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El sector de la jardinería se revitaliza gracias al repunte en la construcción y las exportaciones.
El negocio de la jardinería se aferra a sus brotes verdes

El negocio de la jardinería se aferra a sus brotes verdes

El ligero repunte de la construcción, la exportación y el año electoral animan a los viveros, que señalan el intrusismo y la economía sumergida como la peor plaga para el sector

J. J. Buiza

Lunes, 16 de marzo 2015, 01:39

Los brotes verdes han llegado también al sector de la jardinería, aunque el negocio no termina de florecer y todavía corre el riesgo de marchitarse. El ligero repunte de la construcción en la Costa del Sol y el año electoral han animado las ventas en los viveros y han hecho sonar más los teléfonos en las empresas del sector, que todavía ven lejos una recuperación real del mercado.«Llegan más peticiones de presupuestos, pero desde una zona muy localizada entre Marbella, San Pedro yEstepona», explica Juan Manuel Ruiz, presidente de la Asociación Multisectorial de la Jardinería de Andalucía (AMJA) y propietario de Icaria Cultura Integral del Jardín, que se dedica al diseño y ejecución de proyectos de paisajismo y mantenimiento de zonas verdes.

Esta asociación regional, con sede en Málaga, que ahora agrupa a unas 70 empresas, llegó a contar con 300 asociados entre viveros, empresas de venta al mayor y estudios de paisajismo, hasta que la crisis empezó a hacer estragos en un segmento que sigue dependiendo, y mucho, de las contrataciones de las administraciones públicas. Según datos de la consulta DBK, aproximadamente el 70% de la facturación de este negocio en España procede del sector público, un porcentaje que, según AMJA, es todavía mayor en la provincia de Málaga. En este contexto, la proximidad de las elecciones autonómicas y, sobre todo, las municipales, suponen un balón de oxígeno para estos profesionales, aunque los ayuntamientos ya no gastan tan alegremente como antes.

«Evidentemente son un estímulo (las elecciones), pero los encargos que llegan no tienen nada que ver con los de anteriores comicios.La obra pública está mucho más medida y es más parca a la hora de ejecutarla», comenta Juan Manuel Ruiz. Andrés Guzmán, de Viveros Guzmán, apunta que llevan dos semanas bastante buenas en ventas, coincidiendo con el inicio de la temporada de primavera, y aclara que los ayuntamientos «ahora miran hasta la última peseta». «Gastan lo mínimo para ponerlo bonito», añade Guzmán, quien apunta, de hecho, a que muchos municipios han preferido aparcar sus inversiones más costosas hasta después de las elecciones.

Esta compañía, una de las referentes del sector en la provincia, recuerda el 2014 como uno de los peores en el mercado local y nacional. Su tabla de salvación desde que comenzó la crisis está en la exportación, por la que también están apostando otro buen número de productores. El comercio exterior de flor y planta viva en 2014 en España aumentó un 7% con relación a 2013, totalizando un total de 281 millones de euros, según datos del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales del Ministerio de Economía.

Jardines en tejados y paredes

  • La innovación ha llegado también al terreno de la jardinería, donde se han puesto de moda nuevos formatos, prácticamente recién llegados a España. Es el caso de los jardines verticales o de las cubiertas verdes, que ejecutan y comercializan algunas firmas malagueñas. «Es una tendencia en auge, que se piden cada vez en más promociones», admite Juan González, de Artbusto, estudio que se dedica al diseño, creación y mantenimiento de zonas verdes. En la provincia son todavía pocos los ejemplos y los que hay han sido promovidos más por las administraciones públicas. Es el caso de Alhaurín de la Torre, donde se ha ejecutado un llamativo jardín vertical en un edificio promocional. Otro es el jardín de la plaza del Pericón, en el Centro de Málaga. González comenta que estas zonas verdes son muy llamativas, pero difíciles de mantener. No sucede igual con las cubiertas verdes, que son como cualquier otro jardín y que proporcionan grandes ventajas constructivas en forma de aislamiento térmico y de ruido.

Por comunidades autónomas, la principal exportadora fue Andalucía con 72,4 millones de euros, un 5% más que en 2013, seguida de Comunidad Valenciana con 67,4 millones de euros (+1%) y Cataluña con 56,8 millones de euros (+22%).

En Málaga, Viveros Guzmán es el mejor ejemplo de esta tendencia exportadora, que tiene como principales destinos Francia, Países Bajos yAlemania. La empresa malagueña ha sumado a este mercado los países emergentes de Oriente Medio. Las ventas al exterior han ido subiendo a razón del 5% por cada año y ya se sitúa en torno al 30%, aunque 2015 ha comenzado más flojo que el año pasado por la complicada situación política de algunos destinos, como Libia. Como fórmula para reforzar su competitividad, en algunas operaciones se han asociado con otras firmas del sector como la almeriense Medipalm y Vivers Massaneda (de Gerona).

En toda la provincia de Málaga se calcula que hay alrededor de 120 negocios que se dedican a la jardinería y al viverismo, lo que supone aproximadamente el 40% del tejido empresarial de Andalucía. En los últimos años ha habido algún cierre sonado y se han cerrado operaciones por las que algunos gardens cambiaron de manos. Fue el caso de Espacio Fuengirola, adquirida por Viveros Guzmán, mientras que el Grupo Azucarera Larios se deshizo de su complejo de ElIngenio (Vélez-Málaga), en un espacio que ahora explotan otros productores más orientados hacia el negocio hortofrutícola. «Llevamos un par de años invirtiendo en nuestras instalaciones, porque el cliente ahora se ha vuelto más exigente», resalta Andrés Guzmán. Algunos profesionales han apostado en este sentido por la innovación, comercializando productos poco explotados en España.

Es el caso de Artbusto, firma malagueña que inició su andadura en 2003 y que oferta entre sus especialidades la creación de las llamadas cubiertas verdes y de los jardines verticales. «Ahora estamos recibiendo más solicitudes de presupuesto, pero es verdad que coincide con el inicio de la temporada», afirma Juan González, uno de sus responsables, quien se refiere a que la «mayor lacra» del sector no está tanto en la crisis como en el intrusismo y la economía sumergida.

Desde AMJA, Juan Manuel Ruiz señala que aproximadamente el 40% del volumen de negocio en el ramo no se declara y lo manejan gente no profesional. Ruiz asegura que el intrusismo no se limita al mantenimiento de los jardines privados, sino que alcanza incluso a la administración pública y a la venta de flores y plantas, con furgonetas a pie de carretera.

Juan González califica que el intrusismo es «brutal» y se ha vuelto un problema crónico en tanto que se generalizado a todos los niveles. «Un jardinero dado de alta y con todos los cursos hechos y los papeles en regla puede costar entre 1.800 y 1.900 euros al mes. Pero si vas a una comunidad de propietarios con ese presupuesto, el administrador y el presidente te dicen que lo han adjudicado por mucho menos, debería ser imposible, a no ser que la persona no esté dada de alta», relata González.

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