Los testigos del Cautivo: «Si pasa a otra hora, las consecuencias hubieran sido peores»

El suceso se ha producido minutos después de las dos de la madrugada, cuando el trono de Nuestro Padre Jesús Cautivo se encontraba a la altura de la confluencia entre las calles Carretería y Andrés Pérez, y la sección de la Virgen de la Trinidad ya había empezado a embocar Carretería. A esa hora de la madrugada, el número de personas que sigue al Cautivo tras su trono había disminuido, como suele ser habitual todos los años, y tampoco era excesivamente numeroso el público que presenciaba la procesión desde las aceras. Si esto llega a pasar con más gente en la calle, las consecuencias podrían haber sido mucho peores, reconoció a este periódico uno de los agentes de la Policía Local que se personaron en el lugar a los pocos minutos de producirse la avalancha.

Testigo de excepción de lo sucedido fue Daniel López, que se encontraba en un balcón de un primer piso de la calle Carretería situado justo frente al lugar en el que se produjo el incidente que dio origen al tumulto. Al principio era una pelea entre dos o tres jóvenes, pero en cuestión de segundos empezó a sumarse más y más gente y eso hizo que se creara una situación de pánico que se extendió rápidamente. Ha sido todo muy rápido, apenas nos hemos podido dar cuenta de lo que estaba pasando, relató a este periódico. Según apuntó, los implicados en este altercado huyeron corriendo por la calle Ollerías al percatarse de la magnitud del problema de orden público que había causado su conducta. No vimos que emplearan armas, solo se pegaron, apuntó este joven que había venido a conocer el Lunes Santo malagueño desde la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda junto con otros amigos.

Una pelea, eso ha sido todo, señaló una de las nazarenas de la sección de la Virgen de la Trinidad, que quedó partida en dos por lo sucedido. Muchos nazarenos corrieron para resguardarse en las calles adyacentes a Carretería y otros intentaron refugiarse en los portales de la calle. Ha sido todo tan rápido, no sabíamos lo que sucedía, apuntó otra joven nazarena, visiblemente nerviosa por lo que acababa de vivir.

Agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local se personaron en la calle Carretería al poco de producirse la avalancha para recabar testimonios de personas y comprobar si había algún herido de consideración. Tanto los efectivos policiales como los integrantes de la procesión intentaron calmar al público y aclarar que sólo había sido una pelea el motivo del tumulto.

Unos veinticinco minutos después del suceso, a las dos y media de la madrugada, la sección de la Virgen de la Trinidad se recompuso y retomó su caminar, lo que fue recibido con un aplauso por parte del público que seguía en las aceras dispuesto a seguir presenciando el discurrir de la cofradía del Señor de Málaga camino de su encierro en la Trinidad.