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Fotografía de David Guerrero, en la casa de la familia ubicada en la barriada 25 Años de Paz.
La familia del niño pintor de Málaga pide que se le dé por fallecido tras 29 años desaparecido

La familia del niño pintor de Málaga pide que se le dé por fallecido tras 29 años desaparecido

Su madre da este paso para desbloquear los bienes de su padre, que murió hace unos meses, aunque el caso de David Guerrero sigue abierto

Francisco Jiménez

Viernes, 5 de agosto 2016, 00:30

Han pasado casi tres décadas, pero Antonia Guevara jamás puede, ni quiere, quitarse de la cabeza aquella fatídica tarde del 6 de abril de 1987. Su hijo David, que entonces tenía 13 años, salió de casa para ir a sus clases de pintura. Fue la última vez que lo vio. Desde entonces, la historia del niño pintor es un enigma y la vida de su familia, «un sinvivir». «Seguiremos luchando y esperando hasta que el cuerpo aguante», comenta su madre con la voz entrecortada. Ella sigue batallando «a duras penas y como se puede», pero no su padre, que murió el pasado octubre. «Estaba tan fuerte y en apenas dos años se fue», se lamenta abatida por la rabia y la resignación. Antonia mantiene intacta la esperanza de volver a reencontrarse con el mediano de sus tres hijos. Por eso se hace más duro si cabe verse empujada a acudir a un juez para solicitar que David sea declarado como fallecido a efectos legales. Vivo en su corazón y en el de sus dos hermanos, pero no en el Registro Civil.

Este difícil y doloroso paso lo han tenido que dar para desbloquear los bienes de su marido, ya que David sigue siendo a día de hoy uno de los herederos. «Por una miseria de dinero y la casa nos hemos tenido que meter en este jaleo. No queremos nada, pero la ley es la ley», precisa. Los trámites se iniciaron hace unos meses, pero fue ayer cuando el Juzgado de Primera Instancia número 8 de Málaga hizo público este procedimiento a través del Boletín Oficial del Estado (BOE), que es la única herramienta legal para dar por informados a aquellos interesados a los que no puede localizar. La comparecencia se ha fijado para el próximo 28 de septiembre. A partir de ahí, el juzgado declarará oficialmente al niño pintor como fallecido tal y como establece el Código Civil, que contempla esta posibilidad una vez transcurridos diez años sin noticias del ausente para que sus familiares puedan disponer de sus bienes o acceder a prestaciones (viudedad, orfandad o indemnizaciones de seguros).

«Es un formalismo, porque todo está paralizado al seguir figurando como heredero. Y como tal, tiene que firmar para procederse al reparto de bienes», explica el abogado de la familia, José Javier Gallardo, quien puntualiza que este trámite no conlleva el cierre del caso. Y así es, porque técnicamente la investigación sigue abierta. «Hace un mes tuve que ir a la comisaría a solicitar una copia de la denuncia de su desaparición y el inspector, que se puso de rodillas ante mí, me aseguró que siguen en ello, pero que es muy difícil después de tanto tiempo y que no hay nada nuevo», cuenta Antonia, quien aún confía en que «ojalá esto sirva para que aparezca».

Policialmente, el caso de David Guerrero está catalogado como uno de los más desconcertantes por las múltiples incógnitas y porque después de haber tirado de todos los hilos posibles (incluidos videntes) no se ha conseguido ninguna pista que permitiera al menos intuir qué le pudo pasar. El caso sigue abierto en el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, que es el que investiga tanto las muertes violentas como las desapariciones, pero la realidad es que hace ya ocho años que no surge ningún indicio para retomarlo. La última vez fue a raíz de una de la infinidad de llamadas de personas que aseguraban haberlo visto. Esta vez era en Holanda, pero como en anteriores supuestos avistamientos, quedó en nada.

La pista más fiable saltó tres años después de su desaparición, cuando una camarera un hotel encontró en una habitación una servilleta en la que podía leerse «David Guerrero. Huelin». La investigación llevó hasta un ciudadano suizo de 70 años aficionado a la fotografía, que estuvo alojado en ese establecimiento y luego compró un piso en Rincón. Pero cuando la policía dio con él ya había fallecido. Los agentes sí que pudieron contactar con su viuda y se trasladaron a Suiza para buscar entre sus archivos alguna foto de David. Las revisaron una a una, pero en ninguna aparecía el niño pintor.

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