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Nuria Triguero
Lunes, 26 de diciembre 2016, 00:29
Su teléfono no deja de sonar. A Enrique Sanjuán le llueven las felicitaciones por una victoria judicial que no sólo es suya, sino de los miles de ciudadanos en Málaga, unos 50.000 que tienen cláusulas suelo en sus hipotecas. Y es que él fue quien trasladó al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) la cuestión de la retroactividad de las indemnizaciones. Lo hizo porque creía que la doctrina del Tribunal Supremo (que limita la devolución de cantidades al año 2013) contraviene la normativa comunitaria de protección de los consumidores. Y tenía razón.
Un juez de provincias andaluz ha provocado que el Tribunal Supremo sea reprendido por la máxima autoridad judicial europea y que cambie una doctrina que afecta a cientos de miles de consumidores y a casi todos los bancos del país. Sinceramente, ¿confiaba en su victoria?
Sí. Es difícil enfrentarte a lo establecido, pero cuando crees en una cosa y todo el mundo y en especial los de arriba, en este caso el Tribunal Supremo, te dicen que no es así... pues ves los medios y las probabilidades que tienes y decides. Yo fui a por ello. Teníamos una situación difícil: unas audiencias provinciales decían sí a la retroactividad, otras no y otras se quedaban a la mitad. Y luego el Supremo decía que no basándose en un artículo del Código Civil, cuanto esto no es cuestión del Código Civil, sino de una directiva de la UE; es el Derecho europeo entrando en nuestras vidas. Esto es lo más grave que le ha dicho el TJUE al Supremo: si tienes que aplicar mi normativa, pregúntame. Que es lo que yo hice. Cuando planteé la cuestión prejudicial se le dio traslado a las partes: el Gobierno español, la Comisión, el abogado general de la UE... Y el informe de la Comisión es demoledor: dice que la doctrina del Supremo es una barbaridad. No así el abogado general del TJUE, Mengozzi, que hace un informe raro, difícil de entender. Entonces se dijo que en el 80% de los casos el tribunal le hace caso al abogado general, pero no es cierto; hay un informe de Harvard que dice que el porcentaje es del 60%.
perfil
Enrique Sanjuán nació en 1967 en Loja, pero se considera malagueño de adopción. Es uno de los mayores expertos en derecho concursal. Estuvo en 2003 al frente del juzgado piloto concursal en Palma de Mallorca y en 2004 puso en marcha el primer juzgado mercantil de Málaga. En 2009 pidió una excedencia para dedicarse a la abogacía durante dos años. Volvió a ponerse la toga en 2012 en el juzgado mercantil de Granada, desde donde planteó la cuestión prejudicial al TJUE. Desde 2015 está en la Audiencia Provincial de Almería. Además, lleva más de una década enseñando Derecho Mercantil en la Universidad de Málaga.
Ha provocado un terremoto en la banca española, que ahora tiene que hacer provisiones millonarias.
Si son 2.000, 3.000 o 17.000 millones lo que les va a costar a los bancos, eso no me lo planteo. Porque además ése es el dinero que han cobrado al consumidor indebidamente. Si tú en vez de 1,4 euros por el periódico me cobras 4 y al cabo del año me tienes que devolver todo lo que he pagado de más, que son 1.000, y me dices: «Es que me haces daño», te diré: «Jolín, es que tú me lo quitaste antes».
Ha tenido que ser Europa la que venga a salvar a los consumidores españoles...
Ésta es la época de los consumidores: eso es lo que dice Europa. ¿La parte débil cuál es? La del consumidor. Porque ante un banco o ante una gran empresa, ¿tiene el consumidor capacidad para negociar o modificar las condiciones de un contrato? No, es como las lentejas: o las tomas o las dejas. Pues si no tiene capacidad, hay que protegerle. Eso es lo que está haciendo Europa, nos está protegiendo.
¿Qué pasa con los afectados que ya demandaron a sus bancos y tienen una sentencia firme en la que se les niega la retroactividad total?
