar de contar porque estas réplicas pueden prolongarse durante semanas e incluso meses, algunas de ellas con un espacio entre una y otra de apenas unos minutos. A este respecto, Mercedes Feriche comenta que a veces una repetición se encadena con otra y "no ha terminado una cuando empieza otra". "Las réplicas de los terremotos de Almería de diciembre de 1993 y enero de 1994 se prolongaron durante siete u ocho meses y fueron de menor magnitud que el de Málaga, de 5 y 4,9, respectivamente", señala la investigadora.
Otro cuestión es que sean perceptibles o no para los ciudadanos de a pie.
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