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REDACCIÓN
Miércoles, 11 de noviembre 2015, 19:06
Se han hecho las dueñas y señoras de las palmeras y árboles de Málaga. Ahora, en invierno, se las oye menos por el frío que comienza. Pero las cotorras argentinas están definitivamente desplazando a gorriones y palomas. Estas aves han conseguido aclimatarse en España en parques y jardines, donde sus dueños las soltaron posiblemente cansados de sus graznidos. Además constituyen una auténtica amenaza para la salud debido a la suciedad que producen sus nidos y sus excrementos. La cotorra argentina procede de zonas subtropicales de Sudamérica y está considerada como especie "exótica invasora" por sus afecciones a las especies de fauna autóctonas de cada país, y por originar daños en la vegetación y en la agricultura.
Aunque en Málaga también se avista la variedad de Kramer, que se diferencian de las argentinas por su tono verdoso uniforme por todo el cuerpo, mientras que las argentinas tienen la frente y partes inferiores de color grisáceo y las alas y cola ligeramente teñidas de azul. La población alcanza los 3.000 ejemplares en Málaga, un 17% de todos los municipios españoles, según el primer censo nacional de la especie realizado por iniciativa de SEO/Birdlife.
Las cotorras, cuyo nombre científico es 'Myiopsitta monachus', se han ido extendiendo por Málaga tras la moda que se inició en los años 70 de adquirir esta especie de aves, que más tarde soltaban sus propietarios o se escapaban, y que empezaron a desarrollarse con profusión en los eucaliptales de las riberas del Guadalhorce así como en otras zonas de Guadalmar. Consideradas como especies invasoras desde hace más de una década, se han convertido en un auténtica plaga.
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