Está el principio de cosa juzgada, sí. Pero si a mí me llega un señor que ya tiene una sentencia firme de cláusula suelo y quiere reabrir el caso para pedir la retroactividad total, volveré a plantear una cuestión prejudicial al TJUE. Y mi pálpito es que Luxemburgo dirá que este señor tiene derecho a reclamar, puesto que la doctrina del Supremo ha sido calificada de errónea. Ya hay gente analizando esto y se habla de dos posibles vías para estos afectados: la de los tribunales o la de la responsabilidad patrimonial del Estado. Está última la veo más difícil porque es ahora cuando la Justicia europea se ha pronunciado, así que sería a partir de ahora cuando se generaría responsabilidad patrimonial del Estado si alguien se empeña en no conceder la retroactividad total.
¿Qué le aconsejaría a un lector que tenga aún cláusula suelo en su hipoteca? ¿Ir a los tribunales?
Yo no puedo aconsejar. Lo que está claro que debe hacer un consumidor es analizar su contrato, vigilar sus intereses y asesorarse bien. Hombre, yo creo que a partir de ahora todo el mundo va a reclamar su cláusula suelo.
Se lo pregunto de otra manera: ¿qué porcentaje de las cláusulas suelo que ha juzgado usted han sido declaradas nulas?
Prácticamente el 100%. Con los criterios del TJUE y, ojo, también del Supremo, la mayoría de las cláusulas incluidas en los contratos son impuestas y predispuestas por el que emite el contrato. No hay capacidad de negociación. Siempre hablando de consumidores, claro. Hay casos en los que el cliente ni siquiera sabía que esa cláusula existía, pero incluso cuando hablamos de gente informada notarios, abogados, jueces... que podían saber de su existencia, ¿tuvieron capacidad de negociarla? No. ¿Les informaron de sus consecuencias en el futuro? ¿Estaba la cláusula explicada en un lugar visible o escondida en la letra pequeña? Yo le digo que excepcionalmente he podido ver alguna cláusula suelo válida, pero ahora mismo no lo recuerdo.
Los juzgados ya están inundados de demandas por cláusulas suelo (en Málaga hay unas cinco mil en trámite) y ahora previsiblemente habrá una nueva avalancha. ¿El Gobiernodebería impulsar una salida extrajudicial a este problema?
Absolutamente. Esto requiere una solución legislativa para no castigar más a los consumidores. No sé si un sistema de mediación, como el que se creó para las participaciones preferentes, o una normativa propia del Banco de España o del Ministerio. Para empezar, si un altísimo porcentaje de cláusulas son nulas, eliminemos la cláusula por norma. Y ahora, con toda esta gente que tiene un problema, pues vamos a analizar sus circunstancias personales y les facilitamos la vía para recuperar su dinero: que no tengan que coger abogado y procurador y meterse en un procedimiento de dos o tres años, muchos de ellos pagando algo que no pueden pagar y a quienes quizá les van a desahuciar por el camino. El Gobierno tiene que poner una solución.
¿Qué cree que van a hacer los bancos? Su primera reacción ha sido anunciar que no devolverán el dinero de forma automática y que seguirán defendiendo en los tribunales la validez de las cláusulas.
Es una pose, ¿no? «Yo lo he hecho bien y no voy a ceder». Pero estoy segurísimo de que hoy [por el viernes] están reunidos los consejos y comités de los bancos intentando buscar una solución antes de que reaccione el legislativo; porque el legislativo reaccionará tarde, pero tendrá que reaccionar. Pueden llegar a acuerdos con los clientes: «Mira, te lo voy a devolver todo, pero como no tengo el dinero ahora lo que hago es reducirte el principal de la hipoteca».
En éste y otros problemas que afectan a los consumidores, ¿están los jueces supliendo la inacción del ejecutivo y el legistlativo?
