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M. Ángeles González
Lunes, 27 de octubre 2014, 01:35
Internet ha dejado de ser un lujo y se ha convertido en un bien básico en los hogares malagueños. Lo demuestra el hecho de que casi la mitad de las viviendas en las que entran menos de 900 euros netos al mes disponen ya de conexión para acceder a la red de redes, además de ordenador, según la última encuesta sobre equipamiento tecnológico publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Un porcentaje que se ha disparado desde 2008, cuando apenas el 20% de las familias andaluzas con menos ingresos (en aquel entonces se establecía este límite en 1.100) tenían esa posibilidad.
Esto, según diversos sociólogos y expertos en comunicación y tecnologías consultados por este periódico, demuestra que la brecha digital se está reduciendo a pesar de la crisis y que Internet va camino de convertirse en un bien de primera necesidad, ya que a nadie se le escapa que los hogares con tan bajos ingresos posiblemente estén atravesando por serias dificultades económicas que les obligan a prescindir de muchas cosas.
El teléfono móvil les llama más la atención que un sonajero. Desde pequeños se sienten atraídos por un aparato que se utiliza constantemente a su alrededor y no tardan mucho en pedir uno propio para ellos. Tal es así que seis de cada diez niños de 10 a 15 años ya disponen de esta herramienta con la que comunicarse y entretenerse, un porcentaje que ha crecido diez puntos desde 2006, según se refleja en la encuesta sobre equipamiento tecnológico del INE. En cuanto a Internet, prácticamente todos hacen uso de él, superando el 90% los que se han conectado en los últimos tres meses (hace ocho años era el 63,5%).
Los expertos afirman que no se puede frenar esta tendencia ni se puede apartar a los más pequeños del entorno digital en el que están creciendo, pero advierten de la necesidad de orientarles e inculcarles desde el principio la importancia de que hagan un uso responsable de las tecnologías. «Igual que se les enseña a montar en bici, tienen que aprender a hacer un buen uso del móvil o Internet», apunta la profesora de la UMA y experta en comunicación Sonia Blanco, que recuerda la importancia del control parental.
La necesidad de acceder a ofertas laborales o cursos de formación, el sentimiento de pertenencia a una comunidad o la presión social para no estar al margen del desarrollo tecnológico y evitar así la sensación de aislamiento, explicarían el avance imparable de Internet también en los hogares en los que hacen encajes de bolillos para llegar a fin de mes. «La velocidad con que se mueve la sociedad hace que quien no esté en Internet realmente se sitúe fuera de juego», señala el profesor de Geografía Humana de la Universidad de Málaga (UMA) Alfredo Rubio.
Abaratamiento del servicio
Además se ha producido un abaratamiento del coste de la conexión, como señala Javier Castilla, del portal ADSLnet, que apunta que hoy en día por el precio mínimo que se pagaba en 2008, de unos 40 euros mensuales, se obtienen otros servicios como la línea de telefonía móvil, lo que hace que haya familias que «por unos pocos euros más no prescinden de este servicio aunque vean disminuir sus ingresos». De hecho, el 90,3% de las viviendas que cuentan con menos de 900 euros mensuales disponen de móvil. En cuanto a Internet, el 48,3% tienen acceso el 45,8% con conexión de banda ancha, mientras que el 48,8% cuenta con un ordenador. Hace seis años, cuando la crisis daba sus primeras señales, los porcentajes eran muy inferiores incluso teniendo más posibilidades económicas.
«Antes Internet era una comodidad y ahora es una necesidad», apunta la profesora de la UMA y experta en comunicación Sonia Blanco, que plantea la importancia de esta herramienta en el terreno laboral en unos momentos con cifras históricas de parados. «Por Internet se está pendiente de las ofertas de empleo, se puede actualizar el currículum y crear una marca personal; además puede desarrollarse contenido para crear una empresa o hacer estudios de mercado para un nuevo negocio», argumenta esta especialista, que advierte de la saturación de información que llega por la Red y que hay que aprender a discriminar.
Su uso va cada vez más allá de las redes sociales, el correo electrónico, los portales de empleo, las plataformas de viajes o los buscadores, la utilización de la Red de redes para hacer gestiones con la administración o para comprar va ganando terreno entre los internautas. Según la encuesta del INE, el 59,7% de los usuarios contactan o interactúan con servicios públicos por Internet por motivos particulares, mientras que el comercio electrónico es utilizado por el 43%.
«Los hábitos de consumo han cambiado y se considera absolutamente prioritario estar conectado a la red», afirma el sociólogo José Manuel López Gaona, que explica que detrás de la fuerte implantación de Internet en los hogares está el sentimiento de pertenencia a una comunidad, «que es fundamental y una necesidad».
En términos globales, el 72,7% de las viviendas disponen de Internet, seis puntos por encima de año pasado y el doble de lo registrado en 2007. Aunque el acceso a esta herramienta se está extendiendo en líneas generales, sigue ligado al presupuesto económico, ya que a medida que aumentan los ingresos mensuales también lo hace el porcentaje de hogares conectados, rozando el 100% en el tramo más alto, superior a 2.500 euros mensuales. «Debería estar garantizado el acceso básico para toda la población», plantea Blanco.
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