Bueno, sí y no. Nosotros hacemos nuestra labor. Si nos llega un asunto tenemos que resolverlo. Pero el legislativo debe hacer su parte: los instrumentos, actualícelos por favor. Hay muchas criaturas pasándolo mal. Por ejemplo, el proceso ejecutivo español es muy malo. No sólo procesalmente, sino por cómo afecta a la gente. Por ejemplo, yo tengo mi casa hipotecada y dejo de pagar. ¿Cuánto le debo al banco? 10.000. ¿Cuanto vale la casa? 100.000. Si no hay postores, el banco se queda por 10.000 euros de deuda la casa que vale 100.000. E imagina que yo le debo 70.000 al banco. El banco se la puede adjudicar por el 50% de su valor. Así que aún le debo 20.000 euros al banco, que va a venir a por el resto de mi patrimonio. No, mire usted, si un ciudadano tiene que entregar su casa por no poder pagar, déjelo sin deuda.
¿Cuál es la situación más dura que se ha encontrado en su juzgado en estos años de crisis?
Familias con niños o abuelos perdiendo su casa, a los que encima les siguen reclamando deuda, y que están en la pobreza. Son casos dramáticos y no hay suficientes instrumentos para resolverlos. Hombre, aprobaron en 2013 una reforma de la ley hipotecaria con algunas facilidades para el deudor, y la reforma concursal ha introducido la exoneración de deudas para particulares. Hay instrumentos que se han aprobado en estos años, pero insuficientes.
¿Cree que debería instaurarse por ley la dación en pago en España?
Llámeme lo que sea, pero la dación en pago debe existir. En Florida existe, por ejemplo. Aquí antes se asustaban con la exoneración de deudas que introdujo la reforma concursal. Nadie creía en esto, decían que iba a haber pillos que se aprovecharan. Bueno, hoy tenemos la remisión de deudas; que está mal escrita y no llega adonde debe llegar, pero tenemos algo. Con la dación en pago debería hacerse igual: no puede haber esa responsabilidad por exceso del ciudadano: si he entregado mi casa no me digas que te debo aún 20.000 euros más. Además, creo que sería bueno para la economía, igual que las indemnizaciones por las cláusulas suelo: los ciudadanos que reciban el dinero lo van a invertir.
Usted es experto en derecho concursal. Después de muchas reformas, más del 95% de las empresas que van a concurso siguen yendo a liquidación. ¿Es inevitable?
Acaban así porque llegan tarde al juzgado. Y llegan tarde porque no tienen instrumentos previos. Ahora viene una reforma inmensa de la ley concursal por una directiva armonizadora europea sobre los procesos de insolvencia. Esta reforma será muy interesante para las personas físicas porque evitará las ejecuciones hipotecarias. Imagine una persona que tiene una casa y una sola deuda respecto de su casa. Y va a concurso porque tiene un sueldo y puede pagar la deuda, pero en lugar de 10 años, a 25. Bueno, pues ahora el banco puede decir: no, te ejecuto la vivienda. Eso con la nueva normativa tiene que cambiar. A ver cómo se adapta España y cuándo; nos esperan dos años movidos.
Cuando mira hacia atrás en su carrera judicial, ¿de qué se siente más orgulloso? ¿De este último logro?
No, yo me siento muy orgulloso de haber podido desarrollar mi carrera porque vengo de un pueblo y mi familia es humilde; no tengo padres abogados ni jueces.
¿Qué metas se plantea?
Yo he dado bastantes tumbos, voy aprendiendo de las oportunidades que surgen y no sé dónde terminaré. Hombre, lo que sí quiero es volver a Málaga más pronto que tarde, porque mi familia sigue viviendo aquí y yo vengo todos los fines de semana. Pero no me planteo metas. Lo que sí es un objetivo para mí es el tema internacional: he estado en varios países en intercambios judiciales y voy a seguir haciéndolo si me dejan.
¿Alguna vez se ha planteado dar el salto al lado donde se cambian las leyes, es decir, a la política?
No, no, nunca, nunca. Hay compañeros que están en la política: Victoria Rosell en Podemos, Margarita Robles en el PSOE, Juan Ignacio Zoido en el PP... Les conozco a todos; son buena gente y buenos profesionales. Pero eso te tiene que gustar. De hecho, pertenezco a la asociación Jueces para la Democracia y la actividad político-judicial no me gusta, me produce tristeza.
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